César Aristimuño: menos radicalización y más vacunación es lo que necesita la economía
La decisión del Ejecutivo Nacional de ir a un nuevo esquema de radicalización de la cuarentena, conocido ahora como «7+14», tendrá efectos altamente nocivos en la economía y la calidad de vida de los venezolanos y no funcionará para prevenir la propagación de contagios por coronavirus (COVID-19) en el país.
De esta manera lo expresó el economista y director de la firma consultora Aristimuño Herrera y Asociados (AH&A), César Aristimuño, quien además reiteró que Venezuela aún se encuentra ausente de estrategias que promuevan programas de apoyo fiscal, se estimule el crédito bancario o necesariamente, se establezcan alivios relevantes para el empresariado.
«No se han implantado estrategias que tengan que ver con programas de apoyo fiscal, tal como lo ha venido haciendo el resto de las economías latinoamericanas», manifestó.
Para Aristimuño, este nuevo funcionamiento, que constaría de 7 días de flexibilización posteriores a la Semana Santa para luego, tener 14 días de cuarentena (7+14), coloca la situación del país en una realidad delicada en América Latina.
«Una paralización adicional colocaría a la actividad económica venezolana en una situación crítica y con resultados poco eficientes», apuntó.
Sin embargo, el economista venezolano aclaró que la propuesta del Ejecutivo de prolongar el confinamiento es una medida «responsable y necesaria», pero afirma que esta iniciativa debe ir necesariamente acompañada de soluciones efectivas y de la simultaneidad de procesos para lograr el resultado esperado: Contener el aumento de casos por COVID-19 en la sociedad.
«El hecho de no iniciar el mes de abril con una planificación de campaña de vacunación, refleja expectativas no favorables para la economía y para la sociedad en términos de salud», expresó.
El pasado 29 de diciembre de 2020, el presidente, Nicolás Maduro, prometió «que en los próximos 90 días» vacunarían a 10 millones de venezolanos, tras firmar un contrato con Rusia para la adquisición de las dosis contra COVID-19.
A la fecha, solo han llegado 100.000 vacunas Sputnik V al país, apenas el 1% de lo ofrecido, los cuales se han venido destinando prioritariamente al personal de salud y ciudadanos en situación vulnerable.
– La prioridad real –
De acuerdo con el también Director General del portal especializado Banca y Negocios, el sistema 7+7 de la flexibilización, establecido por el gobierno de Maduro, demostró que no funciona como una estrategia eficiente, para el control de la pandemia.
«No basta con campañas de concientización y cuarentenas prolongadas. La prioridad real de la pandemia tiene que ser la de utilizar todas las herramientas disponibles y aprovechar las ayudas internas y externas que permitan reducir los riesgos de mayor contagio», puntualizó.
«La pobreza es el primer vector real de contagios», expresó Aristimuño ante la advertencia del impacto que conllevaría aplicar este «nuevo modelo venezolano» en la critica realidad económica del país, con un sector comercial altamente impactado, un sector manufacturero impactado por las importaciones y caída en la demanda y un sector turismo que «ansiaba un respiro de ingresos» en Semana Santa y esto en un marco de informalidad laboral que ronda el 70%.
Asimismo, Aristimuño alerta de un impacto crítico en la capacidad de sostener empleos y generar fuentes de ingresos.
De acuerdo con el Sindicato de Trabajadores no Dependientes del Sector Comercio, Servicio y Afines, Sintrandecos, y la central de trabajadores Alianza Sindical Independiente, ASI Venezuela, en el país hay más de 5 millones de trabajadores informales, de los cuales 65% son mujeres jefas de hogar, 39% sufre de enfermedades ocupacionales debido al trabajo precario, y 60%, aproximadamente, vive en condiciones de pobreza.
El consultor venezolano, César Aristimuño, considera positivo la iniciativa de Fedecámaras de adquirir hasta 6 millones de dosis de vacunas contra la COVID-19, ya que además de tratarse de una contribución necesaria para la sociedad, este modelo generará impacto y buenas expectativas en la recuperación de la actividad económica del país.
«Es una opción concreta y una propuesta seria y enfocada. El Estado venezolano haría bien en recibirla», puntualizó.
«La vacunación en Venezuela, es un asunto estratégico. No hay tiempo para debates substanciales ni para intereses grupales», agregó.
El gobierno de Nicolás Maduro informó el domingo 28 de marzo que la semana anterior cerró con un total de 5.295 nuevos casos de COVID-19 en el país.
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