#Análisis ¿Qué esperar de un posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca?
Una eventual nueva presidencia de Donald Trump podría significar un reimpulso a los combustibles fósiles y una política monetaria menos restrictiva.
Estados Unidos se aproxima ya a su año electoral, con unos comicios que se celebrarán en noviembre de 2024 y que podrían suponer el regreso del expresidente Donald Trump, quien deberá competir por ser el candidato del Partido Republicano con otras personalidades como el gobernador de Florida, Ron DeSantis.
Los procesos judiciales abiertos en su contra no han minado la confianza de Trump sobre sus posibilidades, y los analistas estudian qué le esperaría al país si volviese a habitar la Casa Blanca.
Los analistas de Berenberg destacan que «las encuestas de opinión y los mercados de apuestas asignan una probabilidad ligeramente mayor al regreso de Donald Trump a la Casa Blanca que a un segundo mandato del presidente Joe Biden».
Si bien subrayan que «un año es mucho tiempo», por lo que la situación puede revertirse hasta el 5 de noviembre del próximo año.
Sobre una posible victoria del republicano, aseguran que «Trump probablemente tendría un comienzo menos caótico para un hipotético nuevo mandato que en 2017, cuando incluso él y su equipo aparentemente se vieron sorprendidos por su victoria contra Hillary Clinton».
«Como su equipo estaría mejor preparado, probablemente podría cambiar las políticas de manera más rápida y efectiva que en 2017-2021. Cabría esperar que Trump II fuera aún más proteccionista y al menos tan derrochador y poco dispuesto a aumentar los impuestos como antes», añaden.
Sin embargo, «su enfoque miope y transaccional de ‘Estados Unidos primero’ en política exterior y su desdén por las instituciones multilaterales como la Unión Europea podrían debilitar las alianzas e instituciones internacionales, privando a Estados Unidos de aliados».
«Su aparente afición por los ‘hombres fuertes’ con ideas afines e inclinados a doblar o romper las reglas podría exacerbar los riesgos geopolíticos», aseguran los analistas.
Con Trump: menos desregulación, pero una mayor apuesta por combustibles fósiles
Además, «puede intentar deshacer muchas iniciativas de Biden», aunque desde Berenberg esperan «una desregulación menor» que en su anterior mandato, «especialmente para las pequeñas y medianas empresas, y un cambio en la inversión verde y limpia hacia los combustibles fósiles».
«Sumado al gasto adicional y al empeoramiento de la falta de disciplina fiscal, esto puede ser marginalmente expansivo para el crecimiento estadounidense en el corto plazo con costos potencialmente enormes a largo plazo», explican.
Por su parte, el director de inversión de AJ Bell, Russ Mold, destaca que «un estudio de las votaciones posteriores a 1945 muestra que el mercado de valores estadounidense tradicionalmente sufre un leve ataque de nervios en el último año de una presidencia, ya que, en promedio, es el año más débil, si se utiliza el Dow Jones como punto de referencia».
«Los inversionistas tampoco deberían olvidar que Trump era percibido como un riesgo para los mercados antes de su elección en 2016, gracias en particular a sus políticas comerciales y de relaciones internacionales, solo para que las acciones estadounidenses disfrutaran de fuertes ganancias durante su mandato», destaca.
Sin embargo, las acciones presidenciales no serán el único catalizador de los mercados, para los que «la política de la Reserva Federal será un factor enorme».
En este sentido, Mold recuerda que «el banco central es independiente, aunque algunos pueden verse tentados a argumentar que cedió a la presión presidencial de Donald Trump cuando impulsó tres recortes de tasas de interés en 2019».
«Además, las ganancias corporativas y especialmente los flujos de efectivo impulsan las valoraciones de las acciones a largo plazo, y son en gran medida (aunque no exclusivamente) el resultado del ciclo económico más amplio», destaca.
La disputa presidencial tendrá cada vez más impacto en las bolsas a medida que se acerque la votación, y es que «aunque los mercados financieros están más preocupados en este momento por la política de la Reserva Federal de Estados Unidos, la inflación y los acontecimientos en el Medio Oriente, pronto comenzarán a interesarse más en la carrera hacia la Casa Blanca».
«Una repetición de la contienda Biden-Trump de 2020 está en juego según las primeras encuestas de opinión y, si resultan precisas, Estados Unidos obtendrá su primera revancha presidencial desde 1956. Biden bien puede acoger con agrado ese precedente, ya que fue entonces cuando Dwight Eisenhower venció a Adlai Stevenson por la segunda vez para retener la presidencia», concluye.
Igualmente, una nueva presidencia de Donald Trump podría favorecer «un dólar estadounidense ligeramente más fuerte si los riesgos geopolíticos impulsan algunos flujos de refugio hacia Estados Unidos».
También incentivaría un «fin más temprano de los recortes de tasas de la Fed y unos rendimientos de los bonos ligeramente superiores» a los proyectados por Berenberg.
Con información de Bolsamanía
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