Arrecia escasez de gas: "Protector" de Nueva Esparta pide cocinar con leña como "medida de resistencia"
El representante del ejecutivo nacional en el estado Nueva Esparta, Dante Rivas, recomendó en un programa radial utilizar leña como combustible para cocinar granos y otras preparaciones de cocción prolongada para ahorrar las bombas de gas doméstico.
El «protector» calificó de «obra de ingeniería» unos reverberos u hornillas hechas con restos de tuberías para utilizar leña, los cuales se propone distribuir en la entidad, como «una medida de resistencia», ante la escasez de gas doméstico atribuida a las sanciones del gobierno estadounidense.
De hecho, la comercialización de paquetes de leña se ha hecho cotidiana en el interior del país, a pesar de los riesgos para la salud que entraña el uso de este material.
Cerca de 90% de la población venezolana utiliza bombonas o sistemas de tuberías directas (en una proporción muy baja) para cocinar, pero en la actualidad hay solo una producción promedio de 20.000 barriles equivalentes del combustible, que proviene del complejo criogénico de Jose, en el estado Anzoátegui, y es un producto que contiene una mezcla con muy poco propano, por lo que está fuera de las especificaciones normales.
Las refinerías no están activas, por lo tanto no se produce gas para procesar, lo que hace de la escasez un fenómeno estructural y de solución incierta.
Como la mayor parte de la producción de gas es asociada a la extracción de petróleo, al caer dramáticamente el bombeo de crudo se produce, como consecuencia directa, una disminución en la disponibilidad de gas. Varios análisis indican que el déficit de suministro se ubica entre 85% y 90% a escala nacional, en un país donde, a estas alturas, debería haber un sistema de cobertura territorial perfectamente abastecido por redes de tuberías, con una producción más que sostenible.
El plan nacional de gasificación fue otra de las políticas que permanece archivada entre las muchas que se han dejado de lado ante la crisis económica.
En la mayoría de las regiones del país, la escasez de gas doméstico es dramática y ya tiene años, por lo que el uso de leña y carbón representa un componente apreciable en la matriz energética, aunque es muy difícil de cuantificar. El gobierno importó gas hasta los primeros meses de 2019, pero ese flujo se detuvo por dificultades en las relaciones con los países vecinos.
En consecuencia, hay un mercado negro extendido por el país donde la bombona de gas puede llegar a costar hasta 10 dólares. Algunas gobernaciones han asumido el control de la distribución y el problema permanece, generando un creciente descontento social.
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