Aristimuño: Pandemia no justifica condenar al país a una economía de subsistencia
El economista César Aristimuño, director general de la firma consultora Aristimuño Herrera & Asociados (AH&A), considera necesario proteger a las empresas venezolanas de las consecuencias económicas que puede tener la extensión del aislamiento preventivo obligatorio en Venezuela.
Al mismo tiempo, subrayó que está de acuerdo con la necesidad de asegurar las actividades de los sectores prioritarios de la economía nacional en función de garantizar el acceso a bienes esenciales para la subsistencia de la mayoría de la población.
Pero, esta priorización, «no debe significar dejar a un lado y condenar a la desaparición a un número importante de actividades económicas que también generan empleo y riqueza, entre otras cosas porque, con sus impuestos, alimentan el presupuesto del Estado», resaltó siguiendo la línea de que «tan pronto como las empresas desaparecen, el tejido económico muere y la gente pierde sus empleos».
El consultor hizo un llamado a las autoridades de intervenir para iniciar un proceso de recuperación de la economía, ya que las medianas y pequeñas empresas, así como la economía informal, ya «no aguantan ni tienen la capacidad» para ajustarse a una parálisis sin generar ingresos ni ahorros para cubrir costos elementales.
Advirtió que «no sería deseable» levantar sin control la cuarentena nacional porque tendría el efecto contraproducente de un incremento del número de casos por Covid-19 como resultado de una apertura desordenada de negocios y actividades.
«Confinar a la gente a una gran escala, tendrá consecuencias económicas que irán mucho más allá de las causadas solo por las muertes», aseguró.
Aristimuño explicó que la crisis por la pandemia ha causado al mismo tiempo un shock de demanda y de oferta, debido a la cuarentena.
«Debemos tener presente que el consumo y la producción están estrechamente vinculados. Una disminución del consumo, que es una gran preocupación de empresas del sector alimento, con afectación de la producción por el confinamiento, puede traer como consecuencia una espiral desencadenante hacia una profundización de la recesión», destacó.
Por lo mismo, sugirió que se deben tomar medidas adicionales de protección y diseñar un plan serio, consensuado y con todos los protocolos de seguridad necesarios, para restablecer progresivamente la actividad económica.
«Ninguna emergencia justifica condenar a un país a padecer una economía de subsistencia, inestable y volátil. Estamos a tiempo de evitar un escenario aún más complejo, con escasez estructural de bienes y servicios, así como mayor descontento social«, expresó el economista.
Añadió que si la población debe permanecer confinada para que el virus no se propague y, al mismo tiempo, no se atienden los efectos económicos, «básicamente tenemos todos los elementos para que surja una tormenta perfecta».
En cuanto a la escasez de combustible, Aristimuño considera que es una variable que añade mayor preocupación nacional, ya que amenaza con paralizar en su totalidad el transporte, con las consecuencias negativas de no poder llevar el producto final al consumidor y de dificultar el traslado de la mano de obra a los centros de producción, por lo que exhortó a normalizar la oferta de la gasolina lo más pronto posible.
«A medida que las personas dejan de consumir, las empresas comenzarán a producir menos y empezarán a estar en incapacidad de mantener el salario de sus trabajadores, quienes a su vez comenzarán a dejar de consumir, y así sucesivamente. En otras palabras, es el ciclo perverso de una recesión más severa, conduciéndonos a la depresión», acotó.
El director general de AH&A, aclaró que la firma respalda la adopción de medidas responsables de prevención de una expansión incontrolada del número de casos de Covid-19 en el país.
A continuación el resto de sus declaraciones:
Hay que preguntarse cómo sobrevivirán la manufactura, la banca, centros comerciales, franquicias, cadenas de comida rápida, el comercio al menudeo y servicios no esenciales, entre otras actividades, en una situación de reducción acelerada de la demanda, y de cierre técnico forzado por razones sanitarias.
En una crisis provocada en un país por desastres naturales, por ejemplo, una parte muy importante de la capacidad de producción se pierde porque se destruye una porción de la infraestructura o de la base de producción. Las pandemias son muy diferentes en el sentido de que lamentablemente, matan personas, pero dejan ileso todo el equipo que usamos para producir, toda la maquinaria, todas las fábricas, todos los edificios de oficinas.
Aun así, sabemos exactamente qué hacer para arreglar las cosas cuando la demanda disminuye. Y también sabemos, qué hacer para arreglar las cosas cuando la oferta se queda corta con respecto a la demanda.
El diálogo social es ahora mucho más importante, por lo que el gobierno debe escuchar a la sociedad, a sus agentes económicos y actuar con la sensatez de buscar el beneficio colectivo de la sociedad y del cual no dudamos sea su prioridad.
Puede escuchar el Podcast del economista César Aristimuño a través de nuestra cuenta en Instagram @bancaynegocios
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