Tras haber apretado las clavijas a los gigantes tecnológicos, el gobierno chino endureció el tono contra el lucrativo sector educativo, cuyas acciones se derrumbaron este lunes 26 de julio, en una nueva vuelta de tuerca reglamentaria del Ejecutivo.
La industria de los cursos de refuerzo y de preparación de exámenes es un sector muy jugoso en China, cuyo sistema de enseñanza es especialmente competitivo y elitista.
El ramo representaba en 2018 unos 260.000 millones de dólares, según el gabinete de estudios L.E.K. Consulting.
Obsesionados con que sus hijos tengan éxito, los padres chinos suelen gastarse importantes sumas en las actividades de refuerzo escolar, lo que dio lugar al nacimiento de verdaderos gigantes en el sector educativo, y algunas de estas empresas cotizan incluso en Estados Unidos.
Pero, en China, cada vez se critica más la excesiva carga de trabajo de los estudiantes y los costos prohibitivos de la educación.
Según las nuevas regulaciones publicadas el sábado por el gobierno, las empresas de apoyo escolar tendrán que registrarse a partir de ahora como asociaciones sin fines de lucro.
Además, ya no podrán impartir clase los fines de semana y días feriados ni durante las vacaciones escolares.
– Descalabro en la Bolsa –
Esta vuelta de tuerca hizo que las acciones de los líderes chinos de la educación privada se derrumbaran este lunes en la bolsa.
New Oriental Education, uno de los principales actores del mercado, perdió un 47% en la bolsa de Hong Kong durante la sesión.
Koolearn Technology, especializado en los cursos en línea, se desvalorizó más de un 33% y China Maple Leaf Educational, que sobre todo prepara para el acceso a universidades extranjeras, perdió cerca de un 11%.
Unos valores que lastraron la Bolsa de Hong Kong, que cerró el lunes con una caída superior al 4%.
Las nuevas medidas, que buscan aliviar la sobrecarga de trabajo de los escolares chinos y la presión financiera de sus padres, coincidieron en un contexto de desaceleración de la economía, que ha llevado a Pekín a querer impulsar la natalidad.
El gasto que acarrean los hijos es una de las principales razones que disuaden a las parejas jóvenes chinas de tener niños.
– «Rectificar» –
El endurecimiento de las normas en el sector educativo recuerda al emprendido en el ámbito de la tecnología, donde una legislación relativamente laxa de los datos y la ausencia de competidores extranjeros permitió la formación de gigantes locales.
En los últimos meses, el gobierno chino se ha mostrado más firme y ha iniciado varios procedimientos contra pesos pesados del sector, a los que pidió que «rectifiquen» unas prácticas toleradas hasta entonces.
Alibaba, el gigante chino del comercio en línea, fundado por el multimillonario Jack Ma, fue condenado en abril a pagar una multa de 2.700 millones de dólares por entorpecer la competencia.
Didi, líder en el mercado de la reserva de vehículos con conductor (VTC) en China, está siendo investigado por su sistema de recolección de datos privados.
Unos contratiempos que llegaron después de Didi recaudara 4.400 millones de dólares durante su salida a bolsa en Nueva York -que el gobierno chino no veía con buenos ojos- a finales de junio.
Por su parte, el mastodonte de internet Tencent ha sido la última empresa en el punto de mira de Pekín.
El grupo, líder indiscutible en China en el mercado de la música en «streaming», fue atacado el sábado por el regulador, que lo acusó de prácticas contrarias a la competencia y le instó a renunciar a sus derechos musicales exclusivos.
El lunes, el título de Tencent perdió un 7,7% en la Bolsa de Hong Kong.