China avanza en su lucha contra las criptomonedas
La reciente adquisición de la compañía china BTCC, una de las tres mayores operadoras de intercambio de bitcoin en el país, por un fondo de inversión en blockchain de Hong Kong es el último ejemplo que confirma la voluntad de las autoridades chinas de acabar con el negocio de las criptomonedas.
Tras la compra, la compañía se centrará exclusivamente en el mercado internacional y abandonará su negocio de intercambio de divisas virtuales en China continental, donde el Gobierno prosigue con sus esfuerzos para acabar con este negocio.
China ha sido hasta ahora la ubicación líder para el negocio de intercambio de criptodivisas y acoge la mayor comunidad del mundo de «mineros» de bitcoin, ordenadores que actualizan y aprueban las transacciones con bitcoins a través de bloques que se van uniendo a una cadena de datos.
Según estimaciones de enero de la consultora británica Capital Economics, hasta hace poco, un 70% del minado de bitcoin en el mundo se hacía en China.
«La mayor parte del trading de bitcoin se hacía en renminbis (la moneda china, también llamada yuan) hasta que el Gobierno empezó a impedirlo. Ahora la proporción de minado que se lleva a cabo en China ha caído hasta el 50% y las divisas que se utilizan son el dólar, el euro, el yen y el won surcoreano», apunta la firma.
Para llevar a cabo el proceso de minado, los ordenadores necesitan enormes cantidades de energía y aquí radica una de las principales razones por las que China es un destino predilecto, unido al bajo precio de la mano de obra y a la cantidad de fábricas locales de chips que existen en el país.
«La electricidad y la mano de obra barata, junto al liderazgo en el hardware de minar, son los principales factores que contribuyen a que China lidere el mercado de minado», explica el banco Credit Suisse en un análisis presentado en enero.
Sin embargo, desde hace un año el país asiático ya no resulta un destino tan interesante para los que quieren operar con criptomonedas.
Aunque no existe una explicación oficial, los expertos apuntan a que el país quiere restringir el uso de monedas virtuales para evitar la salida de divisas del país (a través de las transacciones en las que se compre divisa virtual con yuanes).
La primera medida impuesta por las autoridades fue la prohibición de los intercambios de criptodivisas en China continental, lo que llevó a muchas firmas a seguir ofreciendo sus servicios a través de mercados paralelos no organizados e, incluso, a que muchos inversores formaran grupos en redes sociales para hacer negociaciones privadas.
En el último mes China ha anunciado un recorte del suministro eléctrico a las empresas que fabrican las monedas, ya que su producción requiere el uso de grandes cantidades de equipos informáticos para realizar los complejos cálculos necesarios para la generación de estas divisas, lo que supone un gran consumo de energía.
Coincidiendo con estas medidas, los anuncios de monedas virtuales que hasta hace poco se veían en Baidu, el motor de búsqueda más utilizado en China, y en la red social Weibo, similar a Twitter, han desaparecido.
El Banco Popular de China (central) ha ordenado a las instituciones financieras que dejen de proporcionar servicios bancarios y financiación a cualquier actividad relacionada con las criptomonedas y ha anunciado que prohibirá cualquier plataforma de negociación en el país, tanto nacional como extranjera.
Además, esta institución ha empezado a hacer pruebas para lanzar su propia criptodivisa, lo que podría convertirle en el primer banco central en emitir moneda digital.
«Los bancos centrales han ido demasiado lejos pensando en esto (…) necesitan pensar con cuidado en las implicaciones a largo plazo de introducir divisas digitales centrales en el sistema bancario y en la política monetaria», señala Capital Economics.
Según la firma, si los bancos centrales deciden no pagar un interés por los depósitos en esa moneda, entonces las implicaciones serán limitadas, pero si lo hacen, los bancos comerciales se verán afectados.
Si se da este caso, los márgenes de los bancos comerciales podrían verse reducidos porque tendrían que pagar más interés que el banco central para convencer a los clientes de que depositen allí su dinero.
«En tiempos de incertidumbre económica y financiera, la gente podría mover la mayor parte de su dinero de los bancos a la divisa virtual de los bancos centrales», que se presume más estable, lo que haría a los bancos «incluso más inestables», advierte la consultora, que duda de que cualquier criptodivisa se convierta en global y vaticina que el bitcoin desaparecerá «en pocos años».
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