Los venezolanos aliviaron un poco sus penurias con la reapertura parcial de los puentes fronterizos con Colombia. Miles lograron cruzar a pie este sábado 8 de junio para abastecerse o recibir atención médica, pese al bloqueo con contenedores que se mantiene del lado venezolano.
El gobierno de Nicolás Maduro rehabilitó el paso peatonal por el estado Táchira después de haber ordenado, en febrero, el cierre de la frontera con Colombia para impedir el ingreso de ayuda estadounidense ante la severa escasez de alimentos e insumos médicos en su país.
La medida anunciada el viernes por el mandatario comenzó a regir este sábado y permitirá el ingreso y salida de venezolanos entre las seis de la mañana y nueve de la noche, explicó la vicepresidenta Delcy Rodríguez en un tuit.
Desde primeras horas, miles de personas se volcaron sobre los puentes fronterizos que conectan a Táchira y el departamento colombiano de Norte de Santander, según observaron periodistas de la AFP.
El jefe de Migración Colombia, Christian Krüger, reportó un «leve incremento» con respecto al flujo habitual en la frontera, sobre todo en los puentes «Simón Bolívar» y «Francisco de Paula Santander», en la ciudad de Cúcuta.
Hacia el mediodía día unas 18.000 personas habían ingresado desde Venezuela y más de 8.000 salieron de Colombia, precisó el funcionario en una declaración a los medios.
Antes del cierre fronterizo, un promedio de 30.000 personas pasaban a diario por el «Simón Bolívar», según cálculos de migración.
Si bien saludó la reapertura de los pasos limítrofes, Krüger reprochó al gobierno de Maduro por mantener bloqueado el tránsito por los puentes internacionales mediante contenedores repletos «de arena y piedra».
El chavismo, que cortó relaciones con Colombia, interpuso los obstáculos en rechazo a la fallida entrada de ayuda estadounidense, que siempre denunció como un pretexto para una invasión militar.
– Satisfacción a medias –
Venezolanos que hablaron con la AFP se quejaron igualmente de las largas filas y espera para cruzar hacia territorio colombiano.
Belky Rangel, de 34 años, llegó exhausta y a punto de llorar al puente Simón Bolívar. Tardó tres horas en pasar a Cúcuta desde San Antonio, Táchira, con sus dos hijas de ocho y cinco años enfermas. El viaje en autobús le hubiera llevado una hora y media.
«Ha sido terrible, tengo a mis dos hijas con dengue, con fiebre, y tuve que venir a buscar salud en Colombia», señaló.
Según esta madre venezolana, el paso hacia Colombia es restringido «y hay mucha gente necesitando salud y comida».
Forzados por el cierre de la frontera, los venezolanos se aventuran por peligrosas trochas o caminos ilegales para conseguir comida y medicinas o llevar sus hijos a la escuela en Colombia.
Pese a la más reciente orden de Maduro, muchas personas prefirieron cruzar por las trochas y pagar «peaje» a los grupos armados ilegales que las controlan, ante las dificultades de hacerlo caminando por los puentes.
«No han quitado los contenedores y el paso está colapsado. Hay mucha gente del lado» venezolano, dijo Carlos Julio Pérez, de 55 años y quien tardó toda la mañana en llegar a Cúcuta y recibir atención médica.
Venezuela enfrenta el mayor éxodo de su historia moderna, a raíz del colapso de su economía y una feroz pugna de poder entre Maduro y la oposición liderada por Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por más de 50 países.
Unos 3,3 millones de personas escaparon de Venezuela desde enero de 2016, según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Solo Colombia ha recibido alrededor de 1,3 millones de venezolanos.
El gobierno de Iván Duque, que tacha de dictadura al régimen de Maduro, secunda los esfuerzos de Estados Unidos para forzar la salida del chavismo del poder.