El apoyo a la democracia se mantuvo en América Latina y el Caribe a pesar de la pandemia del coronavirus y la crisis económica, según un estudio regional divulgado en Santiago por la encuestadora regional Latinobarometro.
El 49% de los latinoamericanos apoya la democracia, frente a 45% en 2018, según el estudio de Latinobarómetro, que recogió los datos en 18 países en octubre de 2020.
«El apoyo a la democracia no disminuyó debido al impacto de la crisis económica, sanitaria y política», destacó la directora de Latinobarómetro, Marta Lagos, al presentar el informe en una videoconferencia.
«La recesión no tiene ningún efecto en el apoyo a la democracia, esto es importante de recalcar porque […] los pueblos no castigaron a la democracia por la pandemia, castigaron a los gobiernos», agregó.
El apoyo a la democracia «no mejora en 2020, pero no se deteriora. Está estable en un estado de mala situación», a pesar de que el 73% «cree que se gobierna en favor de grupos poderosos en su propio beneficio» y no en favor de las mayorías, dijo Lagos.
Muchos latinoamericanos piensan que «los gobiernos tienen poco poder y las grandes empresas tienen mucho poder», afirmó.
Indicó que aunque «la pandemia desnudó los problemas» sociales en la región, «hay una mayoría muy contundente para rechazar un gobierno militar» (62%), lo mismo que los golpes de Estado.
Lagos dijo que «hay una crítica a la manera en que funcionan estas democracias imperfectas», y el 60% está dispuesto «a salir a protestar» por demandas sociales, en particular en Chile, Argentina o Colombia, pero «no así en Honduras y Guatemala, países muy pobres donde hay muchos menos ciudadanos críticos y menos capacidad de movilización».
«Los países que están más ‘bravos’ (como Chile) no son los que están peor, pero hay algo que está viviendo la gente que la tiene muy descontenta», dijo la economista jefa del PNUD, Marcela Meléndez, en la misma videoconferencia.
«En los países [más] pobres, la gente está preocupada de sobrevivir y no tiene tiempo para protestar», precisó Lagos.
Aunque «los golpes de estado están totalmente desacreditados», «la amenaza de gobiernos populistas es una amenaza muy cierta», afirmó Lagos.
Citó los casos de Brasil, donde el presidente Jair «Bolsonaro ha usado el populismo a lo largo de la pandemia», y de El Salvador, donde al mandatario Nayib Bukele «le dan poder total» en una suerte de «populismo autocrático que no es una dictadura».
El estudio incluyó a Venezuela y Nicaragua, países donde no hay democracia, sino «dictaduras», según Lagos.