Comprar gasolina con biopago puede ser una misión complicada

La dotación de terminales de biopago no cumple con la demanda del nuevo sistema de control del consumo de gasolina que entró en vigencia este 1 de junio y, además, la infraestructura de soporte del sistema no parece lo suficientemente robusta para soportar una demanda de transacciones como la que se espera para los próximos días.

En esta jornada, los dispositivos estuvieron presentes en algunas estaciones de servicio distribuidas en la zona fronteriza de Táchira y Zulia, así como en Caracas y el centro del país. En general, por las limitaciones técnicas, las estaciones de gasolina establecieron un límite de 30 litros por vehículo, que se cobraba con puntos de pago, dólares o bolívares en efectivo.

Fuentes técnicas conocedoras del funcionamiento del sistema indicaron a Banca y Negocios que la adopción intempestiva del sistema biopago como medio de pago para llenar los tanques de gasolina implica riesgos e incomodidades, en primer lugar porque la conectividad a Internet es limitada, por lo que las transacciones podrían ralentizarse, no solo durante los días iniciales del nuevo modelo de expendio, sino de manera permanente.

Tanto los operadores públicos (Cantv y Movilnet) como los privados tienen problemas con la velocidad de conexión y la robustez de los sistemas. Según las fuentes consultadas, los servicios de Internet han registrado un crecimiento de la demanda superior a 70%, en promedio, que se ha exponenciado luego de la salida de DirecTV.

Ahora se pretende descansar sobre esta plataforma saturada millones de operaciones de compra de gasolina.

Un ex alto ejecutivo financiero, quien prefirió mantener la reserva, dijo que lo más sensato es establecer un sistema mixto de pagos en las estaciones de servicio, que permita el uso de todos los instrumentos disponibles de la banca pública y privada. En su opinión, el mecanismo de pago se convertirá en un factor de distorsión para la fluidez del suministro.

El sistema biopago, que se sustenta en la plataforma del Banco de Venezuela, para cotejar los datos de los usuarios, puede generar una rápida saturación de la capacidad de respuesta. Este experto apunta que la imagen generada por el terminal biométrico es más densa que el paquete de datos que se transmite a partir de un punto de venta físico, por lo que, estructuralmente, el intercambio es más lento.

Por otra parte, las estaciones de combustibles requieren un protocolo de seguridad adicional para la transmisión de datos electromagnéticos, por lo que -indica otro experto consultado por Banca y Negocios– los dispositivos deberían cumplir con estándares específicos de funcionamiento.

«El sistema nacional de pagos no está en su momento más óptimo», dice el analista y, en consecuencia, prevé que se producirán inconvenientes que podrían comenzar con el tiempo requerido para concretar las operaciones de revisión y pago (ver esquema gráfico anexo).

Usuarios reportaron que, con dificultades, se pudieron utilizar terminales biométricos en algunas estaciones de gasolina con problemas de conectividad, pero que, finalmente, los pagos tuvieron que hacerse por puntos normales o en efectivo. En las bombas donde no había puntos de pago aceptaban dólares en efectivo.

Igualmente, los expertos expresaron dudas sobre el adecuado funcionamiento de los centros de datos del sector público, cuyo mantenimiento estaría comprometido. En este sentido, pudieran presentarse errores de identificación u otros problemas para gestionar los cupos de gasolina establecidos.

– La experiencia previa –

Como se recordará, en 2018 el presidente Nicolás Maduro también prometió aumentar la gasolina a precios internacionales. En ese momento, también se previó un sistema diferenciado de precios, con un valor internacional dolarizado en la frontera, para enfrentar el contrabando de extracción, y un valor con subsidio reducido para el resto del país.

En ese contexto se adquirieron terminales fabricados en China, los cuales inicialmente iban a ser usados en los estados Amazonas, Apure, Bolívar, Falcón, Delta Amacuro, Táchira, Sucre y Zulia. Las pruebas comenzaron, pero luego que se dejó correr el anuncio sobre los nuevos precios del carburante, el uso de estos dispositivos se abandonó, en medio de una andanada de dudas y malas experiencias.

Ya en 2018, la capacidad de los servicios de conectividad representaron una piedra de tranca para la masificación del sistema de cobro de los combustibles. Ahora se verá si la experiencia es distinta.

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