A qué edad se debe empezar con la educación financiera de los hijos

La tranquilidad de la vida se fundamenta en la estabilidad financiera, nada como sembrar temprano para obtener resultados duraderos.

El aprendizaje comienza desde el momento del nacimiento; todo el tiempo los más pequeños están absorbiendo cosas nuevas. Los padres se preocupan por enseñar los valores, la moral y las costumbres, mientras que las instituciones educativas, las ciencias, la historia y el lenguaje. Pero ¿cuándo se les enseña cómo manejar las finanzas?

Explicarles, en la medida que puedan entender en cada una de sus etapas, cómo ahorrar, cómo ser financieramente estable hará de sus hijos personas con mayor probabilidad de éxito y felicidad, reseñó portafolio.co

Javier Cárdenas, Business Consultant de Finance Group, considera que la educación financiera debe iniciar desde el momento mismo en que se conoce la noticia del embarazo. La calidad de la educación otorgada es fundamental en el proceso de aprendizaje de los hijos, por esto es normal que el padre re aprenda y modifique sus hábitos en función de los mensajes que entregará al nuevo ser.

Es valioso considerar que la educación financiera debe tener presente el éxito como posibilidad permanente de cualquier persona y el fracaso como elemento necesario para alcanzar el éxito. La facilidad para superar las frustraciones y la capacidad para fijar y cumplir metas se pueden empezar a conseguir desde el vientre materno.

“Las rutinas en casa, como apagar la luz, enseñar a cepillar los dientes con bajo consumo de agua, reciclar e incluso hacer mercado pueden ser excusas perfectas para enseñar juegos orientados a desarrollar habilidades y pensamientos que los lleven a ser exitosos financieramente”, afirma Cárdenas. Una buena rutina forma hábitos que serán difíciles de cambiar una vez adquiridos.

¿Cómo orientar este aprendizaje?

Lo primero que se debe hacer es crear un lenguaje optimista y ganador a pesar de las adversidades, las sensaciones transmitidas al bebé tanto por la madre como por el padre deben ir enfocadas a la posibilidad de ser exitoso, una persona que solo ve problemas no sabe qué es el éxito y difícilmente entenderá que financieramente todo es posible.

El lenguaje ganador debe ir acompañado de métodos para que los niños tomen decisiones acertadas de la mano de sus padres, la estructura lógica es sin duda herramienta para disminuir sustancialmente los errores y las frustraciones, todos los juegos que desarrollan la lógica del niño son perfectos para aplicar.

Es muy importante que dentro de las etapas se establezca el reconocimiento del trabajo en equipo, de la construcción de la confianza en los demás, el éxito financiero se construye mucho mejor con redes de apoyo, las relaciones personales son necesarias para triunfar.

El establecimiento de metas alcanzables, en función de la lúdica, como disminuir el pago del servicio de luz con reconocimiento a la labor del niño, hace que las finanzas personales se construyan poco a poco.

Enseñar a producir es otra etapa muy valiosa, que el niño aprenda a vender en el ámbito familiar, a hablar en público y a reconocer que sus ingresos provienen de sus labores. Esto conduce al siguiente paso: el ahorro, alcancías, cuentas de ahorro u otras herramientas ayudan a que la educación financiera empiece a mostrar resultados.

¿Para qué la educación financiera?

“Educar financieramente a los hijos ayuda a formar bajo el éxito planeado y no bajo la necesidad de la inmediatez”, asegura Javier Cárdenas.

Un joven que recibió educación financiera en su hogar desde temprana edad destacará entre los demás, una de las ventajas que tendrá se verá en su autoestima, la capacidad de enfrentarse a problemas y sacar provecho de ellos, la planeación de su corto, mediano y largo plazo, el óptimo manejo del tiempo, el saber que hay un equipo que puede ayudar a dar resultados y por sobre todo la mayor probabilidad de alcanzar sus sueños.