Aristimuño: No hay activos líquidos para respaldar el bolívar ni ninguna otra moneda
Las Reservas Internacionales de Venezuela, que ya se encuentran en un mínimo de 30 años, han caído 11,43% en lo que va de enero, lo que significa una baja absoluta de $853 millones en apenas 19 días, lastradas por la caída de la producción petrolera y la contracción del aparato productivo, de acuerdo con cifras del Banco Central de Venezuela (BCV).
En los primeros 16 días del mes de enero, las reservas totales se redujeron a $6.612 millones, el nivel más bajo desde julio de 1989, cuando las reservas se ubicaron en $6.680 millones. Del total –que incluye el oro monetario, inversiones y disponibilidades en divisas-, las reservas líquidas, que es el monto que el BCV dispone para importaciones, representan menos de $1.000 millones, en medio de sanciones económicas paralizantes.
El BCV ahora solo tiene alrededor de $800 millones en efectivo y otros $200 millones adicionales en otros activos líquidos, según reseña la agencia Bloomberg.
La contracción se debe en gran medida a los recortes en las posiciones de efectivo en yuan chino y a la caída de la producción petrolera, pues según un informe de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) divulgado esta semana, la extracción de crudo se ubicó en 907.000 barriles diarios al cierre de 2019, según el Ministerio de Petróleo, y de 714.000 b/d de acuerdo con las fuentes secundarias del grupo.
Además, la merma de la actividad económica, con un Producto Interno Bruto (PIB), acumula una reducción del 60% desde 2013.
El país posee unas 73 toneladas de oro en bóvedas locales y venderlo se ha vuelto cada vez más difícil en medio de los esfuerzos de los Estados Unidos para cortar el régimen de Nicolás Maduro de una red global de compradores, bancos e intermediarios.
Una parte significativa del oro de Venezuela, 32 toneladas por valor de alrededor de $1.6 mil millones, permanece en Londres después de que el Banco de Inglaterra rechazara múltiples solicitudes de Maduro para repatriar el oro. Si bien el banco central es independiente, el gobierno del Reino Unido no reconoce a Maduro como el líder legítimo del país y dice que «su régimen no debería tener acceso a los activos en el extranjero».
Las reservas también que incluyen aproximadamente $400 millones de derechos especiales de giro (DEG) que están colgados en el Fondo Monetario Internacional. El país ya había reducido sus tenencias de DEG en casi $1.000 millones en marzo de 2018.
Esta escasez de efectivo podría amenazar la capacidad del gobierno de Maduro para continuar con los programas de subsidio de alimentos, importar bienes básicos y mantener el apoyo de altos funcionarios militares.
– Aristimuño: moneda sin respaldo –
El economista y director de la consultora Aristimuño Herrera & Asociados (AH&A), César Aristimuño, indicó que el país está lejos de tener unas «reservas óptimas» por su registro en cifras negativas, en especial porque en el caso del BCV estas «no son líquidas», es decir, no están disponibles de manera inmediata en el caso de que se requieran.
Además, indica que esta entidad financiera no dispone de una descripción y una información transparente de cómo están conformadas las reservas internacionales del país.
El especialista consideró que las reservas internacionales venezolanas, por estar en «un nivel muy bajo, dejan de cumplir su función primordial».
Si bien Aristimuño aclara que, a consecuencia de la recesión, actualmente la economía venezolana «es más pequeña», apunta que ese nivel de reservas internacionales en todo caso se trata de «un monto muy bajo» para cubrir compromisos comerciales y financieros internacionales.
«El país se queda sin activos líquidos financieros internacionales para darle sostenibilidad y soportar el valor de ninguna moneda», indicó. Igualmente señaló que no se cuenta con la confianza, como valor intrínseco de aceptación del bolívar ni de ningún otro intento de moneda emitida por el gobierno nacional.
A su juicio, las reservas que reporta el emisor han sido destinadas a cubrir algunos gastos que tienen que ver con pagos de importaciones de gasolina y compromisos que tiene el país con países aliados como China, Rusia y Cuba.
Para Aristimuño, tomando en cuenta el tamaño de la economía venezolana, las reservas internacionales venezolanas deberían estar en torno a los 35.000 millones de dólares.
Finalmente, recomienda sincerar la economía nacional a través de un plan económico que permita que el sector productivo nacional cumpla su rol fundamental de producción y generación de empleo y que a su vez permita generar confianza a los capitales financieros internacionales e inclusive al Fondo Monetario Internacional, cuyos recursos son fundamentales para permitir el crecimiento de la economía venezolana.
Nominalmente, las reservas internacionales de Venezuela están entre las más bajas de la región suramericana, pues la vecina Colombia suma más de 53.000 millones de dólares y en Brasil la cifra supera los 380.000 millones de dólares.
Inclusive, los ahorros de Argentina, que atraviesa una crisis financiera y con la sombra del default en el horizonte, suman más de 56.000 millones de dólares.
Bolivia tiene unos ahorros similares a los que registró Venezuela a inicios de 2019, 8.317 millones de dólares, aunque en su caso se estima que representaban en junio unos ocho meses de importaciones.
– Importaciones –
Venezuela terminó 2019 con un nivel de importaciones estimado en 7.000 millones de dólares, a pesar que, por ejemplo, el sector alimentos depende en 80% de las compras externas y el de medicamentos en casi 100%, por solo citar dos ejemplos.
El tamaño de la economía, que, como ya se anotó se ha reducido 60% desde 2013, explica niveles de compras externas históricamente bajos; sin embargo, el monto actual de las reservas internacionales ni siquiera cubren las importaciones del año pasado las cuales alcanzaron un mínimo histórico.
Esta economía llegó a registrar compras externas cercanas a los $60.000 millones de dólares, entre 2008 y 2012, cuando el país vivía en medio de una bonanza petrolera. Cálculos de Aristimuño Herrera & Asociados señalan que el país necesita, por lo menos, unos $12.000 millones de dólares en importaciones para sostener un nivel mínimo de suministro de bienes, debido al colapso de la producción interna.
Este cálculo implica regresar a los promedios de importaciones de los años 90 del siglo pasado.
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