Chavismo se prepara activamente para adelanto electoral y este tema genera polémica en el CNE
Fuentes políticas oficialistas consultadas por Banca y Negocios señalan que aún no hay una propuesta definida, pero el tema se está debatiendo aunque parece, por ahora, poco probable que las presidenciales se adelanten tanto como a 2023. La fecha más probable de adelanto puede ser el primer trimestre de 2024.
El diputado y primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, insistió en la posibilidad de modificar el calendario electoral para adelantar la elección presidencial que debe convocarse para 2024, al afirmar que si el Consejo Nacional Electoral decide montar estos comicios «en mayo del año que viene», «nosotros estamos listos».
El propio presidente Nicolás Maduro planteó esta posibilidad y otros líderes chavistas han tomado posición en el mismo sentido, pero hasta ahora no hay movimiento concreto alguno para concretar este cambio.
Hace pocos días el primer vicepresidente del Consejo Nacional Electoral, el opositor Enrique Márquez, pretendió despejar dudas cuando afirmó que las elecciones presidenciales se realizarían en el último trimestre de 2024, pero el presidente del organismo comicial, Pedro Calzadilla, le salió al paso cuando señaló que el ente comicial debe mantenerse al margen en el debate de los diferentes «actores políticos».
«Los rectores tenemos la responsabilidad de garantizar las condiciones para que la sociedad venezolana pueda dirimir sus diferencias por la vía electoral. Intervenir públicamente en las diatribas políticas pone en peligro el cumplimiento de la tarea a la que estamos obligados», expresó Calzadilla.
Y añadió: «Este CNE fue resultado genuino de la férrea voluntad de las fuerzas democráticas por lograr la estabilidad política que el país anhelaba a través de la conformación de un organismo electoral imparcial, confiable y transparente. Las opiniones públicas constantemente emitidas por el rector Márquez no solo son contrarias al compromiso que adquirimos con los principios de esta institución, sino que también ponen en riesgo la paz y el equilibrio alcanzado este año».
Fuentes políticas oficialistas consultadas por Banca y Negocios señalan que aún no hay una propuesta definida, pero el tema se está debatiendo aunque parece, por ahora, poco probable que las presidenciales se adelanten tanto como a 2023. La fecha más probable de adelanto puede ser el primer trimestre de 2024.
Los consultados sí señalan que la estructura de movilización del PSUV está trabajando para tener la «máquina aceitada» para cuando sea necesario en una estrategia de «movilización permanente» hacia el proceso electoral.
La oposición también se mueve y hay una decena de «pre» y candidatos movilizados por el país y haciendo algunas propuestas, pero lo medular es cómo conseguir un candidato unitario, un objetivo que parece escurridizo, a pesar que la plataforma unitaria -el sector tradicional de la oposición y que apoya el «interinato» de Juan Guaidó- ya ha dado algunos pasos para convocar una primaria para el próximo año.
Pero la plataforma es solo una parte de la oposición, por lo que la elección de un aspirante único a la presidencia está, todavía, en el limbo.
– Fuera de base –
Básicamente, adelantar el proceso electoral presidencial sería una forma de agarrar a la oposición «fuera de base» y con pocas posibilidades reales de alcanzar un acuerdo plenario del sector, cuya necesidad se demostró en la elección regional del estado Barinas, donde la mayor parte de los sectores opositores, al final, apoyaron al gobernador Sergio Garrido.
La más reciente encuesta de Datanálisis, correspondiente a septiembre, muestra que si bien el nivel de rechazo del presidente Nicolás Maduro sigue siendo elevado, ubicado en 72,3% de los encuestados, a la oposición no le va nada mejor; de hecho, Juan Guaidó aparece con un rechazo ligeramente mayor de 73%; Manuel Rosales -quien aparece como el candidato del archipiélago opositor con mejor intención de voto- tiene un indicador de desaprobación de 54%.
María Corina Machado ostenta una desaprobación de 62,4%; Henrique Capriles Radonsky cuenta un rechazo de 69%; Leopoldo López tiene una valoración negativa de 72,2%; Henri Falcón no es bien valorado por 68,5% de los encuestados por Datanálisis.
Lo cierto es que el único líder político venezolano que tiene una valoración positiva en todo el arco político nacional es el expresidente Hugo Chávez, quien después de una década de su fallecimiento aún cuenta con una aprobación de 59,1%.
Los datos evidencian que sin unidad «total» la oposición parece no contar con un liderazgo capaz de competir la presidencia con el chavismo.
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