Las infecciones semanales de Covid-19 en Venezuela aumentaron en su mayor escala desde que comenzó la pandemia, ya que las grandes concentraciones y el plan de vacunación más lento en América del Sur alimentan la propagación de la variante delta.
Los nuevos casos semanales superaron los 10.000 por primera vez, según datos del gobierno, lo que presiona gravemente las capacidades de hospitales y clínicas y obliga a los pacientes infectados a buscar tratamiento.
“Los demonios se desatan con respecto a una tercera ola”, dijo Enrique López-Loyo, presidente de la Academia Nacional de Medicina, citado por Bloomberg.
“Sin duda creemos que esta es una explosión de la variante delta en Venezuela”, señala el académico.
La situación convierte al país en un caso atípico en un continente donde las infecciones se han ralentizado desde finales de agosto. América del Sur, una de las regiones más afectadas, había creado una forma de inmunidad contra las sobrecargas a principios de año y respondió bien a las campañas de vacunación.
Venezuela ha detectado la variante delta en varios estados, dijeron funcionarios. Para complicar las cosas, los mítines políticos que se llevan a cabo, como parte de las campañas para las elecciones locales del 21 de noviembre, aumentan los riesgos de contagio, ya que cientos de personas se reúnen en lugares públicos.
Si bien el gobierno del presidente Nicolás Maduro discutió recientemente la flexibilización de las políticas de confinamiento y permitir que los niños regresen a la escuela, las autoridades han dicho que los casos están aumentando en al menos tres estados y Caracas.
Esta semana, la policía restableció los puestos de control a lo largo de las principales vías que ingresan a la capital. El país se salvó en gran medida de lo peor del virus a principios de 2021. Pero su campaña de inmunización se ha retrasado debido a rezagos en el suministro de dosis y problemas con la compra de vacunas, que el gobierno atribuyó a las sanciones económicas de Estados Unidos.
La tasa de vacunación del país sigue siendo la más baja de América del Sur, con casi 6 millones de personas que han completado el esquema de dos dosis, una tasa de 20,8 por cada 100 personas, según datos de la Organización Panamericana de la Salud.
Los países vecinos Colombia y Brasil tienen tasas de 33 y 40,1, respectivamente, mientras que Chile ha vacunado a 73,6 por cada 100 personas.
A pesar del lento comienzo, Venezuela ahora afirma que tiene suficientes vacunas rusas, chinas y cubanas para proteger al 70% de la población. Todos los ciudadanos adultos ahora son elegibles para la vacuna sin cita previa.