Crisis, hiperinflación, caída del poder adquisitivo, sanciones económicas… Venezuela, que ha visto huir a 5 millones de sus 30 millones de habitantes, se encuentra en un abismo del que le cuesta salir.
«Estamos en una situación de sálvese quien pueda», dijo el economista Asdrúbal Oliveros para resumir la situación económica actual, afectada además por un nuevo brote de covid-19.
– Política-
Nicolás Maduro es quien manda en Venezuela, pese al reconocimiento a Juan Guaidó como presidente encargado por medio centenar de países, incluido Estados Unidos, que busca presionar la salida del heredero del fallecido expresidente Hugo Chávez con sanciones.
«Es una ficción», dijo a la AFP el canciller, Jorge Arreaza, sobre el poder de Guaidó. «Cuando un [gobierno] europeo quiere hablar con Venezuela, me llama. Hay un Estado, un gobierno que funciona».
Un cambio de gobierno no está en el horizonte de corto plazo, coinciden expertos.
– Sanciones –
La administración de Maduro coloca en las sanciones el origen de todos los problemas del país.
«Cuando a una persona no le llegó en 2017 su tratamiento de VIH, cuando una persona no se haya vacunado en diciembre o en enero del año que viene, ¿de quién es la responsabilidad?», dice Arreaza, que asegura que multinacionales como Phillips y Siemens le niegan asistencia técnica o repuestos para el sistema eléctrico y de salud.
«Las sanciones han complicado el trabajo de las autoridades, pero también sirven de excusa para el caos económico», afirmó un observador europeo que pidió el anonimato.
La oposición está a favor de mantener las sanciones, pese a que algunos coinciden en que perjudican más al ciudadano común que al gobierno.
– Petróleo –
La producción de petróleo, que llegó a 3,3 millones de barriles diarios, es hoy de poco más de 500.000 barriles, según cifras oficiales. El gobierno lo atribuye también a las sanciones.
Pero José Toro Hardy, exdirectivo de la estatal PDVSA, refuta esta versión. «El daño viene de mucho antes de 2017. La industria petrolera se ha deteriorado gravemente por la falta de inversión, de mantenimiento».
Venezuela, con las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, se ha visto obligada a importar gasolina de Irán pese a que cuenta con una veintena de refinerías en el mundo.
– Estado reducido –
El producto interno bruto (PIB) se estima en 48.000 millones de dólares para 2020, lo que representa una caída de más del 80% respecto a 2013.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé una nueva contracción en 2021.
Venezuela pasó de estar entre las 30 mayores economías del mundo al puesto 100. «El tamaño del Estado se ha reducido drásticamente», explicó Oliveros, sobre el modelo rentista que sostuvo elevados subsidios en los precios de la gasolina, la electricidad y los alimentos.
Las importaciones también se redujeron 10 veces desde que Maduro llegó al poder en 2013, destacó el experto.
– Economía informal –
Con la caída de la economía, el sector informal se ha disparado. «La gente tiene más de un trabajo, venden tortas, hace de taxi, trae algo de Estados Unidos y lo revende», señala Oliveros.
«Hay una economía del rebusque», explica.
Oliveros destaca además la «economía paralela negra, con la explotación de oro, el narcotráfico…».
Por ejemplo, el contrabando de gasolina y gasoil se ha expandido en el país, a excepción de Caracas.
– Coronavirus –
Una segunda ola de covid-19 comenzó a azotar a Venezuela cuando la economía volvía a abrirse, tras meses de confinamiento.
El brote, que las autoridades califican de «más virulento» y vinculan a la variante brasileña del virus, ha colapsado hospitales y clínicas.
El gobierno solo reconoce unos 177.000 casos y más de 1.800 muertes, pero organizaciones no gubernamentales y la oposición cuestionan estos números argumentando un elevado subregistro por falta de pruebas diagnóstico.