Florida dio cuenta este jueves 16 de julio de su peor día de la pandemia de covid-19, al reportar 156 muertes, un registro que confirma que el estado sureño se ha convertido en el epicentro de la epidemia en Estados Unidos.
Las muertes siguen al aumento exponencial de contagios observado desde principios de junio, dado el tiempo entre la infección, la hospitalización y la muerte.
El Departamento de Salud de Florida dijo que las 156 personas murieron en los últimos días o semanas, pero los decesos se confirmaron en las últimas 24 horas.
El récord anterior en la cifra de fallecidos se registró el martes.
También se reportaron 14.000 nuevos casos el jueves, casi un récord.
El número de hospitalizaciones, por su parte, se incrementó en casi 500 pacientes en las últimas 24 horas.
Florida es el estado de Estados Unidos que diagnóstica la mayoría de los nuevos casos todos los días, por delante de California y Texas, cuyos informes diarios reportan alrededor de 10.000 casos.
Más de 315.000 residentes de Florida se han infectado hasta la fecha.
El gobernador Ron DeSantis estuvo cerca de cerrar los bares a fines de junio (en lugar de ello prohibió la venta de alcohol), pero no ha ordenado nuevos confinamientos y, a diferencia de sus homólogos de Texas y California, se niega a obligar a usar la mascarilla en espacios cerrados.
Es en Florida donde el presidente Donald Trump será investido, en agosto, como candidato del Partido Republicano para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.
El gobernador también pidió a las escuelas de Florida reabrir por completo en agosto, incluso en los lugares donde los brotes están más activos, una decisión a la que se oponen muchos funcionarios del sector educativo local.