Brasil aumenta su capacidad de producción de acero en medio de las amenazas de Trump
Con una inversión de 258 millones de dólares, la planta Gerdau ampliará en 200.000 toneladas su capacidad de producción anual de bobinas de acero.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, inauguró este martes la ampliación de una planta de la siderúrgica Gerdau, que aumentará su producción de acero en momentos en que el mandatario estadounidense, Donald Trump, amenaza con aplicar aranceles del 25 % a ese producto.
Lula valoró la iniciativa de Gerdau y su «confianza» en el país, pero sin alusión alguna a las políticas arancelarias del Gobierno estadounidense.
Sin embargo, en un acto anterior y en una posible referencia a esas polémicas decisiones, pero sin aclarar el contexto, dijo: «No sirve que Trump grite desde allá, porque aprendí a no tener miedo de caras feas. Hable manso conmigo, hable con respeto, que yo aprendí a respetar a las personas y quiero ser respetado».
Gerdau, con una inversión de 1.500 millones de reales (258 millones de dólares), ampliará en 200.000 toneladas la capacidad de producción anual de bobinas de acero de esa planta, que llegará así a 1,1 millones de toneladas al año.
La empresa siderúrgica aclaró, no obstante, que la totalidad será destinada al mercado nacional.
El complejo de Gerdau en la ciudad de Ouro Branco, que incluye otras plantas, responde por el 12 % del acero producido en el país, que en total llegó el año pasado a 33,7 millones de toneladas, según datos de la industria.
Casi la mitad de la producción fue dirigida a los Estados Unidos, por lo que los aranceles que Trump promete aplicar a partir de este miércoles a ese producto y al aluminio han desatado serios temores en el sector.
El Gobierno brasileño ha optado por la cautela, aunque Lula ha advertido de que si se concreta la amenaza de Trump responderá con «reciprocidad».
Aún así, el vicepresidente y ministro de Industria y Comercio, Geraldo Alckmin, conversó la semana pasada con el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, a fin de buscar una vía de negociación.
Aunque no fue confirmado oficialmente, una de las posibilidades que Brasil aceptaría sería que Estados Unidos defina cuotas para el acero y el aluminio brasileños, como ocurrió cuando Trump, durante su primer mandato, también gravó a esos productos.
Este mismo martes, el Instituto Acero Brasil, patronal del sector, alertó que los aranceles «no serán beneficiosos» para nadie y renovó su llamado a la apertura de un diálogo entre ambos Gobiernos.
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