Análisis | Estructura Industrial en Venezuela: entre la Endogeneidad y el cierre por caída de demanda
Comprender la evolución de la industria venezolana debería constituir un tema de interés no solo para la academia y las escuelas de negocios, sino para todos los stakeholders por el legítimo interés de las partes en el valor actual o potencial que en sus mercados podría tranzarse.
Esta comprensión debe abarcar desde aquellos factores y elementos exógenos o estructurales que inciden en la configuración y desempeño del sector, así como eventuales barreras endógenas o conductuales legítimas basadas en méritos y/o competitividad, además de aquellas que eventualmente sólo encuentran explicación económica en su despliegue para bloquear la entrada o permanencia de un competidor tan eficiente como quien ejerce la conducta -conductas predatorias-.
En este sentido, la academia, gremios empresariales y de consumidores, así como obviamente los responsables de las políticas públicas, industriales y regulatorias, deberían haber desarrollado o desarrollar líneas de análisis y seguimiento de la evolución de la industria venezolana.
Más allá del puro interés académico por parte de las universidades y las escuelas de negocios, que deberían complementar la labor docente en áreas como la Teoría de la Organización Industrial, la Economía Industrial y clases sobre Estrategia Competitiva y Digital con la investigación, los gremios empresariales deberían fundar sus posiciones institucionales de defensa del sector en análisis por medio de los cuales puedan identificarse barreras legales, regulatorias, etc., que constituyen una amenaza de destrucción pura de bienestar social y generación de riqueza.
A lo largo de los últimos 20 años ha existido evidencia de este tipo de barreras normativas y de políticas, que implican costos de oportunidad para la sociedad en materia de bienestar y calidad de vida.
Por supuesto que la labor de análisis basada en el paradigma de un estado benevolente, que tutele la eficiencia de los mercados, resulta incontrovertible y más que urgente.
La caída vertiginosa del poder de compra del bolívar, así como de la demanda de productos manufacturados en el país, han obligado a trabajar con elevadas capacidades ociosas y, en un extremo, han forzado la salida del mercado de muchos oferentes.
Un proceso de cierre de mercado vía demanda ha podido incidir con fuerza en la evolución de la industria venezolana y sobre la actual configuración de la estructura de los distintos mercados para sus productos.
Recientemente el IESA, junto con el BID, informaron que la longevidad promedio de las empresas en Venezuela se ubica en 37 años, superando al promedio en la región andina y acercándonos más a niveles promedios mostrados por países desarrollados (Europa y Estados Unidos).
Esta foto parcial sobre nuestro parque empresarial puede despertar preguntas perfectamente alineadas con el objetivo de comprender nuestra evolución y cuáles son aquellos factores que pueden beneficiar y potenciar un crecimiento de una industria eficiente.
Por ejemplo, ¿A qué responde una longevidad mayor en el caso venezolano? El éxito que implicaría permanecer en el mercado, dado el entorno difícil para hacer negocios en Venezuela a qué responde. La permanencia y posicionamiento en el mercado puede responder a distintas causas, incluso excluyentes entre sí. Comprender dichas causas es de interés general, así como particular para ganadores y perdedores en dicho proceso.
Un argumento que siempre se alega en economías de mercado es que cuando una empresa adquiere poder de mercado y obtiene un beneficio supernormal, se producirá la entrada de nuevos participantes, los cuales restablecerán un mercado competitivo. Aquellos que siguen los mercados reales, sin embargo, saben que este escenario puede ser más la excepción que la regla.
La literatura especializada en economía industrial se encuentra llena de ejemplos de cierto grado de persistencia de ciertas marcas y productos en los mercados, incluso en posiciones de liderazgo (Pepall, Richards y Norman, 2015).
En materia de defensa de la competencia, expertos como Massimo Motta, llaman la atención sobre la posibilidad de la persistencia de poder de mercado (Motta, 2018). Sin embargo, debe destacarse que ostentar una posición dominante no suele constituir un ilícito en el derecho de defensa de la competencia.
Entonces, esto plantea la pregunta de cómo esas empresas pueden mantener su posición lucrativa. ¿Por qué no surgen nuevos rivales para competir con esa participación de mercado y ganancias? Una situación que tendería a reducir la longevidad promedio del parque empresarial. ¿Existen estrategias que las empresas dominantes puedan adoptar para evitar que esto suceda? Si es así, ¿Cuáles son estas estrategias y cuáles son sus implicaciones para los resultados del mercado?
Hay cuatro hechos empíricos encontrados por diversos estudios académicos referidos a la estructura industrial y a la persistencia de posicionamientos por parte de sus miembros a lo largo del tiempo, que toda teoría de la evolución industrial debe explicar:
1.- La primera es que la entrada es común.
2.- La segunda consiste en que la entrada suele producirse a pequeña escala.
3.- Tercera, que la tasa de supervivencia de los nuevos participantes es relativamente baja.
4.- Cuarta, las industrias con altas tasas de entrada también tienen altas tasas de salida.
Este hallazgo es un poco sorprendente porque no parece coherente con la hipótesis de que la entrada se produce en respuesta a una ganancia por encima de lo normal o que la salida refleja una ganancia por debajo de lo normal.
Si el beneficio es alto y, por tanto, la entrada es atractiva, no hay razón para que las empresas se vayan. De manera similar, si las ganancias son tan bajas que las empresas se ven inducidas a abandonar la industria, debería haber pocos incentivos para que surjan nuevos participantes.
Otros estudios empíricos a escala mundial han encontrado que las cuotas de mercado eran una función decreciente del orden de entrada de la marca. Los primeros participantes disfrutaron de mayores cuotas de mercado, en igualdad de condiciones. Esto arrojaría longevidades promedios más elevadas.
Sin duda, la persistencia del dominio del mercado bien puede reflejar la rentabilidad superior o la calidad del producto más alta de aquellas empresas que emergen como líderes desde el principio. Sin embargo, con frecuencia se alega (especialmente por parte de los competidores fallidos) que la capacidad de los primeros participantes para mantener una posición dominante en la industria también refleja un comportamiento deliberado dirigido a expulsar a los nuevos participantes o impedir su entrada en primer lugar.
Para iniciar y lograr una recuperación económica en Venezuela, comprender la evolución de la industria y sus determinantes resultará crucial. Esperemos que se esté trabajando en ello.
* El autor es economista egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV)
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