Representantes de los legados del rapero Tupac Shakur y el rockero Tom Petty, ambos fallecidos, integran un grupo que busca una compensación por daños de al menos 100 millones de dólares de parte de Universal Music Group (UMG) por la pérdida de valiosas grabaciones en un incendio en 2008.
La demanda colectiva es la primera contra UMG desde que The New York Times publicó una investigación que sacó a luz la destrucción de unas 500.000 grabaciones, entre las que figuraban cintas originales, durante un incendio en junio de 2008.
Tres bufetes de abogados presentaron la demanda en Los Angeles en representación de varios artistas, entre los que figuran los albaceas de Shakur (asesinado en 1996) y Petty (fallecido en 2017) junto a miembros de bandas de rock alternativo como Soundgarden y Hole, y también del folk-rocker Steve Earle.
Según el texto de la demanda, UMG archivó las cintas maestras que contenían los trabajos musicales de los demandantes en un depósito «inadecuado» dentro del predio de los estudios Universal, en un lugar cuya condición inflamable era «conocida».
Además, los querellantes acusan a la compañía de «ocultar la pérdida con declaraciones públicas falsas» mientras procuraba un acuerdo de confidencialidad con su compañía hermana, Universal Studios.
Refiriéndose a cláusulas de sus contratos de grabación, los artistas dicen que tienen derecho a por lo menos la mitad del monto de ese acuerdo, que podría tener un valor total estimado en 150 millones de dólares como mínimo, según documentos de la corte.
Entre los trabajos que supuestamente fueron consumidos por las llamas figuran los de artistas como Billie Holiday, Louis Armstrong, Bing Crosby, Ella Fitzgerald, Sonny y Cher, Joni Mitchell, Eric Clapton, Elton John, Janet Jackson y Nirvana.
Las llamadas ‘master recordings’ («grabaciones maestras» o «cintas originales») son fuentes únicas que se utilizan para crear vinilos, discos compactos y copias digitales. La pérdida de ese material afecta sobre todo a ediciones póstumas y al lucrativo negocio de las reediciones.
El director ejecutivo de UMG, Lucian Grainge, dijo que la compañía le debe «transparencia» a los artistas sobre la devastación que produjo el incendio, pero desde la escandalosa publicación de The New York Times la compañía ha minimizado la entidad de las pérdidas.
«Sucedió hace 11 años y los [recientes] titulares son solo ruido», dijo Arnaud de Puyfontaine, director ejecutivo de Vivendi, compañía propietaria de UMG, en una entrevista con Variety, la publicación especializada en la industria del entretenimiento.
Vivendi, un conglomerado mediático gigante de origen francés, intenta vender el 50% de UMG, que es por lejos la compañía musical más grande del mundo, una transacción que están siguiendo muy de cerca y que, según De Puyfontaine, aún se mantiene como una posibilidad.