Análisis | Estos son los escenarios del gobierno de Maduro ante la coyuntura política y económica
Sun Tzu, autor de la célebre obra de estrategia El arte de la guerra, recomendó hace más de 4000 años que al enemigo no hay que subestimarlo. Apelar a la idea que el adversario “es bruto” es probablemente la mayor evidencia de incapacidad estratégica que se pueda hacer.
Una cosa es que el enemigo sea cruel e inescrupuloso, y otra muy distinta es que sea tonto. Es esperable que el otro tome las decisiones que maximicen sus beneficios y aminoren sus costos; siempre evaluando sus posibilidades en el contexto.
En este sentido, vale la pena analizar cuáles son las posibilidades del gobierno dada las circunstancias.
Simplificaremos el análisis basándonos en una matriz que maneje dos temas sobre los que (la cúpula) tiene que tomar decisiones (Económico y/o político) y dos opciones en cada uno de ellos (CEDER o NO CEDER). De tal manera obtendremos 4 combinaciones posibles, simplificando el análisis por supuesto.
¿Qué pasa si No Cede en lo político ni en lo económico?
Lo primero que hay que señalar es que este no pareciera ser el escenario más probable, en vista de lo observado desde el segundo semestre del año 2019, cuando se realizaron una serie de reformas pragmáticas (insuficientes y desordenadas, pero realizadas a fin de cuentas) en materia económica y financiera.
En cualquier caso, el resultado sería una profundización del colapso económico y el avance hacia una dictadura totalitaria. En ese escenario (que sólo seria causado por un intento rígido de mantener el poder junto con desacuerdos irreconciliables entre los grupos que controlan el gobierno) las consecuencias serían catastróficas, no sólo para el país, sino también para las cúpulas del poder y el chavismo en general, pues se presentarían rupturas definitorias, la pérdida de «lealtades» y la profundización de un Estado fallido.
¿Qué pasa si No Cede en lo político pero SI cede en lo económico?
En este escenario el resultado sería una liberalización económica parcial que lograría seguir manteniendo “lealtades” en vista del beneficio económico obtenido por un Estado mínimamente viable (cosa que no pueden mantener con un Estado en colapso absoluto, pues -por ejemplo- para mantener el beneficio a los grupos que contrabandean la gasolina, hay que importar y pagar el combustible a precio internacional, y para eso se necesita un mínimo de operatividad y flujo de caja). Esto implicaría un relativo dominio institucional y mínimas mejoras económicas generales.
En cuanto a lo político significaría la realización de unas elecciones parlamentarias sin cambios sustantivos en las condiciones electorales. Esto implicará la demolición de posibles puentes diplomáticos, con la consecuente agudización de la pérdida margen de maniobra internacional.
¿Qué pasa SI Cede en lo político pero NO cede en lo económico?
En este caso (cuyo origen también sería producto del desacuerdo y/o las contradicciones en la cúpula) el resultado sería una mayor informalización de la economía y al no haber mejoría económica para el Estado y la sociedad, la consecuencia será un incremento de la incertidumbre, lealtades dudosas, inestabilidad institucional y envilecimiento social (es preciso acotar que el beneficio producto de la explotación de actividades ilícitas, no va a las arcas del Estado, y sólo enriquece a la cúpula de los grupos, no a su base).
No obstante, es posible la realización de unas elecciones parlamentarias con mejoras en las condiciones (aunque no óptimas) cuyo origen sería –como ya se dijo- producto de un quiebre parcial de la cúpula, con un sector que propicie una transición. El incentivo para tal acción estaría motivado en mantener opciones de negociación (internas y externas).
¿Qué pasa SI Cede en lo político y también cede en lo económico?
Este tampoco pareciera ser el más probable de los escenarios. Pero en tal caso, significaría una liberalización económica y la realización de unas elecciones libres y competitivas. ¿Qué empujaría a la cúpula a aceptar ese suicidio político? Esto sólo sería causado por una mezcla de factores como una inviabilidad económica absoluta para lograr gobernabilidad (del Estado y los grupos), una presión interna y externa total (la cúpula estaría presa en el país, experimentarían una pérdida de base de apoyo y erosión aún mayor de la FANB) lo que llevaría a un quiebre definitorio en la cúpula, y una fracción, estimulada por un «puente de oro», podría decidir ceder todo para salvarse.
La limitación es que dicho puente (que primero habría que tender) es que sería de una sola vía y con un solo canal (es decir, no se puede retornar y además caben muy pocos en el).
No obstante, es esperable que el sector de la cúpula que no acceda al puente, se atrinchere y entorpezca el proceso de transición, y aunque quizá no logre impedirlo, puede causar unos daños de consideración.
* El autor es analista de entorno y riego político. Presidente de la consultora Poder & Estrategia
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