CIV: Maduro pretende que banca privada asuma nuevos créditos para viviendas

El Colegio de Ingenieros de Venezuela califica de «demagogia pura y simple» a los nuevos topes de créditos para viviendas anunciados por Nicolás Maduro y denuncia que la administración chavista pretende trasladar a la banca privada subsidios que ya no está en capacidad de cubrir, cuando el sector financiero registra una severa contracción de liquidez, por la estrategia de encaje legal excesiva que mantiene el Banco Central de Venezuela.

Richard Casanova,  presidente de la Comisión de Desarrollo Urbano y Vivienda del Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV), señala que el anuncio hecho el pasado viernes por Nicolás Maduro de incrementar los créditos para la compra, autoconstrucción, ampliación y reparación de viviendas, no pueden ejecutarse con fondos públicos, porque sencillamente el gobierno “está quebrado”.

«Ahora pretende que el monto de los créditos aplique solo para la banca privada, de por sí ahorcada por el incremento del encaje legal marginal. Maduro pretende utilizar los fondos de la banca para solucionar un problema que en 20 años no han podido resolver. Durante estas dos décadas de corrupción, improvisación y despilfarro, el déficit habitacional se incrementó en más de 300%”, reveló el arquitecto.

Por otra parte, el directivo del CIV apuntó que cuando se  publiquen en Gaceta Oficial los nuevos montos de los créditos para vivienda, «estos no servirán para nada por los efectos de la hiperinflación».

Para adquisición de vivienda principal, según los anuncios  de Nicolás Maduro, el monto pasa de 7 millones a 19,5 millones de bolívares; para autoconstrucción, pasa de 4 millones a 16,5 millones de bolívares; para mejoras de vivienda principal, pasa de 2,4 millones a 12 millones de bolívares; para ampliación de vivienda principal, pasa de 8,5 millones a 14,5 millones de bolívares; y para el plan Credihábitat, el monto pasa de 9 millones a 40 millones de bolívares.

A su parecer, el problema real radica en el bajo poder adquisitivo, la inflación desbordada y la devaluación de la moneda, lo cual deriva en una muy limitada capacidad de endeudamiento. “En un país donde la gente hace ingentes esfuerzos para resolver a medias la alimentación de su familia o conseguir medicinas, la posibilidad de endeudarse es una ilusión que nada tiene que ver con la dura realidad que sufre”, puntualizó.