El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtió el viernes que el coronavirus puede dejar más de 600.000 muertos en el país, y urgió al Congreso a aprobar rápidamente su multimillonario plan para luchar contra la pandemia y brindar alivio económico a los estadounidenses.
El mandatario demócrata insistió en la necesidad de aprobar cuanto antes su «Plan de rescate estadounidense» por 1,9 millones de dólares. Pero el avance de su agenda legislativa podría complicarse con el inminente juicio político en el Senado de su predecesor Donald Trump.
Los principales líderes demócratas dijeron que la Cámara de Representantes enviará el lunes el acta de acusación contra Trump al Senado, donde el republicano debe ser juzgado.
«Gran parte de Estados Unidos está sufriendo», aseveró Biden antes de firmar dos decretos para atender la crisis alimentaria y acelerar el apoyo a los estadounidenses.
«Estamos en 400.000 muertos y se espera que superemos los 600.000. Las familias pasan hambre. Las personas corren el riesgo de ser desalojadas. Las pérdidas de empleo vuelven a aumentar. Necesitamos actuar», enfatizó.
Biden dijo estar listo para trabajar con ambos partidos en el Congreso para «avanzar rápidamente» en la adopción del paquete de medidas develado la semana pasada.
Al mismo tiempo, el presidente necesita la confirmación sin demoras de su gabinete.
El viernes saludó la rápida luz verde del Senado al general retirado Lloyd Austin, que se convirtió en el primer secretario de Defensa negro. Y se espera la confirmación de otros dos puestos clave: los secretarios de Estado, Antony Blinken, y del Tesoro, Janet Yellen.
Todo esto sucede mientras el Senado se prepara para enjuiciar a Trump, acusado el 13 de enero por la Cámara de Representantes de incitar a partidarios a asaltar el Capitolio el 6 de enero para disputar la victoria electoral de Biden.
«Se realizará un juicio en el Senado y se votará si condena o no al (ex)presidente», aseguró el líder de la mayoría demócrata del Senado, Chuck Schumer.
– «Es inaceptable» –
Biden firmó esta tarde dos decretos para aumentar la ayuda alimentaria, y reforzar los beneficios sociales de los trabajadores federales.
«Uno de cada siete hogares en Estados Unidos, más de uno de cada cinco hogares negros y latinos, informa que no tienen suficiente comida para comer. Esto incluye a 30 millones de adultos y hasta 12 millones de niños», dijo desde la Casa Blanca.
«Esto es trágico. Es innecesario. Es inaceptable», agregó.
Con las escuelas cerradas por la pandemia, unos 12 millones de niños ya no reciben alimentos. Unas 600.000 personas perdieron sus trabajos docentes, según cifras oficiales.
Las colas para los comedores populares han aumentado y los bancos de alimentos están desbordados, incluso en los barrios acomodados de la capital federal.
Biden dijo que pedirá al Departamento de Agricultura que amplíe y flexibilice la asistencia a personas y familias de bajos ingresos y sin ingresos (SNAP), que reemplazó al programa de Cupones de Alimentos para obtener productos en tiendas autorizadas.
También prevé aumentar en 15% la cantidad de dinero que el gobierno deposita en las tarjetas electrónicas EBT (Electronic Benefit Transfer) para compensar la falta de alimentación escolar. Actualmente se ingresan hasta 5,7 dólares diarios por niño en edad escolar.
Brian Deese, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, dijo a periodistas que «casi 30 millones de estadounidenses sufren por no tener suficiente para comer».
– Batería de decretos –
Los nuevos decretos se suman a las 17 órdenes ejecutivas que Biden firmó el mismo día de su investidura, y las 10 del día siguiente. La batería de medidas toca los principales puntos de la agenda de la campaña, incluida la papa caliente de la reforma migratoria.
Biden detuvo la construcción del muro fronterizo con México y extendió las protecciones contra la deportación para los llamados «dreamers», hijos de inmigrantes ilegales que han crecido en el país indocumentados.
Pero la ofensiva está dirigida fundamentalmente contra lo que Biden describió el viernes como una «crisis sanitaria única en un siglo», y la peor «crisis laboral y económica de la historia moderna».
«Y se está profundizando. No está mejorando. Se está profundizando», alertó.
La administración Biden quiere asegurarse también de que las ayudas ya aprobadas por el Congreso lleguen a las familias que más las necesitan.
Según el Consejo Económico Nacional, «muchos estadounidenses tuvieron problemas para recibir la primera ronda de pagos directos y hasta ocho millones de hogares elegibles no recibieron los pagos emitidos en marzo».
Biden ya firmó una orden ejecutiva para extender la moratoria de los desalojos por rentas impagas.
Cerca de 18 millones de estadounidenses viven de las prestaciones por desempleo. Este subsidio fue prorrogado hasta finales de septiembre, así como la posibilidad de tomar una baja por enfermedad remunerada en caso de contagio de covid-19.