Cobertura del programa CLAP bajó a 36% de hogares y con solo 7 kilogramos por familia

El director ejecutivo de Ciudadanía en Acción, Edison Arciniega, se refirió a la distribución de las cajas de alimentos de los Comités Locales de Abastecimiento Popular (CLAP), y señaló que “parecieran estar destinados a desaparecer”, argumentando que durante el mes pasado solo llegaron a 36% de los hogares, y con apenas 7 kilos de comida, cuando estaba planificado un combo de 19 kilos, de acuerdo con el monitoreo de la Organización no Gubernamental que preside.

Sobre la escasez de diesel en el país, aseguró que esta situación ha agudizado la enorme desigualdad social que por años ha marcado la evolución de la dieta del venezolano y que actualmente existen dos grandes sectores en el país: un grupo importante que consume más de 3.000 calorías, mientras que el grueso de los venezolanos puede estar por el orden de 1.400.  

Arciniega, entrevistado por Vladimir Villegas en Globovisión, precisó que en Venezuela «el hambre es extensiva, pero no intensiva». Y en este sentido explicó que, efectivamente, hay hambre, pero esta enferma y reduce la esperanza de vida, pero no mata. En razón de ello, no hay hambruna.

 Al ser consultado sobre el tema de la llegada al país del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas, Arciniega celebró que un millón y medio de niños reciban asistencia. Insistió en que esta ayuda es un «muro de contención» contra el hambre para que no se siga condenando a la generación de relevo.

«Esto es la demostración que el Estado abandonó la negación del 2016 para entrar en una agenda de construcción de respuestas (…) Somos un país pobre y debemos asumirlo y avanzar en una agenda que nos permita tener soluciones», enfatizó. 

– Actividad anarquizada –

En cuanto a la realidad del campo venezolano, el sociólogo condenó las políticas agrarias que anarquizaron a la actividad agropecuaria, por lo cual hay más de 4.000.000 de hectáreas, antes productivas, hoy completamente improductivas.

Sobre este mismo tema cuestionó que hoy el latifundio esté en manos de «mafias campesinas» que en nada suman al suministro de alimentos. «Si no resolvemos el problema de la tierra, el campo no va a producir», destacó.  

Ante este panorama complejo, el sociólogo explicó que debe producirse una profunda reforma agraria para poner las tierras en manos de gente que las trabaje con una visión intensiva. También hizo mención a la necesidad de rescate del sistema alimentario nacional.

Dijo que sigue apostando por el diálogo entre sectores productivos y el Ejecutivo Nacional, aclarando que no se trata de dar oxígeno al Gobierno, sino de concertar políticas que permitan «llenar la barriga de la gente».