Colombia ve un proceso de paz más difícil con el ELN que con las FARC

La negociación de paz con la mayor guerrilla activa de Colombia, el ELN, será más difícil que las conversaciones de cuatro años con las FARC por su ideología radical y la difusa estructura de mando del grupo, dijo el jefe de los negociadores del Gobierno.

La administración del presidente Juan Manuel Santos y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) iniciaron en febrero en Ecuador una negociación para acabar por completo con un conflicto interno de más de medio siglo que ha dejado 220.000 muertos, tras el acuerdo de paz logrado con las FARC en el 2016 que llevó a unos 7.000 combatientes a dejar las armas.

Aunque las partes acordaron este mes un histórico cese bilateral del fuego de más de tres meses a partir del 1 de octubre, el primer logro concreto en la negociación, el jefe negociador del Gobierno, Juan Camilo Restrepo, admitió que el camino por recorrer será largo y complejo.

“Hay muchas razones (que dificultan negociar con el ELN). Primero su misma fisonomía política, es un grupo altamente radical, ideologizado, que carece totalmente de pragmatismo para negociar, que si tenían las FARC”, dijo en una entrevista con Reuters el martes por la tarde.

“En segundo lugar porque es un grupo cuya unidad de mando es más difusa que la que tienen las FARC. En el fondo el ELN es casi una federación de frentes alzados en armas (…) y en tercer lugar que si bien numéricamente es inferior a las FARC tiene un alto contingente de soporte urbano, muy especializado en terrorismo, en explosivos y tremendamente radical”, explicó.

El ELN, acusado de secuestros, asesinatos, narcotráfico, ataques a infraestructura y extorsiones a multinacionales petroleras y mineras, surgió en 1964 inspirado en la revolución cubana con el apoyo de sacerdotes católicos radicales.

SIN TERRITORIOS VEDADOS

Con unos 2.000 combatientes y considerado una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, el ELN mantuvo en el pasado negociaciones de paz con los gobiernos de turno, pero todas fracasaron por la intransigencia de la guerrilla.

Durante el cese al fuego y de hostilidades acordado, el ELN suspenderá los secuestros, los atentados a la infraestructura pública, el uso de minas antipersonales y el reclutamiento de menores. El Gobierno, por su parte, mejorará la protección de los líderes sociales y la situación carcelaria de unos 450 militantes de esa guerrilla confinados.

Sentado en el estudio de su apartamento en Bogotá, Restrepo advirtió que aunque con el cese al fuego se evitarán confrontaciones gracias al seguimiento de Naciones Unidas y la Iglesia Católica, las Fuerzas Militares no tendrán territorios vedados para enfrentar al ELN si comete actividades criminales.

“El cese al fuego no es para sanear comportamientos criminales de ninguna manera. Si en el Chocó o en cualquier parte del país el ELN durante el periodo de vigencia del cese al fuego prosigue con comportamientos criminales como es droga, minería ilegal, extorsión, esos comportamientos serán reprimidos con toda firmeza con la Fuerza Pública y esa represión de ninguna manera riñe con el cese al fuego”, aseguró.

Restrepo, un experimentado exministro conservador de 70 años, descartó la posibilidad de financiar al grupo rebelde para que suspenda definitivamente los secuestros.

“El Gobierno tiene unas expectativas de moderado optimismo, pero de optimismo, no de optimismo desbordante”, concluyó el negociador quien regresará en las próximas semanas a Quito para retomar el diálogo con el ELN.