Las aerolíneas estadounidenses esperaban que la venta de pasajes se recuperara tras el sacudón inicial del coronavirus, pero la reciente multiplicación de casos de covid-19 pone en duda ese escenario y se preparan más bien para despidos masivos a partir de octubre en un mercado endeble.
Como era de esperar en medio de la pandemia y las restricciones de movimiento, las aerolíneas sufrieron bruscas caídas de ingreso en el segundo trimestre, según sus datos publicados en la temporada de resultados empresariales que comenzó la semana pasada: American Airlines tuvo una caída de 86%, Delta de 88%, United Airlines de 87% y Southwest de 83%.
Los clientes potenciales, cuando comenzó la reapertura de la economía, también se mostraron reticentes a permanecer en un espacio cerrado durante varias horas, en particular cuando el porte de mascarillas de protección permaneció como una medida no obligatoria durante cierto tiempo en los aviones.
Ahora las grandes compañías exigen el uso de tapabocas durante sus vuelos, y algunas como Delta o Southwest bloquean asientos en el medio de las aeronaves.
En todos los casos registraron una recuperación de la demanda en mayo y junio y veían las vacaciones de verano boreal con esperanza: pero el resurgimiento de contagios en Estados Unidos puso paños fríos a sus expectativas.
«La demanda para el transporte aéreo debería seguir débil mientras no esté disponible una vacuna o tratamiento para luchar contra los casos y la propagación de la covid-19», adelantó el jueves el presidente de Southwest, Gary Kelly.
«Tomando en cuenta los efectos combinados de la pandemia y la crisis económica mundial que se derivó, continuamos pensando que se requerirán más de dos años antes de que podamos ver una reactivación duradera» del sector, estimó Ed Bastian, presidente de Delta Air Lines, a mediados de julio.
United espera por su parte que los ingresos terminen estabilizándose en la mitad de los registrados en 2019, hasta que haya una vacuna de aplicación extendida. La compañía evitó manejar fechas.
Alrededor de 45% de las personas interrogadas en el marco de un sondeo de la consultora Raymond James indicaron que prefieren esperar a 2021 para tomar un avión por placer, y 70% en el caso de los viajes por trabajo.
– Viajes de negocios –
Los viajes profesionales se ven particularmente afectados.
«No tendremos 180.000 personas viajando al Salón de la Electrónica en Las Vegas en enero próximo como el año pasado», ejemplificó Scott Kirby, presidente de United, el miércoles.
«Las empresas no van a enviar a sus 500 mejores vendedores a fin de año a una gran fiesta y celebración mientras la pandemia no se supere», abundó.
La agencia de calificación SP Global Ratings espera por su parte una «reactivación lenta e irregular (del tráfico aéreo) que debería continuar en 2021».
Las cuatro mayores compañías aéreas tuvieron más de 10.000 millones de dólares de pérdidas en tres meses: 5.700 millones en el caso de Delta, 2.100 millones para American, 1.600 millones para United, y 915 millones para Southwest.
Pero multiplican las iniciativas para limitar las pérdidas y levantar fondos, hipotecando por ejemplo sus programas de fidelidad de viajeros hasta que pase lo peor de la crisis sanitaria.
El volumen del gasto diario bajó a medida que corrió el segundo trimestre, con muchos aviones en tierra. Mientras Delta lo bajó 70% en junio sobre marzo a 27 millones de dólares por día, American pasó de 100 millones de dólares diarios en abril a 30 millones.
Las empresas se preparan para despidos masivos a partir del primero de octubre, cuando efectivamente podrán hacerlo tras comprometerse a mantener puestos de trabajo hasta entonces en el marco de un plan de ayuda de 25.000 millones de dólares del gobierno federal estadounidense.
American Airlines prevé reducir su personal en 25.000 personas y United Airlines en hasta 36.000. Las cifras pueden bajar en función de partidas voluntarias fomentadas por las empresas.
En el caso de Southwest, 16.900 de los 60.0000 empleados ya decidieron dejar la compañía.