93% de las empresas venezolanas tratan de mejorar la producción mediante la innovación, según encuesta
Solo el 23% de las empresas señaló que tenía un crédito, de las cuales solo la mitad contaba con un préstamo en dólares con un monto promedio de 876 mil dólares a un plazo de 16 meses con una tasa de interés de 11,9% promedio.
Venezuela se encuentra entre los países con más altos niveles de innovación en términos de introducción de nuevos bienes y servicios en el mundo, según lo revela la encuesta empresarial IESA-BID presentada el pasado martes por el profesor Richard Obuchi durante el evento «Escenarios Venezuela 2023», organizado por el Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA).
El estudio, que se hizo en 2022 con la participación de 365 compañías nacionales, reveló que -debido al entorno de incertidumbre y dificultades que han debido enfrentar las empresas venezolanas en los últimos años– éstas han tenido que buscar nuevos mecanismos para mantenerse en el mercado interno.
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Y es así como 93% de las empresas ha tratado de mejorar procesos o métodos de producción, aumentar su participación de mercado y reducir costos, entre otros objetivos, mediante procesos de innovación.
De hecho, 50% de las compañías que contestaron la encuesta aseguraron que 50% de su personal estaba orientado a la innovación. Y como dato adicional, en 2010 solo un tercio de las empresas introdujo un nuevo bien o servicio; en 2019, 50% y en 2022, 64%.
Vale la pena destacar que la encuesta IESA-BID es el estudio más profundo y detallado del sector privado en Venezuela. De las 365 empresas que participaron, 31% corresponde a la industria manufacturera; 43% al comercio; 22% al sector servicios y 4% al sector construcción.
Entre los principales obstáculos para el ambiente de negocios destaca el financiamiento, que se considera caro, pequeño y con poca cobertura.
Solo el 23% de las empresas señaló que tenía un crédito, de las cuales solo la mitad contaba con un préstamo en dólares con un monto promedio de 876 mil dólares a un plazo de 16 meses con una tasa de interés de 11,9% promedio. De hecho, actualmente Venezuela se encuentra en el penúltimo lugar de crédito en la región.
Obuchi resaltó que el otro gran desafío es el desempeño de los servicios públicos. En Venezuela para obtener una línea telefónica se requieren 257 días, para una conexión de internet ABA, 277 días, para el servicio eléctrico unos 278 días.
A lo cual hay que agregar las constantes fallas en la prestación del servicio de agua, electricidad o telecomunicaciones e internet, lo cual es más grave en el interior del país.
Asimismo, 71% de las empresas encuestadas señaló que la escasez de personal calificado es otro de los factores que afectan la productividad y competitividad en el país, lo cual está muy relacionado con la fuerte emigración de profesionales y técnicos.
También se observó que el ambiente de competencia es considerado como asimétrico y desigual, no sólo por las importaciones que no pagan aranceles ni IVA, sino también por las empresas informales que no emiten facturan y por eso pueden vender a precios más bajos que las compañías formales.
En cuanto a las remuneraciones, se observó un incremento de 26% a 37% entre los años 2020 y 2022, pero hay una amplia dispersión de niveles salariales. Por ejemplo, el paquete promedio anual de los gerentes en 2021 estaba entre 9.000 y 11.840 dólares mientras que los empleados de ventas ganaban entre 3.500 a 5.000 dólares anuales.
Finalmente, las recomendaciones del estudio para mejorar la competitividad de las empresas en Venezuela apuntan a mejorar el acceso al crédito, aumentar la eficiencia de los servicios públicos, regulación en igualdad de condiciones, mejorar sistemas de capacitación de empleo, apoyo sistémico a procesos de innovación y gestión del cambio y aprovechamiento de capacidades instaladas.
El reto: lograr recursos para activar la economía
Giancarlo Pietri, director de Valores e Inversiones de Venezuela, VIVCA, reconoció que aunque hubo una recuperación de la economía en 2022, como en el caso de la demanda, lo cierto es que los grandes retos estructurales siguen estando ahí.
Reafirmó que es indispensable buscar opciones que permitan el ingreso de recursos que propicien la reactivación de la economía. Indicó que actualmente la banca nacional está muy disminuida.
Su tamaño actual es de cerca de 7.200 millones de dólares, de los cuales 5 mil millones corresponden a la banca pública y 2,6 mil millones de dólares en la privada, lo que da una idea de la poca capacidad de influencia que puede tener en el desarrollo del país.
Por su parte, el mercado de valores tuvo su apogeo entre los años 1996 a 2000 cuando salieron a oferta pública compañías públicas como CANTV, Sivensa, y algunas inmobiliarias. “Era un mercado incipiente pero activo. Hoy la capitalización del mercado de valores no llega a 500 millones de dólares, que es apenas 1,5% del PIB”.
Actualmente ha habido algunas iniciativas tímidas de fondos de venezolanos en el exterior que ha participado en sectores como el farmacéutico, alimentos e inmobiliario, que aunque es una buena señal aún resulta insuficiente. Pietri enfatizó que el reto hoy es lograr captar recursos de manera directa, o a través de organismos multilaterales, que permitan que la economía se reactive.
Tecnología e inteligencia de mercado
El panel que cerró el debate sobre la ruta a la competitividad de las empresas venezolanas, moderado por Nunzia Auletta, directora de Desarrollo del IESA, y conformado por líderes y expertos en diferentes áreas de la economía, como industria, comercio, banca, tecnología y servicios, coincidió en que en paralelo a la necesidad de acceso al financiamiento, la armonización tributaria y reglas para la competencia, es indispensable trabajar en la búsqueda de mecanismos que permitan –no solo sobrevivir-sino también superar las expectativas.
En ese sentido, Mariadela Larrazábal, CEO de Daycohost, indicó que, así como las empresas están tratando de identificar rutas de crecimiento para seguir adelante y cómo generar valor, la tecnología también se ha reinventado y se convirtió en servicio, pasando a ser un elemento muy importante en el desarrollo de ese valor para la organización.
Apuntó que “la diferenciación de mi organización para un usuario que demanda cosas distintas está en el desarrollo de la inteligencia de negocios. Haciendo data y analítica nos podemos acercar a la toma de decisiones más efectivas”.
Por su parte, José María Nogueroles, presidente de la Asociación Bancaria Nacional, recordó que en 1992 el sector financiero contaba con 175 instituciones financieras, de las cuales ahora solo quedan 26 entre públicas y privadas, que es insignificante pero suficiente para una economía que se redujo en 80%. Aseguró que “si generamos confianza e innovamos, el mercado nacional debería desarrollarse”.
Luigi Pisella, presidente de la Confederación Venezolana de Industriales, Conindustria, si bien reconoció que en el primer trimestre de 2023 las cifras del sector han bajado, cree que para el segundo lapso debe haber un crecimiento de entre 5% y 7% como consecuencia de las ventas petroleras al exterior y otros recursos.
A su juicio, el reto es “hacernos competitivos ante la apertura con Colombia y luego con Brasil. Pero esto no podemos hacerlo solos”.
En el caso del sector alimentos, el presidente ejecutivo de Cavidea, Juvenal Arveláez, ratificó que el crecimiento del sector en volumen se ha producido gracias al sector privado.
Apuntó que el consumo ha cambiado en beneficio del arroz; han surgido 106 marcas de harina de maíz precocida, hay inversión en camarones (más de 20 mil hectáreas); exportaciones de cangrejo azul, de confitería y de harina precocida.
“Tenemos que seguir trascendiendo la frontera. En Cavidea iniciamos en 2016 un programa de desarrollo de proveedores nacionales y en noviembre de este año presentaremos 105 nuevos proveedores que han desarrollado capacidades y herramientas”, dijo.
Asimismo, Francisco Sanánez, CEO del grupo El Palmar, afirmó que a partir de 2020 se produjo una recuperación gradual del sector azucarero, como consecuencia del cese de expropiaciones de tierras y plantas productivas, la flexibilización de precios y de la política cambiaria.
En los últimos tres años se triplicó la producción de azúcar y para que ello se consolide considera indispensable que se mantenga el pragmatismo en las políticas públicas, que no se abra la frontera de manera desordenada y se logre la armonización fiscal.
En el caso del sector comercio, Ernesto Blohm, Presidente del Grupo Beco-Blohm, advirtió que en estos momentos el manejo de inventario y el desarrollo del talento son un reto. “Tenemos que hacer un esfuerzo para recuperar proveedores, tratar de tener mayor inteligencia de mercado, tener el producto que es y al precio que es”, agregó.
Cerró el ciclo de intervenciones Andrés Simón González-Silén, Chairman de Venemergencia-Asistensi, quien expresó su preocupación por la situación del sector salud en el país. Señaló que la penetración de pólizas de seguro debería ser de 8% y está en apenas 1% y que más de 65% de la población debe pagar por los servicios de salud.
En ese sentido, planteó dos propuestas: aprovechar la capacidad instalada de emprendimiento para aplicarla a los problemas sociales (sector salud) y pensar en modelos innovadores.
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