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CEO de Wells Fargo pierde US$ 41 millones en acciones tras escándalo
Wells Fargo está dispuesto a dar una lección a sus principales directivos tras el escándalo generado por la creación de millones de cuentas falsas. Así, su consejero delegado, John Stumpf, quedará suspendido de sueldo este año, lo que también incluye su bonus y alrededor de 41 millones de dólares en opciones sobre acciones de la entidad financiera. De esta forma la compañía activa una de las mayores reprimendas dentro de la industria a su cúpula directiva.
Según señala el propio banco en un comunicado la renuncia de Stumpf representa aproximadamente una cuarta parte de la compensación total que ha acumulado durante sus casi 35 años en el banco. Wells Fargo explicó que la cifra de 41 millones de dólares corresponde a las acciones que el consejero delegado todavía no ha llegado a invertir. Stumpf también renunciará a su sueldo mientras el banco lleva a cabo una investigación independiente.
La polémica generada por la creación de cuentas falsas para cumplir con los estrictos objetivos impuestos por el banco también se ha cobrado su primer despido entre los principales directivos de Wells Fargo, ya que Carrie Tolstedt, quien dirigió a división que creó dichas cuentas falsas, ha abandonado la entidad justo un año antes de su jubilación.
Tras la presión ejercida por los legisladores a este lado del Atlántico, Tolstedt no recibirá ningún tipo de bonificación o indemnización y se quedará sin 19 millones de dólares en acciones del banco. La entidad también comunicó que Tolstedt se ha comprometido a no invertir los cerca de 34 millones de dólares en opciones de Wells Fargo que tiene a su nombre. Ni Stumpf ni Tolstedt recibirán ningún tipo de bonificación en 2016.
Durante su comparecencia ante el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, admitió que los reguladores del banco central estadounidense, el supervisor de la gran banca estadounidense, está realizando una «revisión integral a los grandes bancos» para asegurarse que no existen problemas similares a los encontrados en Wells Fargo.
Multa y miles de despidos
Durante los últimos cinco años, muchos de los clientes de Wells Fargo han notado como las tarifas que cobra la entidad por la apertura y manutención de sus cuentas han incrementado como paliativo tras la caída de la rentabilidad de la industria. Un hecho arraigado entre la banca comercial estadounidense pero que en el caso de la entidad con sede en San Francisco se ha visto ensombrecido por la apertura de millones de cuentas sin autorización de sus usuarios.
Una situación que se trasladó hasta 2011 y que desde entonces se ha cobrado el despido de un total de 5.300 empleados del banco y una multa de 185 millones de dólares de los que la mayor parte (100 millones) fueron desembolsados al Buró de Protección Financiera del Consumidor (CFPB, por sus siglas en inglés). «Los trabajadores de Wells Fargo abrieron secretamente cuentas sin autorización para cumplir con los objetivos impuestos por la compañía y recibir las bonificaciones asociadas», explicó a comienzos de septiembre la agencia federal en un comunicado.
Tanto la Fiscalía de Los Ángeles, que recibió 50 millones de la multa total, como la Oficina del Controlador de Divisas, que se hizo con 35 millones de la sanción a pagar por Wells Fargo, explicaron en su demanda que «las estrictas cuotas que los banqueros debían alcanzar provocó que los gerentes degradasen y amenazasen a sus empleados para satisfacer niveles en muchos casos inalcanzables». En este sentido se señaló que estos objetivos no eran sostenibles ya que en buena parte de las ocasiones las oficinas no recibían los suficientes clientes a diarios para conseguir dichos niveles mediante medios tradicionales.
Es entonces cuando muchos empleados optaron por poner en práctica una táctica conocida como «pinning». La técnica permite que el banquero en cuestión autorice una tarjeta de débito, activando personalmente el código PIN de la misma, normalmente con cuatro ceros, sin necesidad de contar con la autorización del cliente. De esta forma el trabajador podía, entre otras opciones, activar una cuenta online a nombre de un cliente ya existente sin necesidad de su autorización y utilizando una cuenta de correo genérico, como 1234@wellsfargo.com, para no levantar las sospechas del usuario. Cada nueva cuenta de banca onlline contabilizaba de cara a las metas impuestas por el banco para agraciar a sus empleados con las respectivas bonificaciones.
«Wells Fargo creó un programa de incentivos de compensación que permitió a sus empleados dedicarse a prácticas de ventas poco limpias, y parece que el banco no monitoreó con cuidado el programa», dijo el director de CFPB Richard Cordray. El procurador de Los Angeles, Mike Feuer, calificó como «indignante» y una «gran violación de confianza» el comportamiento de Wells Fargo. «Los consumidores deben poder confiar en sus bancos», señaló.
Estas controvertidas e ilegales prácticas fueron desveladas originalmente por el rotativo Los Angeles Times en 2013. La serie de historias, producto de una investigación del diario, llevó a la fiscalía de Los Ángeles a demandar a Wells Fargo.
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