La candidata de la oposición en Bielorrusia refutó el lunes 10 de agosto los resultados oficiales y pidió al presidente Alexandre Lukashenko que ceda el poder, al día siguiente de los comicios y de la violenta represión de las manifestaciones antigubernamentales.
Svetlana Tijanóvskaya, que en unas semanas se convirtió en una rival inesperada del autócrata que lleva gobernando 26 años con mano de hierro Bielorrusia, denunció fraude tras el anuncio de la victoria del presidente saliente con 80% de los votos.
«El poder debe reflexionar sobre cómo cedernos el poder. Me considero vencedora de la elección», dijo esta novata política de 37 años, que denunció la represión de las manifestaciones contra la reelección del hombre fuerte de Bielorrusia, reprimidas con particular virulencia en Minsk, donde las fuerzas del orden lanzaron granadas y dispararon balas de caucho contra las miles de personas congregadas.
La opositora, que acusó al régimen de «mantenerse por la fuerza», no participará en las manifestaciones previstas este lunes para evitar «provocaciones» del poder.
Tijanóvskaya «no participará en las acciones de protesta para evitar las provocaciones, pues el poder podría organizar cualquier situación para detenerla, y necesitamos de ella en libertad», indicó a la AFP la portavoz de la candidata, Anna Krasulina.
– 3.000 detenidos –
Según el ministerio del Interior hubo 3.000 detenidos, así como medio centenar de civiles y 39 policías heridos en 33 localidades.
En el extranjero, la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen condenó la represión y reclamó un recuento «exacto» de los votos y la OTAN mostró una «seria preocupación» por los resultados de la elección y condenó la violencia. Varsovia pidió que pidió una cumbre de la UE consagrada a este asunto.
En cambio, los dirigentes ruso y chino, Vladimir Putin y Xi Jinping, felicitaron al presidente Lukashenko.
En las últimas semanas, el presidente biolorruso había acusado a Moscú de querer someter a su país y de buscar desestabilizarlo, en particular, con el envío de mercenarios.
– «Ovejas» teledigiridas –
Lukashenko afirmó este lunes que las manifestaciones fueron «teledirigidas» desde el exterior y no dejará que su país sea «hecho pedazos».
En 2010, tras la presidencial, las manifestaciones de la oposición habían sido brutalmente reprimidas.
También acusó a las fuerzas extranjeras de haber cortado internet en Bielorrusia. La oposición considera que las autoridades orquestaron los cortes para mejor organizar la represión.
– Represión creciente –
Alexandre Baunov, del centro Carnegie de Moscú, vaticina un «recrudecimiento de la represión» en caso de sigan las protestas y de «fuertes penas de cárcel».
El domingo por la noche, miles de bielorrusos descendieron a las calles, al estimar que Tijanóvskaya, desconocida del público hace unas semanas, era la vencedora de la elección.
Las imágenes difundidas por los medios de comunicación de la oposición mostraban a la policía disparando balas de caucho y granadas ensordecedoras contra los manifestantes, en particular contra el rostro.
La campaña electoral se vio marcada por una fervor inédito por Svetlana Tijanovskaya, que reemplazó a su marido, un conocido bloguero, en la carrera a la presidencia tras su detención en mayo.
La candidata instó a sus seguidores a llevar un brazalete blanco cuando fueran a votar y a fotografiar sus papeletas de voto para dificultar los fraudes.
El domingo, largas filas de espera se formaron ante los numerosas oficinas de voto.
«Con filas así, es imposible que Lukashenko haya podido ganar», dijo Liubov Smirnova, una pensionista de 65 años.
Las autoridades redoblaron los esfuerzos al final de la campaña para tratar frenar a la opositora y no dudaron en detener a una decena de sus colaboradores.
Ante el auge de su candidatura, los principales rivales de Lukashenko habían sido apartados. Dos están detenidos.
La movilización en torno a Tijanovskaya se produjo pese a las dificultades económicas, agravadas por las tensiones con Rusia, y la respuesta de Lukashenko a la epidemia del coronavirus que la tildó de «psicosis».
Bielorrusia no ha organizado ninguna elección juzgada libre desde 1995. En varias oportunidades, las manifestaciones fueron reprimidas de inmediato, por ejemplo tras la presidencial de 2010.