BID: 45% de la población de América Latina y el Caribe carece de vivienda digna
«La vivienda debe concebirse como un derecho, no como un producto, y es un derecho esencial en la vida del ser humano», apuntó la presidenta interina del BID en el acto de clausura del foro «Vivienda 2022: Soluciones resilientes para la reducción del déficit habitacional en América Latina y el Caribe»
La vivienda es un derecho, no un producto, y sobre esta idea deben pilotar todos los esfuerzos para paliar el déficit habitacional existente en Latinoamérica y el Caribe, señaló la presidenta interina del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Reina Irene Mejía.
«La vivienda debe concebirse como un derecho, no como un producto, y es un derecho esencial en la vida del ser humano», apuntó la hondureña en el acto de clausura del foro «Vivienda 2022: Soluciones resilientes para la reducción del déficit habitacional en América Latina y el Caribe», que se ha celebrado este jueves y viernes en la capital estadounidense.
Mejía recordó así las palabras de la Ministra de Desarrollo Urbano y Vivienda de Ecuador, María Gabriela Aguilera, una de las participantes en este evento que ha reunido a expertos, altos funcionarios latinoamericanos, empresas y entidades bancarias en torno al tema del déficit de viviendas existente en Latinoamérica.
A lo largo de dos días, en el evento organizado por el BID se han compartido ideas sobre las necesidades habitacionales y los retos de la región, en diversas ponencias sobre temas como las plataformas tecnológicas que ayudan a reducir el déficit, el acceso a financiación y a fondos climáticos como soluciones de vivienda, la innovación en asentamientos informales o la atención a población vulnerable.
«En este Foro de Vivienda ha quedado clara la importancia de contar con una gobernanza robusta y transparente, con marcos regulatorios y con plataformas tecnológicas adecuadas, de revaluar los modelos de asistencia, financiamiento de vivienda y de promover la bancarización», resumió Mejía.
Este ha sido el primer acto público en el que Mejía ha participado, después de que el pasado lunes fuera nombrada presidenta interina del BID tras la destitución de Mauricio Claver-Carone, acusado de saltarse las normas del banco al mantener una relación amorosa con una subordinada.
Actualmente el BID mantiene abierto un proceso para encontrar a un nuevo presidente y los 48 países miembros tienen 45 días (a contar desde el pasado miércoles) para presentar a sus candidatos.
El foro celebrado en la sede del BID, que ha tenido una modalidad híbrida presencial-online, se ha celebrado en medio de una compleja coyuntura en la región, agravada por la pandemia, con alarmantes cifras como que el 45 % de la población en Latinoamérica y el Caribe no tiene un hogar digno en el que vivir, una situación que tardaría 30 años en revertirse.
Además, 43 millones de viviendas en la región no reúnen las condiciones mínimas. «No olvidemos que el déficit habitacional no es solo cuantitativo, sino también cualitativo y debemos pensar en este dato, para seguir adelante, nuestra gente necesita viviendas de calidad», recordó Mejía.
La presidenta interina hizo además hincapié en la necesidad de que las viviendas que se construyan se hagan teniendo en cuenta «lo vulnerables que somos a los desastres naturales», como demuestra el reciente terremoto de México o los huracanes Fiona e Ian, que han azotado Puerto Rico, República Dominicana, Cuba o Estados Unidos.
«Esto nos recuerda la necesidad de construir soluciones de vivienda capaces de resistir estos sucesos, pero también nos obliga a adaptar y mejorar la infraestructura que ya tenemos», insistió la hondureña.
Financiar medidas de resiliencia «es costo-efectivo», ya que, recordó, la infraestructura resiliente representa una inversión adicional «modesta», del 3% al 10% de su costo, pero «por cada dólar invertido se pueden evitar 3,5 dólares de pérdidas materiales».
Mejía recordó también que las casas que se construyan tienen que ser viviendas «sostenibles y bajas en carbono» y destacó la importancia de acabar con esa «percepción equivocada» de que la vivienda verde es más costosa.
Como se ha visto en alguno de los proyectos presentados en el foro, aseguró, «el sector privado puede ofrecer viviendas asequibles verdes, sin que esto afecte a la rentabilidad».
El evento ha sido organizado por el Grupo BID a través de las Divisiones de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD/CSD) e Infraestructura Social, junto con BID Invest y BID Lab.
El foro ha contado con ponentes que han participado manera presencial y otros de manera virtual, al igual que un público asistente y otras 7.000 personas que lo han seguido a través de internet.
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