Aristimuño: El consumo registra una caída acumulada de 70% desde 2014
El director ejecutivo de la consultora Aristimuño Herrera & Asociados, el economista César Aristimuño, señaló que Venezuela registra una caída acumulada del consumo de 70% entre 2014 y mayo pasado, por lo que las empresas no pueden apalancarse en los precios para generar flujo de caja, de manera que necesitan comercializar más unidades, aunque ello signifique nuevos sacrificios de rentabilidad.
El economista, durante una entrevista con Pedro Penzini López en Unión Radio, sostuvo que esta situación se está agudizando por la restricción de liquidez que produce la estrategia de encaje legal que maneja el Banco Central de Venezuela, que ha secado el crédito bancario y profundizado la crisis de muchas empresas en todos los sectores de la economía.
«Es muy difícil que el productor venezolano pueda competir con productos importados, generalmente más baratos que los nacionales, cuando se consiguen. Evidentemente, las empresas deben reducir costos para para mantener competitividad en los anaqueles. Lo importante es vender unidades, no vender precios. El flujo de caja viene por el número de unidades», puntualiza.
No obstante, Aristimuño dijo que Venezuela no está en el trance de padecer una hiperinflación tan perniciosa como la de Zimbawe, porque la estrategia de prácticamente paralizar el crédito ha frenado el crecimiento de la liquidez y de la inflación, pero al costo de estrangular la economía y reducir su tamaño a mínimos históricos.
Aristimuño Herrera & Asociados, por ejemplo, no cree posible que la inflación llegue a los 10 millones por ciento que aún predice el Fondo Monetario Internacional y, en cambio, pronostica la inflación de cierre de 2019 entre 400.000% o 600.000%, todavía una condición hiperinflacionaria, pero muy lejos de la proyección del ente multilateral.
No obstante, Aristimuño advierte que, si el Banco Central de Venezuela y el gobierno central mantienen la severa restricción de liquidez y la disminución sostenida del gasto público por lo que resta del año, la inflación podría descender de manera abrupta a niveles de 20.000% o 30.000% para el cierre de 2019.
«El gobierno ha asumido la decisión de quitarle liquidez a la economía, y por eso los precios van a tender a bajar, debido a que no hay dinero en el mercado. El contrapeso es que hay una afectación grave en los niveles de producción; muchos negocios y empresas se hacen importadores y compiten con los mismos productos que fabricaban. No hay acceso al crédito para producir y se han agotado fuentes alternas de financiamiento, que se reducen, básicamente, al esfuerzo de los accionistas. Muchos empresarios han traído capitales del exterior, pero eso no va a continuar ocurriendo, debido al riesgo que existe en el mercado», asegura.
«Estamos en un momento de ajuste económico que es más acelerado que el tema político, que está rezagado», señala Aristimuño.
– Dolarización de facto es irreversible –
Aristimuño insistió en el programa de Penzini López en que existe una dolarización de facto en Venezuela, la cual en su opinión va a ser muy difícil de revertir y, de paso, es estimulada por el propio gobierno de Nicolás Maduro.
El especialista en banca y finanzas apunta que 20 años de aplicación de un modelo económico inconveniente han destruido al bolívar, a tal punto que ha dejado de ser una moneda funcional, porque ya no sirve como unidad de cuenta, medio de pago y reserva de valor.
La gente quiere dólares y la administración Maduro le da euros, a través de la banca.
El director ejecutivo de Aristimuño Herrera & Asociados destaca que los nuevos billetes de 10.000, 20.000 y 50.000 que deben comenzar a circular pronto son necesarios, pero hizo dos proyecciones concretas sobre esta ampliación del cono monetario: la primera es que los billetes de menor denominación quedarán pulverizados por la inflación en cosa de pocas semanas, por lo que el cono debe ser revisado integralmente; y la otra es los precios rezagados en la economía, sobre todo los de algunos servicios, tenderán a ajustarse en línea con las nuevas denominaciones.
Un elemento interesante, y que confirma, si hace falta, la dolarización de la economía, es que el cono monetario reconvertido en agosto de 2018, cuyo billete de mayor denominación era el de 500 bolívares, y esta ampliación, con un billete de 50.000 bolívares como tope, representan valores equivalentes en dólares. En ambos casos, el máximo valor nominal de cada billete representó un tipo de cambio de 8 dólares en el momento de su emisión. «Hasta el mismo cono monetario tiene como referencia el tipo de cambio».
– Las sanciones no causaron la crisis –
El director ejecutivo de Aristimuño Herrera & Asociados, César Aristimuño, advirtió que Venezuela vive una crisis verdaderamente dramática, a tal punto que la proyección sobre el comportamiento de la economía al cierre de 2019 marca otra contracción, esta vez de 30% en comparación con el PIB de 2018. «Eso significa que en cinco años hemos perdido el equivalente a casi 70% del PIB, una situación que debemos comenzar a revertir con absoluta urgencia», subrayó.
En su entrevista con Pedro Penzini López en el Circuito Éxitos de Unión Radio, Aristimuño descartó la nueva tesis oficial de que las sanciones son una especie de culminación de la «guerra económica». En alusión a la más reciente encuesta de DatinCorp, que refiere el dato de que 68% de los venezolanos cree que las sanciones afectan su calidad de vida, el economista dice que ese es el efecto de una comunicación política manejada con destreza por la administración de Nicolás Maduro.
«Esta economía viene padeciendo una crisis de muchos años. Las sanciones tienen un fin político, pero no han causado que la producción haya caído; las sanciones no prohíben las importaciones de medicinas. Afectan a personas, a empresas públicas, no todas, porque, por ejemplo, la CVG no está sancionada, de manera que personas y empresas extranjeras pueden realizar operaciones con la CVG».
Un efecto que sí puede ser asociado con las sanciones, especialmente la que afecta al Banco Central de Venezuela, es que las mesas de cambio se hayan limitado a operaciones de menudeo, porque las transacciones de mesa, que implican transferencias, son muy difíciles de hacer, porque los bancos venezolanos se quedan sin corresponsales, por temor a ser sancionados.
«Hay una situación de over compliance, porque las empresas, sobre todo las financieras, tienen triples controles, hay precaución, temor, y cuando se habla de sanciones, son multimillonarias. Las mesas, esta apertura cambiaria, se ha movido al menudeo, porque las transacciones más grandes, que implican transferencias, tienen problemas, porque no hay muchos bancos con corresponsalías. Son operaciones que deben hacerse con mucho cuidado, cuando se hacen», dice Aristimuño.
El economista manifestó su convicción de que Venezuela encontrará, no sin dificultades, el camino del crecimiento y del acuerdo político que permita una salida electoral transparente, con el fin de que la política deje ser la prioridad y se asuman las consecuencias dramáticas de la crisis», concluye.
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