La autoridad electoral de Colombia abrió este lunes una investigación contra la campaña presidencial de Gustavo Petro por presunta financiación irregular, en medio de un escándalo por escuchas ilegales, chantaje y maletines con dólares que salpican al gobierno.
El exembajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, y la antigua mano derecha del mandatario, Laura Sarabia, deberán responder ante el organismo el 13 de julio por «presuntas irregularidades en la financiación» de la campaña de Petro, indicó el Consejo Nacional Electoral.
Benedetti y Sarabia, que hasta hace unos días pertenecían al círculo cercano del presidente, fueron apartados del gobierno el viernes cuando un caso con tintes domésticos escaló a escándalo nacional.
La revista Semana publicó unas grabaciones en las que se escucha a Benedetti enfadado y amenazando a Sarabia, antigua jefa de gabinete, con revelar financiaciones ilegales a la campaña de Petro por unos 3,5 millones de dólares y asegura que de hacerlo se irían todos a la cárcel.
«Laura (…) Nos hundimos todos. Nos acabamos todos. Nos vamos presos (…) Con tanta mi… que yo sé, pues nos jo… todos, si ustedes me jo… a mí, yo los jo… a ustedes», dicen los audios inundados de palabrotas, atribuidos al exembajador y en los que no se oye a su interlocutor.
Benedetti, un curtido político tradicional, fue clave en la victoria del primer gobierno de izquierda en la historia del país y le presentó a Petro a su antigua secretaria privada, Sarabia, que luego se convertiría en la mano derecha del mandatario.
El presidente aseguró en Twitter que el gobierno no ha ordenado «interceptaciones de teléfonos, ni allanamientos ilegales (…) ni se han recibido en la campaña dineros de personas ligadas al narco».
«Yo no acepto chantajes, ni veo la política como un espacio de favores personales», añadió, y se solidarizó con Sarabia por recibir «una presión enorme».
En un mensaje en Twitter, el exembajador aseguró que los audios revelados por Semana «han sido manipulados» y pidió «excusas al presidente» y a Sarabia «por la agresión y el ataque malintencionado».
En respuesta, Petro le pidió «explicar sus palabras ante la fiscalía y el país».
Thriller político
El escándalo empezó a finales de mayo tras el robo de un maletín con miles de dólares de la casa de Sarabia. La niñera de la exjefa de gabinete terminó interrogada con polígrafo en la sede presidencial y luego la policía interceptó sus conversaciones telefónicas usando un informe falso de policía que la vinculaba con narcotraficantes.
Sarabia y Benedetti compartían la misma niñera y se acusan el uno al otro de conspiración en una intrincada historia que aún deja más preguntas que respuestas. La Fiscalía investiga el caso.
Tras la publicación de los audios, el presidente de la cámara baja, el oficialista David Racero, anunció que «se congelan las discusiones de las reformas» gubernamentales en ese órgano del legislativo, donde ya enfrentaban obstáculos para hacerse realidad.
En el poder desde agosto, Petro arrancó su gobierno con el apoyo de la izquierda y algunos partidos tradicionales en el Congreso.
Pero la coalición se ha ido desbaratando con el paso de los meses y se distancia cada vez más de sus ambiciosas reformas: reducir la participación privada en el sistema de salud, redistribuir las tierras improductivas y reformar el sistema laboral, así como el de pensiones.
También quedó en suspenso su iniciativa para desarmar las organizaciones armadas ilegales a cambio de beneficios jurídicos.
El nuevo revés es particularmente espinoso para el autodenominado «gobierno del cambio», señalado ahora de acudir a viejas prácticas políticas. Según la más reciente encuesta de Invamer, la aprobación a su gestión pasó de 50% en noviembre a 34% en mayo.
La Cancillería anunció este lunes al nuevo embajador en Venezuela, Milton Rengifo, quien hizo parte de la alcaldía de Petro en Bogotá (2012-2015).
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