Unas 86 personas han sido asesinadas en lo que va del 2022 en la frontera de Colombia con Venezuela, castigada por los enfrentamientos entre las disidencias de las FARC que se apartaron del acuerdo de paz y la guerrilla del ELN, informaron autoridades.
«Han sido 86 homicidios en 2022, de los cuales 16 personas tenían orden de captura ya que tenían vínculos con grupos criminales», indicó en Twitter el ministro del Interior, Diego Molano, al término de un consejo de seguridad en el municipio fronterizo de Tame (noreste).
La zona limítrofe con Venezuela es uno de los mayores focos de violencia que siguió al acuerdo de paz de 2016 en Colombia.
Las disidencias y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la última guerrilla reconocida en el país, libran desde hace más de un año una disputa por las rentas derivadas del narcotráfico, según el gobierno.
El ministro de Defensa, Diego Molano, anunció millonarias recompensas por los jefes de ambas organizaciones en la frontera, entre ellos alias Antonio Medina, Arturo y Pablito.
«Vamos tras ellos. No importa en dónde se escondan, no importa si están en Venezuela y buscan moverse a Colombia, vamos a capturar a quienes son los responsables», advirtió Molano también desde el municipio de Tame.
El presidente de Colombia, el conservador Iván Duque, culpa a la «dictadura» de Nicolás Maduro de proteger a los grupos armados en su territorio, mientras Caracas niega los señalamientos.
Aunque el grueso de los rebeldes de las FARC se desmovilizó en 2017, quedaron activas disidencias sin mando unificado que se disputan el control territorial con organizaciones como el ELN y bandas narco.
Por orden de Duque, unos 7.000 uniformados de la fuerza pública custodian la porosa frontera de unos 2.200 kilómetros.
Sin relaciones diplomáticas, los gobiernos de Colombia y Venezuela se lanzan dardos con frecuencia por la violencia en el territorio limítrofe.
El ELN cuenta con unos 2.500 integrantes y las disidencias de la FARC suman cerca de 5.200 combatientes, según el centro de estudios independiente Indepaz.
Según el gobierno, los grupos armados luchan por el control del narcotráfico del país, el mayor productor de cocaína del mundo.