#Análisis | Lo que la persistente deflación de China significa para el mundo
La persistente deflación en China, la segunda economía más grande del mundo, está generando una ola de preocupación a nivel global.
La espiral de la deflación en China está resultando difícil de solucionar. Los precios en la segunda economía más grande del mundo han caído durante seis trimestres consecutivos, y si caen un trimestre más, la racha igualaría un récord de deflación establecido en la «Crisis Financiera Asiática» a finales de la década de 1990.
Los responsables políticos del país han prometido hacer un mayor esfuerzo para impulsar el crecimiento y aliviar la caída de los precios, utilizando uno de sus lenguajes más directos en años, mientras Beijing se prepara para una guerra comercial con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, el mismo que ha prometido imponer un arancel del 60% a las exportaciones chinas cuyo impacto podría diezmar el comercio bilateral.
¿Qué es la deflación?
Antes de seguir con el artículo, vamos a definir en primera instancia lo que significa este término: la deflación, según Bloomberg, describe una situación en la que los precios de los bienes y servicios caen en toda la economía.
Y atención, no debe confundirse con la desinflación, que significa que los precios siguen subiendo, aunque más lentamente. Eso es lo que ocurre en EE.UU., donde el crecimiento anual de los precios se ha ralentizado significativamente desde mediados de 2022.
Ahora bien ¿Por qué China está en deflación? Los precios se dispararon en EE.UU. y otras grandes economías cuando se reabrieron tras la pandemia del Covid-19, ya que la demanda acumulada coincidió con la escasez en el suministro de muchos bienes.
Sin embargo, las predicciones de que ocurriría lo mismo en China resultaron ser erróneas. El poder adquisitivo de los consumidores aquí es escaso y el desplome del sector inmobiliario ha mermado la confianza, impidiendo a la gente comprar artículos caros.
Por otro lado, el endurecimiento de las normativas que regulan los sectores mejor remunerados, desde la tecnología a las finanzas, ha provocado despidos y recortes salariales, reduciendo aún más el apetito por el gasto.
El impulso político al desarrollo de la industria manufacturera y los bienes de alta tecnología ha aumentado la producción, pero la demanda de estos bienes ha sido escasa, obligando a las empresas a bajar los precios.
Pero y… ¿qué tiene de malo que bajen los precios? A simple vista todos podríamos pensar que si bajan sería bueno para los consumidores, pero eso no significa necesariamente que la gente empiece a gastar de nuevo.
De hecho, podrían abstenerse de comprar artículos caros con la esperanza de que los precios sigan bajando. Eso, según lo que explican en Bloomberg, deprimiría aún más la actividad económica, presionando sobre los ingresos, lo que podría provocar otra caída del gasto y nuevos recortes de precios en una espiral descendente.
La deflación también eleva el nivel de las tasas de interés «reales», o ajustadas a la inflación, en la economía. Los mayores costos del servicio de la deuda dificultan la inversión de las empresas, lo que a su vez reduce la demanda y provoca más deflación. Algunos economistas creen que esta «deflación de la deuda» puede desencadenar recesiones o depresiones cuando la gente no paga sus préstamos y los bancos se ven debilitados.
¿Por qué es difícil solucionar la deflación en China?
Beijing respondió a anteriores brotes de deflación con una enérgica relajación monetaria y grandes medidas de estímulo fiscal. Desde la pandemia, el gobierno ha abordado el estímulo con más cautela, receloso de acumular demasiada deuda sobre la economía.
Los responsables políticos son reacios a volver al viejo manual de construcción de infraestructuras e ingeniería del boom inmobiliario, ya que el Presidente Xi Jinping está decidido a reorientar la economía hacia nuevos motores de crecimiento, como las tecnologías avanzadas.
En consecuencia, las medidas de estímulo han sido relativamente moderadas, y los inversores se mantienen algo pesimistas sobre las perspectivas económicas. El rendimiento de la deuda pública a 10 años ha caído a mínimos históricos.
Tras una reunión de dos días en diciembre, los altos funcionarios encabezados por Xi prometieron elevar el objetivo de déficit fiscal, al tiempo que señalaban un aumento del endeudamiento y el gasto públicos.
¿Cuál ha sido el impacto?
El Banco Popular de China ha recortado las tasas de interés varias veces en los últimos dos años para impulsar la demanda. Las autoridades han intentado dar un giro al mercado inmobiliario relajando las restricciones a la compra y bajando los ratios de pago inicial, así como las tasas hipotecarias.
Se ha pedido a los bancos que concedan más créditos a los promotores para que puedan terminar los proyectos paralizados, y a los gobiernos locales que compren los apartamentos no vendidos y los conviertan en viviendas de protección oficial.
Aunque los responsables políticos se han abstenido de entregar dinero en efectivo a los consumidores, han subvencionado la compra de automóviles y electrodomésticos, y han ampliado las ayudas a las familias de bajos ingresos y a los estudiantes.
Un amplio plan de estímulo puesto en marcha a finales de septiembre incluía un programa de 1,4 billones de dólares para ayudar a los gobiernos locales a hacer frente a su deuda.
Estas medidas ayudaron a la economía a mejorar en los últimos meses, pero los economistas no las consideran suficientes para invertir la tendencia a la baja de los precios, ya que el mercado inmobiliario sigue débil y la confianza sigue siendo baja.
¿Cómo mide China la deflación?
Hay tres indicadores principales. El más citado es el índice de precios al consumo, que refleja los cambios en una serie de bienes y servicios adquiridos por los hogares. En noviembre cayó a su nivel más bajo en cinco meses.
Por su parte, el índice de precios de producción, que mide las variaciones de los productos industriales vendidos por los fabricantes, lleva más de dos años en contracción.
En cuanto al deflactor del producto interior bruto, se calcula a partir de la diferencia entre el crecimiento nominal de la economía y el crecimiento ajustado a la inflación. Proporciona la medida más amplia de los precios en toda la economía, y se encuentra en su racha deflacionista más larga de este siglo.
¿Qué productos registran las mayores caídas de precios?
El transporte ha sido el mayor lastre para los precios al consumo últimamente, impulsado sobre todo por la caída de los precios de los automóviles y la gasolina. Los fabricantes de automóviles, entre ellos BYD Co., han pedido a sus proveedores que bajen los precios, lo que indica una intensificación de la guerra de precios en el mercado automovilístico chino.
En cuanto a la economía en general, los sectores inmobiliario y manufacturero son los que registraron una mayor contracción de los precios en los tres primeros trimestres de 2024, según un deflactor del producto interior bruto a nivel industrial calculado por Bloomberg.
Una persistente burbuja inmobiliaria ha provocado un exceso de inventario de viviendas, mientras que el apoyo del Gobierno a la industria manufacturera -desde préstamos baratos hasta políticas fiscales favorables- ha aumentado la oferta de bienes que los consumidores dudan en adquirir.
¿Qué preocupa de los planes arancelarios de Trump?
Trump amenazó durante su campaña electoral con imponer aranceles del 60% a los productos chinos, y recientemente prometió imponer aranceles adicionales del 10% a todas las importaciones procedentes de China tan pronto como asuma el cargo el próximo mes.
La incertidumbre en torno a una posible segunda guerra comercial ha ensombrecido las perspectivas de crecimiento de las exportaciones chinas el próximo año.
Esto podría restar fuerza al sector que ha contribuido a casi una cuarta parte de la expansión económica del país en lo que va de 2024.
El debilitamiento de la demanda exterior dificultará aún más que los fabricantes suban los precios en su país, lo que podría agravar la presión deflacionista.
¿Qué significa todo esto para los inversores extranjeros?
Los inversores en renta variable china están expuestos a los descensos relacionados con la deflación en los beneficios de algunas empresas chinas. Los fabricantes extranjeros de automóviles de gama alta y marcas de lujo han visto cómo se desplomaban sus ventas en China a medida que los consumidores restringían sus gastos.
El mercado de renta fija ha sido el gran beneficiado, ya que los bonos del Estado de bajo riesgo se han vuelto más atractivos ante las expectativas de agresivos recortes de las tasas de interés por parte del Banco Popular de China. La deflación en China también podría reducir los vientos inflacionistas en el resto de la economía mundial.
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