#Análisis: Centrales nucleares de Ucrania en el punto de mira de Donald Trump
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, también ha descartado negociar la transferencia de la propiedad de alguna de sus centrales atómicas a EEUU, como según la Casa Blanca plantea Trump.

Las cuatro centrales nucleares que tiene Ucrania han tomado protagonismo esta semana en los contactos entre Washington y Kiev para avanzar hacia el fin de la guerra, después de que la Casa Blanca explicara que el presidente, Donald Trump, se plantea la posibilidad de hacerse con la propiedad de esas plantas como medida para garantizar su protección de la amenaza rusa.
Aunque Washington no especificó de qué centrales se trataba, el uso del plural hace pensar que el presidente estadounidense se refería a las cuatro plantas nucleares que Ucrania tiene en su territorio.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aclaró poco después de la llamada en la que Trump habría planteado esa opción que ambos dirigentes habían hablado únicamente de la posibilidad de que EEUU se haga responsable, con inversiones, tecnología y personal especializado, de volver a hacer funcionar la mayor central ucraniana, situada en la región suroriental de Zaporiyia y ocupada por Rusia al comienzo de la guerra, si Kiev recupera en las negociaciones el control sobre esa infraestructura.
Abriéndose a la opción de ofrecer ventajas económicas a EEUU de la futura explotación de la central, que es la más grande de Europa y un pilar clave del sistema energético ucraniano, Zelenski busca maximizar las probabilidades de recuperar tanto la infraestructura como la mayor parte posible del territorio adyacente, para lo que necesitará de la presión que Trump pueda ejercer sobre Putin al negociar.
En este sentido, Zelenski ha declarado que recuperar la planta no sería suficiente para garantizar su correcto funcionamiento y su rentabilidad, que precisaría, según dijo, del suministro de agua y las infraestructuras asociadas adecuadas.
Un factor de riesgo elevado
Dotada de seis reactores y una potencia total de 6000 MW, la central de Zaporiyia era antes de ser desconectada por los rusos la principal proveedora de electricidad en Ucrania con una generación de entre 40.000 y 42.000 millones de kWh de electricidad, lo que representaba una quinta parte de la producción anual del país y la mitad de toda la producción de las cuatro centrales nucleares ucranianas.
La ocupación rusa de la central la puso hace ya más de tres años en las cercanías de la zona de combate. Ambos bandos se han acusado mutuamente de ponerla en peligro atacándola, haciendo volar drones por encima de la infraestructura o almacenando, según afirma la parte ucraniana sobre el uso que Rusia hace de la infraestructura, equipamiento militar en su interior.
Uno de los momentos de más peligro para la central se produjo en junio de 2023 con la voladura de la presa de Kajovka, que estaba bajo control ruso y alimentaba con agua a la central de Zaporiyia.
Otras tres centrales en funcionamiento
Además de Zaporiyia, Ucrania cuenta con otras tres centrales nucleares situadas en el noroeste, el oeste y el sur del país que siguen bajo control del Gobierno de Kiev y han evitado el colapso del sistema eléctrico ucraniano ante los repetidos ataques rusos contra sus centrales eléctricas no nucleares.
Pese a que Rusia no ha atacado hasta el momento estas centrales, los ataques con drones contra transformadores situados en sus inmediaciones que conectan a las plantas nucleares con el resto del sistema son motivo de preocupación entre los expertos, tanto por la posibilidad de que se produzcan impactos en las mismas centrales como por el riesgo de que éstas dejen de funcionar correctamente por los daños en infraestructuras asociadas.
Una inversión en marcha de EEUU
Mientras se concreta la propuesta sobre las plantas nucleares ucranianas de Trump, Ucrania ya trabaja con la empresa de energía nuclear estadounidense Westinghouse en la construcción de otros dos reactores de la central nuclear de Jmelnitski, en el oeste del país.
Westinghouse ya suministra combustible a la planta, para cuya ampliación se adquirirán reactores de Bulgaria.
Según dijo hace un año la empresa de energía atómica ucraniana, Energoatom, todas las centrales ucranianas bajo control de Kiev han pasado a utilizar combustible nuclear estadounidense, dejando atrás la dependencia en este capítulo de Rusia.
Ucrania espera que este cambio se extienda también a la central de Zaporiyia después de las negociaciones, en las que aspira a recuperar la mayor central nuclear de Europa sin ceder después su propiedad a Estados Unidos.
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