El Economista América
Cinco razones científicas detrás de los triunfos de Michael Phelps
El nadador estadounidense Michael Phelps, de 31 años, lo volvió a hacer y marcó un nuevo hito olímpico la noche del jueves en la carrera de 200 metros con estilos que recorrió en sólo 1 minuto, 54 segundos, 66 centésimas. Con ello, suma ya 22 medallas de oro en su carrera y 26 medallas olímpicas.
Sólo en los 200 metros ya hila cuatro victorias olímpicas consecutivas, algo que sólo han logrado otros dos atletas, también estadounidenses, pero en otras disciplinas: Al Oerter, en lanzamiento de disco y el corredor Carl Lewis, apodado «hijo del viento». Pero ¿por qué Phelps es tan bueno?
Independientemente de factores como la determinación, el entrenamiento o el talento, la ciencia lleva ya casi una década investigando a detalle el cuerpo de Phelps para saber cómo explicar lo que hay detrás de los logros del nadador. Esto es lo que han encontrado:
1. La amplitud de sus brazos es proporcionalmente más larga que la del promedio de los varones: 203 centímetros -para ser exactos- entre la punta de su mano izquierda y la derecha, mientras que su altura de pies a cabeza es de 1.93 metros. Normalmente, estas dos medidas suelen ser similares, como se puede apreciar en el Hombre de Vitruvio de Leonardo da Vinci. De acuerdo con la revista Scientific American, este «extra» en la envergadura de sus brazos le ayuda a cerrar la brecha ante sus oponentes en el agua.
2. Cuerpo aerodinámico. Pese a ser un hombre alto (1.93 m), sus piernas son proporcionalmente cortas en relación con su torso, lo que hace a su cuerpo más aerodinámico, con el área torácica actuando como un motor potente para unas piernas menos pesadas de lo normal.
3. Articulaciones muy flexibles. Las articulaciones de Phelps son capaces de doblarse unos 15 grados más que las de sus competidores, esto le da un mayor rango de movimiento a sus tobillos y hombros.
4. Pies grandes, muy grandes. Michael Phelps tiene una talla de pies equivalente a 12.5 en México, 14 en Estados Unidos o 48.5 en Europa. De manera que sus pies, aunados a los flexibles tobillos, actúan como si fueran auténticas aletas.
5. Falta de ácido láctico. Cuando los seres humanos hacemos un esfuerzo físico más allá de lo normal, nuestros músculos producen una sustancia llamada ácido láctico, que provoca fatiga y desacelera las contracciones musculares, por lo que es necesario tomar un descanso y un periodo de recuperación antes de hacer otro esfuerzo. Pero para Phelps es diferente. El nadador produce menos ácido láctico que sus contrincantes, y como resultado, se recupera más rápido del esfuerzo.
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