Un total de 195 países empezarán este lunes a examinar las nuevas previsiones de los expertos sobre clima de la ONU, un informe de referencia que debería reforzar los llamados a actuar más rápido contra el cambio climático en pleno rosario de catástrofes.
Siete años después del último informe de los científicos del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climatico (IPCC), la actual evaluación llega tras devastadoras lluvias en China y en Alemania e inusuales temperaturas sofocantes en Canadá.
Pero pese a las impactantes imágenes de los desastres naturales, algunos temen que este renovado interés solo sea pasajero, en un contexto de presión a los líderes mundiales para adoptar acciones cruciales de cara a la cumbre sobre clima COP26 prevista en noviembre en Glasgow (Escocia).
«En este momento, todo el mundo habla de emergencia climática y con razón. Pero, cuando estas tragedias terminen, probablemente lo olvidaremos de nuevo y seguiremos como antes», lamentó la activista Greta Thunberg, que movilizó a millones de jóvenes en los últimos años para reclamar a los gobiernos una reducción drástica de las emisiones de gases de efecto invernadero.
El informe del IPCC, que debe publicarse el 9 de agosto y cuyas conclusiones para los dirigentes políticos se negociarán minuciosamente durante dos semanas, debe actualizar su evaluación y sus pronósticos climáticos.
Pero más allá del aumento de las temperaturas, del nivel de los océanos y de los fenómenos extremos, otras dos partes deben publicarse a principios de 2022, entre ellas la evaluación sobre su impacto, de la que la AFP obtuvo una versión preliminar y que muestra como la vida en la Tierra cambiará en 30 años o incluso antes.
Pero este apartado se difundirá después de la COP26.
«Las cifras y las estadísticas tienen un valor incalculable, pero lo que el mundo necesita ahora, más que nada, es una acción climática. Los pueblos en todo el mundo lo exigen», aseguró la semana pasada la mexicana Patricia Espinosa, alto cargo de la ONU para el clima.
Con la firma del Acuerdo de París en 2015, la casi totalidad de países del planeta se comprometieron a reducir sus emisiones de CO2 para limitar el calentamiento global «muy por debajo» de +2 ºC respecto a la era preindustrial y de ser posible +1,5 ºC.
– ¿Por debajo de +1,5 ºC? –
El objetivo de +1,5 ºC se ha convertido en prioritario para muchos activistas y responsables políticos, máxime cuando el planeta ha ganado aproximadamente 1,1 °C desde la revolución industrial y cada décima adicional cuenta porque acarrea fenómenos extremos.
¿Pero se puede alcanzar? Esta es una de las preguntas que deberá responder el informe del IPCC, en base a miles de estudios científicos.
Algunos dudan de que sea posible, otros –en ocasiones queriendo evitar el desánimo– dicen que no es imposible.
«Limitar el calentamiento a +1,5ºC es todavía física, técnica y económicamente posible. Pero no por mucho tiempo si seguimos actuando poco y tarde», estima Kaisa Kosonen, de Greenpeace.
Para lograr este objetivo, las emisiones deberían reducirse en un 7,6% de media cada año entre 2020 y 2030, según la ONU. En 2020 cayeron debido a la pandemia pero se espera que vuelvan a subir.
La Agencia Internacional de Energía (AIE), a la luz de la baja proporción de medidas previstas para impulsar las energías limpias, prevé incluso emisiones récord para 2023.
«Pero si no lo logramos, alcanzar 1,6 ºC es mejor que 1,7 ºC, y 1,7 ºC es mejor que 1,8 ºC», apunta el climatólogo Robert Vautard, uno de los autores del IPCC.
«Los confinamientos del año 2020 [por el covid-19] implicaron un descenso de las emisiones del 6% al 7%. Si queremos una reducción de las emisiones del 40% o el 50% en 2030, ya vemos el trabajo que queda por delante», indicó a la AFP.