Chevron podría realizar el primer envío de petróleo a Estados Unidos tan temprano como en diciembre, luego de discutir los términos bajo los cuales reanuda sus operaciones en Venezuela con el Gobierno del presidente Nicolás Maduro. La corporación estadounidense reactivaría tres empresas mixtas con PDVSA en el país.
De acuerdo con Bloomberg, en uno de estos proyectos -que no se identifica- se podría llegar a mejorar 1 millón de barriles en el corto plazo, los cuales saldrían antes de fin de año a puertos estadounidenses.
«La compañía obtendrá sus propios diluyentes para mezclarlos con petróleo venezolano y procesar crudos de sus propias empresas, así como de otros campos de PDVSA«, señala la agencia estadounidense.
Las fuentes estadounidenses señalan que las ganancias de estas operaciones se utilizarían para descontar la deuda pendiente de PDVSA con Chevron.
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Según la nota de Bloomberg, las reuniones de la petrolera estadounidense con el Ministerio de Petróleo de Venezuela están autorizadas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC). Chevron producirá un crudo Hamaca Blend, un crudo mezclado que puede ser procesado en refinerías estadounidenses.
Chevron produce en Venezuela unos 50.000 barriles diarios, 110.000 menos que en 2018, según la agencia estadounidense.
Hablan especialistas
La autorización del gobierno de Estados Unidos al gigante energético Chevron para operar en Venezuela pese a las sanciones contra el país dará un empujón a la estancada producción petrolera venezolana, aunque tendrá impacto «limitado» en el mercado internacional, estiman especialistas consultados por la AFP.
Con esta licencia por seis meses, Chevron retomará actividades en las empresas de las que es socio con Petróleos de Venezuela (PDVSA), si bien el Departamento del Tesoro advirtió que la estatal venezolana no deberá recibir ingresos por las ventas de la compañía estadounidense.
Aunque no mueva sustancialmente la aguja de la oferta, la medida sacude el tablero en un mercado petrolero convulsionado por las sanciones contra Rusia por invadir Ucrania, coinciden analistas: Washington confirma disposición a revisar sus sanciones contra Venezuela si avanzan las negociaciones entre el presidente Nicolás Maduro y la oposición.
Sin un consenso en torno a las elecciones presidenciales de 2024, principal demanda opositora, las partes firmaron el sábado en México un acuerdo para gestionar la liberación de 3.000 millones de dólares de Venezuela bloqueados en el extranjero y destinarlos a proyectos sociales.
¿Qué gana Venezuela?
Chevron tiene cuatro empresas mixtas con Pdvsa: Petroboscán, Petropiar, Petroindependencia y Petroindependiente.
Hoy producen en conjunto unos 50.000 barriles diarios de crudo, estima Francisco Monaldi, director del Programa Latinoamericano de Energía del Instituto Baker, en la Universidad de Rice, en Texas.
«Podría probablemente subir la producción en los próximos seis meses en unos 50.000 o 60.000 barriles diarios» (bd), comenta Monaldi. «Pasaría de 50.000, digamos, a 100.000, pero después (Chevron) tendría que invertir para llegar a la capacidad completa, que son como 220.000, y eso tomaría alrededor de dos años«.
La producción de Venezuela, que hace dos décadas era de 3,2 millones de bd (mbd), permanece estancada en unos 700.000 bd este año, según la OPEP.
En ese contexto, es complicado superar el total de 200.000 bd que las empresas producían antes de las sanciones, subraya Pilar Navarro, analista para Latinoamérica de la firma Medley Advisors.
«Para aumentar la producción por encima de eso se necesita más capital, que PDVSA no tiene, y no vemos a Chevron con apetito» de inyectarlo, expresa.
Cuando entraron en vigor las sanciones petroleras de Estados Unidos en 2019, Chevron recibió una exención para comercializar crudo venezolano y cobrar deudas pendientes, pero esa disposición fue suspendida en 2020.
Las restricciones a PDVSA y al gobierno venezolano harían ahora que «buena parte» de la producción vaya a pagar deudas de la estatal con la compañía norteamericana, que ascienden a 5.000 millones de dólares, considera Monaldi.
«La pregunta es qué tanto puede estar interesado Nicolás Maduro en cargamentos que fundamentalmente vayan a pagar deudas», agrega.
«Autorizo a Chevron a que salga y me venda el petróleo a mí, pero sin pagar impuestos, regalías y dividendos. (…). Es una autorización como la que haría el emperador romano a un procónsul», ironiza el experto petrolero Carlos Mendoza Potellá. «Es imponer la Pax Romana».
Sin embargo, en un artículo, el economista Francisco Rodríguez cree que la prohibición «es simbólica», alegando que los pagos «no recaen en Chevron», sino en las empresas de las que es socio.
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El ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, recibió el martes al presidente de Chevron en Venezuela, Javier La Rosa, en una reunión que calificó de «exitosa».
¿Qué gana Estados Unidos?
El eventual repunte de la producción de las empresas mixtas de Chevron y Pdvsa es «importante» para Venezuela, pero «no es significativo para la producción mundial», afirma Monaldi.
Aclara, no obstante, que la licencia es «una buena noticia» para las refinerías de la costa del Golfo de México, adaptadas al petróleo pesado y extrapesado venezolano.
El resto de las sanciones seguirán aplicándose «vigorosamente», subrayó Washington.
La administración de Joe Biden ha establecido contactos con Maduro, admitiendo que el petróleo de Venezuela podría ser útil en el contexto actual. Estados Unidos importaba, sin embargo, unos 700.000 bd de Rusia según su agencia de energía, una cuota imposible de cubrir con la capacidad de oferta venezolana.
«Esta flexibilización (…) se debe a que el gobierno de Maduro está en una posición mucho más consolidada y la oposición, como contraparte, en una mucho más debilitada», expresa Navarro.
¿Qué ganan terceros?
Empresas como la italiana Eni y la española Repsol se ven en el espejo de Chevron.
«Eni y Repsol ya obtuvieron autorizaciones para tomar cargamento para pagar deuda a Europa y van a seguir tratando de conseguir más», dice Monaldi, quien destaca que empresas como Reliance, de India, están también en fila esperando.
Estados Unidos fue históricamente el mayor cliente de PDVSA, a la que compraba 500.000 bd antes de las sanciones. Venezuela viró después hacia India, China y Rusia como compradores principales.
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