A pesar de la orden de Maduro las alcabalas se resisten a desaparecer
Aunque hay menos de 200 kilómetros entre La Fría del estado Táchira y Machiques de Perijá del estado Zulia, el recorrido es más de cuatro horas en carro particular, por el mal estado de la carretera y por la existencia de 14 alcabalas militares fijas que hay en esa zona fronteriza. En algunas la diferencia es de 10 minutos de uno a otro punto de control.
De nada sirve que el fiscal Tarek William Saab, el presidente Nicolás Maduro y más recientemente el ministro de la Defensa, general en jefe Vladimir Padrino López, digan que las alcabalas no están autorizadas.
En todas esas 14 alcabalas, algunas de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y otras del Ejército Bolivariano, le solicitan “colaboración”, “pal’ fresco”, “deje algo” o mensajes similares a quienes atraviesan esa carretera. Una de las excusas más frecuentes para matraquear es que no se puede transitar con más de 20 litros de gasolina.
El problema es que es una zona productora con recorridos que pueden durar horas para llegar a las fincas y el combustible no se consigue en las gasolineras, señala un reportaje publicado por el portal argentino Infobae.
Los productores son los más perjudicados porque en esos 200 kilómetros, por lo menos 7 de las 14 alcabalas les quitan los documentos de identidad para solicitar información sobre ellos. El tiempo de espera en cada uno de esos procedimientos es de unos 20 minutos; en una hora pueden radiar a las mismas personas hasta tres veces.
Aunado a ello está el hecho de que muchos efectivos abordan a los usuarios sin tapabocas ni ninguna medida de bioseguridad.
A lo largo de los 200 kilómetros, la gasolina sigue ausente, pero hay ventas en toda la carretera Machiques, Colón, de combustible colombiano. No hay que ir muy lejos para saber que la industria del combustible la maneja una mafia, lo que permite que en la entrada de la estación de Servicio Catatumbo estén vendiendo gasolina, después de muchas semanas que les llegó gasoil.
Proliferan las ventas de combustible, que se anuncian públicamente con letreros, recipientes y algunos le agregan la bandera tricolor. Pero no hay gasolina en las estaciones de servicio, es decir, que la única opción es que se pueda viajar con el bidón de combustible en el vehículo o comprarla a los contrabandistas.
Los militares aprovechan de quitarle una parte del combustible a quienes viajan con un bidón o pimpina como pago por permitirle a los productores pasar con los bidones para sus fincas.
Las asociaciones de ganaderos han propuesto soluciones a ese problema, se han comunicado con los comandantes de los puntos de control y de los comandos de la frontera, explicándoles que el combustible que están utilizando es el que viene de Colombia, porque Petróleos de Venezuela (Pdvsa) no está garantizando el combustible en la frontera.
En Perijá no hay combustible desde hace meses, la que llega la distribuye la alcaldesa Betty Cifuentes de Zuleta entre su gente, sean concejales, comerciantes o ganaderos. Todos los demás del pueblo y el municipio deben comprar el combustible en el mercado negro.
Hay dos alcabalas en las que nadie pasa ileso sin ser víctima de la matraca o la extorsión. En Orope a casi todos los que pasan, en semana radical, les cobran, con diversas excusas, incluyendo que “necesitamos comprar alcohol por lo de la pandemia”. En Aracuiza piden colaboración o quitan parte del combustible.
– Sobreviviendo –
Un funcionario militar de bajo rango de la Guardia Nacional en la frontera, que conversó con Infobae, sobre el grave problema que representa la extorsión en las alcabalas, justificó el hecho diciendo “es la única manera de sobrevivir. Si nosotros no vendemos la gasolina tres veces a la semana, cómo vamos a mantener a la familia, porque con lo que nos pagan en la Fuerza Armada no hacemos mercado”.
Sobre lo que Nicolás Maduro, Padrino López y Tarek William Saab dijeron en cuanto a las alcabalas, responde “todos aquí saben lo que pasa. Si los sueldos fueran mejores no tendrían que dejar en la institución a personas con problemas delictivos. Muchos de los que entran lo hacen porque saben que pueden tener acceso a eso que usted llama la industria del contrabando, que también es de muchas cosas más. No es que a uno le digan que se resuelva, pero todos lo hacen. En todas las alcabalas hay que pedir ayuda, así se sobrevive en la Fuerza Armada”, dice el funcionario militar.
-El Fiscal y el Ministro-
El GJ (Ej) Vladimir Padrino López dijo, el 14 de julio, durante un acto de condecoraciones por los 30 años de servicio cumplido por parte del personal militar, que le ha pedido al Comandante de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), al Director de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), y al Viceministro de Policías del ministerio del Interior, Justicia y Paz que «revisemos el asunto de las alcabalas para que se acabe todo este sistema perverso que se confunden, hace una masa gris, para molestar al pueblo en las alcabalas, en los puntos de control”.
Y dirigiéndose a los Jefes de las Regiones de Defensa Integral (REDI) les dijo “comandantes de regiones, pónganse al frente ustedes; hay una resolución conjunta, firmada”, agregando que en esa resolución que él suscribe, como Vicepresidente Sectorial, está dirigida a los comandantes del Sistema Defensivo Territorial para que “tomen control de esto”, finalizó diciendo.
Un día antes, el 13 de julio, Nicolás Maduro dijo ante la queja de uno de los diputados de oposición cercanos al Gobierno, sobre el problema de las alcabalas, “a partir de hoy se deben eliminar las trabas que se le ponen al pueblo de Venezuela en las alcabalas durante las semanas de cuarentena, con el método 7+7”.
Con información de Infobae
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