Aranceles de Trump reordenarían el comercio mundial, elevarían los costos y traerían represalias
¿Se reavivan los temores de una guerra comercial entre EEUU y China? Los aranceles, esos impuestos sobre las importaciones, podrían dejar de ser una herramienta de política económica para convertirse en un arma arrojadiza si Donald Trump se impone en las elecciones estadounidenses.
El comercio mundial, un engranaje fundamental de la economía global, se encuentra al borde de una reconfiguración radical. La propuesta de los aranceles de Trump amenazan con alterar las cadenas de suministro, elevar los costos de producción y desencadenar una espiral de represalias comerciales, explica una nueva nota de Reuters.
Entre muchos agricultores estadounidenses se encuentra Bob Hemesath, cuya opinión es reflejada por Reuters, diciendo que «le preocupa que la agricultura estadounidense lo pague caro si Donald Trump gana las elecciones presidenciales del martes y cumple su promesa de imponer rápidamente un arancel del 60% a los productos chinos y al menos un gravamen del 10% a todas las demás importaciones».
Podría haber una repetición aún más grave de la guerra comercial entre Estados Unidos y China que tuvo lugar durante la administración del expresidente republicano, la cual perjudicó a los productos agrícolas estadounidenses debido a los aranceles de represalia, llevando a Beijing a redirigir sus compras hacia Brasil y Argentina, según comentó Hemesath, un agricultor de maíz y soja del noreste de Iowa.
«Cuando comenzamos a imponer aranceles a otros países, generalmente los efectos de las represalias terminan impactando a los productos agrícolas de Estados Unidos», explicó Hemesath, quien preside Farmers for Free Trade. «Lo que me preocupa es que este tipo de acciones pueden resultar en la pérdida de cuota de mercado, la cual es difícil de recuperar», agregó.
¿Nueva guerra comercial entre EEUU y China?
Los economistas advierten que los planes arancelarios de Trump, que probablemente sean su medida económica más significativa, podrían llevar los aranceles estadounidenses a niveles no vistos desde la década de 1930, aumentar la inflación, colapsar el comercio entre Estados Unidos y China, provocar represalias y alterar drásticamente las cadenas de suministro.
Las inquietudes expresadas por Hemesath coinciden con un estudio reciente de la National Corn Growers Association y la American Soybean Association, que prevén que una nueva guerra comercial con China podría resultar en mayores pérdidas para las exportaciones agrícolas estadounidenses, presionar aún más los precios internos ya bajos y consolidar el cambio de importaciones de China hacia Brasil y Argentina.
Trump, quien se encuentra en una reñida contienda por la Casa Blanca contra la vicepresidenta demócrata Kamala Harris, ha descrito los aranceles como «la palabra más hermosa del mundo» y sostiene que sus propuestas revitalizarían la base industrial estadounidense, aumentarían el empleo y los ingresos en el país, además de generar billones de dólares en ingresos federales en una década.
Los economistas concuerdan en que son las empresas importadoras las que asumen el costo de los aranceles, repercutiéndolo en los consumidores o aceptando menores márgenes de ganancia.
Si se implementaran completamente, los aranceles elevarían la media efectiva de los aranceles estadounidenses al 17,7%, alcanzando su punto más alto desde 1934, según la Tax Foundation, un grupo de análisis económico conservador.
Estas propuestas han sido comparadas con la Ley de Aranceles Smoot-Hawley de 1930, que aumentó drásticamente los aranceles y provocó represalias que llevaron a un colapso del comercio mundial, contribuyendo a profundizar la Gran Depresión.
Después de la Segunda Guerra Mundial, las naciones abandonaron este enfoque de «empobrecer al vecino» en favor de un sistema comercial basado en normas con aranceles no discriminatorios mucho más bajos, lo que eventualmente condujo a la creación de la Organización Mundial del Comercio.
«Creo que el enfoque que está adoptando Trump podría destruir por completo ese sistema», afirmó Maurice Obstfeld, profesor emérito de economía en la Universidad de California en Berkeley y ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional entre 2015 y 2018.
Otros países responderían con aumentos en sus propios aranceles, lo que abriría la puerta a una especie de conflicto comercial generalizado que podría resultar confuso para las empresas, comentó Obstfeld.
Según Bernard Yaros, economista jefe estadounidense en Oxford Economics, el comercio global entre Estados Unidos y China podría caer un 70% desde los niveles ya reducidos por los aranceles impuestos por Trump entre 2018 y 2019, que han sido mantenidos y recientemente incrementados por el presidente demócrata Joe Biden.
Yaros también indicó que el escenario posterior a los aranceles no disminuiría el déficit comercial total de Estados Unidos, sino que desencadenaría un «gran reordenamiento de los flujos comerciales» con otros países, lo cual podría resultar costoso a corto plazo.
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