Cuba anunció el sábado un sustancial aumento de la actividad privada en diversos sectores lo que implica una reforma mayor en este país socialista en el que el Estado y sus empresas dominan la economía.
La medida, que había sido anunciada en agosto por la ministra del Trabajo, Marta Elena Feito, fue aprobada el viernes por el Consejo de Ministros, señaló el diario del gobernante Partido Comunista (PCC, único).
Según Feito, como parte del «perfeccionamiento del trabajo por cuenta propia (privado)», «se elimina el anterior listado donde se recogían las 127 actividades» que los cubanos podían ejercer legalmente y lo amplía a «más de 2.000 actividades en las cuales se permite el ejercicio del trabajo por cuenta propia»
La funcionaria precisó que solo se limitan, total o parcialmente, 124 actividades, pero no dio detalles.
El propósito de esta reforma es facilitar «que el trabajo por cuenta propia continúe desarrollándose», dijo al señalar que quitará ataduras a las fuerzas productivas y permitirá que los cubanos pongan en marcha negocios de un perfil más amplio.
El gobierno viene ampliando desde hace una década las actividades que los cubanos pueden realizar por cuenta propia, las cuales se centran en servicios de gastronomía, transporte y arrendamiento de habitaciones para el turismo.
La isla, de 11,2 millones de habitantes, tiene actualmente más de 600.000 personas que trabajan por su cuenta, que representan el 13% de la fuerza laboral del país.
Este sector «ha sido duramente impactado por el recrudecimiento del bloqueo» de Estados Unidos bajo la anterior administración de Donald Trump, y «también por los efectos de la pandemia» del coronavirus, indicó Feito.
El ministro de economía, Alejandro Gil, dijo que Cuba da un «importante paso para el incremento del empleo, a tono con el ordenamiento monetario del país», refiriéndose a la compleja reforma económica que entró en vigor el pasado 1 de enero y tras un duro 2020 que registró una caída del PIB del 11%.
Se trata de «una buena noticia» y «definitivamente, un paso en la dirección correcta», a pesar de que «desafortunadamente, demoró demasiado», señaló por su parte el economista Ricardo Torres, de la Universidad de La Habana.