Un cambio del modelo económico de controles y estatizaciones, que hizo implosión, pasa por cambios en lo político. Esto implica un cambio de paradigmas y de cómo se han hecho las cosas en los últimos 18 años, para dar paso a un programa de ajustes macroeconómicos que impliquen apoyo financiero y técnico de entidades internacionales y que tengan en cuenta un plan de subsidios para los venezolanos más pobres.
A esta conclusión llegó un pánel de economistas quienes participaron en el foro «Perspectivas 2017», del Instituto de Estudios Superiores en Admnistracion-IESA- efectuado en Caracas.
Para Francisco Rodríguez, economista Jefe de Torino Capital, «la contracción económica actual es la mayor de nuestra historia; es sólo comparable a la registrada entre 2002 y 2003, luego del paro petrolero y se basa en el drástico recorte de las importaciones que activó el Gobierno el año pasado».
Dijo que «desde el punto de vista macroeconómico se han hecho muy mal las cosas desde hace 18 años y la situación seguirá deteriorándose si no hay cambios de políticas públicas». Está convencido de que hay que activar un programa de ajustes. «Dependerá del nivel de importaciones y en qué se utilicen si el país es capaz de construir bienes con lo que se trae del exterior», añadió.
Señaló que la caída del Producto Interno Bruto del año pasado fue de 17%, con el recorte del gasto público del 34%, «este es un ajuste fiscal brutal que se ha visto poco en el mundo y supera las recomendaciones más ortodoxas del Producto Interno Bruto».
Estimó que el desempeño de la economía va a estar supeditado a lo que importe el Gobierno este año y a cuántos recursos se le asigne para los compromisos de pago de deuda de la República. «El Ejecutivo tendrá margen de maniobra pues los precios de del crudo venezolano están subiendo, se estima que el promedio anualizado estará en 42,8$, lo cual representa un respiro para las finanzas públicas. El PIB no seguiría cayendo sino, más bien, la tendencia sería hacia la estabilización y un leve crecimiento para 2017».
El economista contradijo escenarios de recesión para 2017 de algunos de sus colegas y de entidades internacionales. Dijo que el país puede crecer a una tasa del 2,4″ para 2017, si se aumentan las importaciones, «sin dudas, el crecimiento de la economía nacional está asociado al incremento de las importaciones. por cada tres puntos de alza de las importaciones, respecto al año 2016, habrá crecimiento de un punto en el PIB».
PDVSA: el elemento clave
Por su parte, el profesor del IESA, Richard Obuchi, considera que el Gobierno enfrenta una «enorme dificultad» para asignar divisas al sector productivo nacional y para aumentar sostenidamente las importaciones. Petróleos de Venezuela está produciendo menos, estimamos que un promedio de 2 millones 250 mil barriles para 2017, y pese a que los precios del crudo estén mucho más altos que en 2016, hay un tema de compromisos del Gobierno: el subsidio a Cuba, los acuerdos de cooperación energética a naciones del Caribe, el pago de compromisos de deuda. Hay desembolsos importantes en Abril y en Octubre y Noviembre».
Explicó que la poca data oficial que existe más algunas investigaciones de economistas y de instituciones nacionales e internacionales señalan que en 2016 hubo ingresos en divisas a la República por 17.800 millones de dólares, un 45% menos que en 2015. Esto influyó en que continuara la recesión en Venezuela, que ya va por 16 trimestres consecutivos a la baja.
Para Obuchi, la economía nacional decrecerá en 4 puntos del PIB este año. «Todo dependerá de Petróleos de Venezuela, cuánto produzca, y cuánto dinero obtendrá por la venta de crudo. Para nadie es un secreto que la producción de petróleo ha bajado en los últimos años y algunos analistas estiman que hace falta la inversión de unos 20 mil millones de dólares para recuperar taladros y para aumentar la producción. Esta cifra no es poca cosa y el esfuerzo para conseguirla será enorme si persiste el manejo actual en la economía».
Reveló que la actividad en los taladros en el país bajó 22% en 2016, lo cual impactó en la merma de la producción, la cual se estima en unos 100 o 150 mil barriles diarios menos.
Vaticinó la caída del PIB de 4,6% e inflación que oscila entre 350 y 450% para 2017. «La economía será muy difícil de manejar en el futuro si no hay cambios de fondo», sentenció el académico.
Oportunidades perdidas
José Manuel Puente, también catedrárico del IESA sostivo que en los últimos años, la economía venezolana ha transitado por tres fases: boom, desequilibrio y colapso. «en estos momentos estamos pasando por el peor de los mundos, un enorme colapso. En 18 años de gobierno a la República han ingresado 879 mil millones de dólares, el más grande ingreso de la historia».
Coincidió con Rodríguez y Obuchi en cuanto a desear un cambio en las políticas macroeconómicas «más de lo mismo nos seguirá hundiendo en recesión y en inflación», dijo.
Dijo que entre 2014 y 2016 el PIB cayó en 21,64%, «se destruyó la producción de bienes y servicios en el país por eso es tan necesario un programa de ajustes y de reformas de fondo que impliquen la baja de la inflación. Los venezolanos cada día son más pobres. En 2016 Venezuela presentó la tasa inflacionaria más alta del mundo con 729%, superando a naciones como Guinea Ecuatorial, Sudán y Suriname.
Considera que la caída de los precios del petróleo y la baja en la producción de crudo han sido los factores que han contribuido con lo que definió «el colapso macroeconómico de Venezuela».
No obstante indicó que «el modelo no funciona: el control de cambios, el control de precios y la política de expropiaciones de la Revolución han quebrado al país». De seguir esta senda, y en el caso de que no haya cambio político, la economía nacional continuará con el ciclo recesivo en 2017 y 2018
“En los últimos 18 años, la venezolana fue la economía que menos creció en América Latina, en contase con Perú, Chile, Bolivia y Colombia, por citar casos de éxito», añadió Puente.
“En los últimos 18 años fue la economía que menos creció en América Latina, siendo superada por países como Perú, Bolivia y Chile que se encuentran en los primeros lugares. Este colapso obedece principalmente al control de cambio que se convirtió en la camisa de fuerza de la economía. Este esquema cambiario se agotó”.
A su juicio, hay altas probabilidades de que la economía venezolana continúe su ciclo recesivo entre 2017 y 2018. para 2017
Hizo un promedio de estimaciones de empresas y organismos internacionales de cómo cerrará el desempeño de la macroeconomía para 2017. La inflación puede estar en el orden del 672% y el PIB caería entre 3 y 3,5%, según estos cálculos.
Finalmente recomendó al sector político que está en el poder o al que podría acceder a él en caso de que haya elecciones lo siguiente:
– Desmontaje del control de cambios, con un tipo de cambio único y competitivo
– Racionalizar el control de precios
– Promover ayuda financiera internacional para fortalecer el sector externo de la economía
– Activar un programa de emergencia social para otorgar subsidios focalizados a la población más vulnerable.
«No importa la tendencia política o el pensamiento del que esté mandando. Es importante que se asuma una propuesta viable de ajuste macroeconómico, que implique buscar fondos fuera de Venezuela», sentenció el economista José Manuel Puente.
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