Congreso de EEUU debate fuertes límites al poder de las grandes tecnológicas
Legisladores estadounidenses debatieron incluso durante la noche del miércoles los detalles de normas concebidas para acotar el poder de las grandes compañías tecnológicas, con una radical reforma de las leyes antimonopolio.
El Comité Judicial de la Cámara de Representantes debate cinco proyectos de ley con enormes implicaciones para las grandes plataformas en línea y sus usuarios.
La legislación podría forzar una revisión de las prácticas comerciales de Google, Apple, Amazon y Facebook, o potencialmente conducir a la fragmentación de estos gigantes tecnológicos dominantes.
Pero los críticos argumentan que las medidas podrían tener consecuencias no deseadas que dañarían a los consumidores y a algunos de los servicios en línea más populares.
El representante David Cicilline, quien encabezó una investigación de 16 meses que dio forma a la propuesta, dijo que los proyectos buscan restaurar la competencia en los mercados bloqueados por los monopolios.
«El mercado digital adolece de falta de competencia. Muchos mercados digitales están definidos por monopolios o el control de duopolios», dijo Cicilline.
«Amazon, Apple, Facebook y Google son los porteros de la economía en línea. Entierran a sus rivales y abusan de su conducta de poder monopólico, que es dañina para los consumidores, la competencia, la innovación y nuestra democracia», añadió.
Los proyectos de ley restringirían el funcionamiento de las plataformas, en particular si los gigantes tecnológicos que las operan pueden favorecer a sus propios productos o servicios.
Las medidas también restringirían las fusiones o adquisiciones de firmas de «Big Tech» destinadas a frenar la competencia y facilitarían a los usuarios la incursión en nuevos servicios al exigir la «portabilidad» e «interoperabilidad» de los datos.
Un proyecto de ley llamado «The Access Act», que requiere que los datos sean fácilmente movidos entre plataformas, fue aprobado cuando se acercaba la medianoche.
«Nos emociona que el #ACCESSAct fuera aprobado en el comité», dijo la oenegé Electronic Frontier Foundation en un tuit.
«Si detestas la forma en que Facebook modera las publicaciones, debes amar esta ley, que requiere que Facebook opere con plataformas competidoras para que los usuarios puedan escoger los moderadores que deseen», explicó.
Al filo de la madrugada, el debate se enfocaba en un proyecto que requeriría a las firmas tecnológicas probar que una adquisición o fusión no afectará a la competencia.
Actualmente, los reguladores estadounidenses tienen que probar que una fusión es anticompetencia para bloquearla.
«Esta legislación no es una prohibición de las fusiones», dijo Cicilline. «Solo les hace tener que mostrar que su fusión no sofocará la competencia».
Esa propuesta fue atacada rápidamente por miembros del Congreso que consideraron injusto aplicar una presunción de culpabilidad respecto a las adquisiciones.
Durante la maratónica sesión, algunos republicanos y demócratas moderados expresaron su preocupación a pesar del apoyo bipartidista a los proyectos.
El representante Darrell Issa destacó que el comité consideraba reformas «radicales» que vale la pena revisar durante semanas de audiencias y no en una sola e interminable sesión del comité.
«Creo que muchos de estos proyectos morirán en el Senado, si es que alguna vez superan la Cámara», dijo Issa.
Los puntos de choque incluyen si es correcto dictar leyes dirigidas a cuatro grandes empresas y si las agencias del gobierno pueden llegar a complicar la situación en vez de dejarlas que se adapten a competir.
«La medida de interoperabilidad es un gran paso atrás», dijo el representante republicano Cliff Bentz.
«Cierto que las grandes tecnológicas no son perfectas. Pero este proyecto no es la forma de arreglar el problema», dijo.
El representante republicano Ken Buck, partidario de la iniciativa, dijo que la legislación «representa un bisturí, no una motosierra, para hacer frente a los aspectos más importantes de la reforma antimonopolio», al tratar con «estos monopolistas (que) rutinariamente usan su poder para aplastar a los competidores, dañar la innovación y destruir el libre mercado».
Pero su compañero de partido Jim Jordan criticó el esfuerzo, renovando su argumento de que las grandes empresas tecnológicas silencian las voces conservadoras.
«Estos proyectos de ley no solucionan ese problema, lo empeoran», dijo Jordan. «No disuelven a los gigantes tecnológicos. No detienen la censura».
– Rechazo de la industria –
Las empresas tecnológicas y algunas otras firmas advirtieron sobre consecuencias negativas para los servicios más populares y la confianza de los usuarios.
De prosperar, la nueva legislación podría obligar a Apple a eliminar sus aplicaciones de mensajería del iPhone, o a Google a dejar de mostrar resultados de YouTube o Maps.
Apple publicó un informe en el que argumentó que un posible efecto, abrir su iPhone a aplicaciones de plataformas externas, podría crear riesgos de seguridad y privacidad para los usuarios.
Obligar a Apple a permitir la «descarga lateral» de aplicaciones significaría que «actores malintencionados aprovecharían la oportunidad al dedicar más recursos para desarrollar ataques sofisticados dirigidos a los usuarios de iOS», según el informe.
El vicepresidente de Amazon, Brian Huseman, advirtió sobre «efectos negativos significativos» tanto para los vendedores como para los consumidores que utilizan la plataforma de comercio electrónico, además de la reducción de la competencia de precios.
«Eliminar la selección de estos vendedores de la tienda de Amazon también crearía menos competencia de precios para los productos y probablemente terminaría aumentando los precios para los consumidores. El comité se está moviendo innecesariamente rápido para impulsar estos proyectos de ley», argumentó Huseman.
Las medidas también pueden afectar a Microsoft, que ha estado fuera del foco de la investigación antimonopolio de la Cámara pero que vincula servicios como la mensajería de Teams y la búsqueda de Bing a su plataforma Windows. También impactaría posiblemente en otras empresas.
– ¿Pase de factura? –
Algunos analistas ven en estas iniciativas políticas como el resultado del miedo que producen el poder y la influencia que han alcanzado estas empresas proveedoras de tecnología y servicios asociados, a través de cuyos canales fluye el debate de los temas grandes y pequeños de las sociedades contemporáneas.
Ciertamente, el poder modelador de las redes sociales ha generado preocupación en instancias no solo políticas, sino académicas, corporativas y de otras áreas por lo que en Estados Unidos y Europa se ha recrudecido la discusión sobre la necesidad de establecer límites a esa influencia potencial.
En este sentido, parece que las normas antimonopolio aparecen como herramientas útiles para poner límites a la expansión de las «Big Tech» sin dar a entender lo que realmente se quiere, aunque es evidente que se trata de poner un freno al establecimiento de normas propias de alto impacto social, como la posibilidad de limitar contenidos, favorecer la circulación de ciertos temas o decidir quiénes son los actores con acceso.
Las gerencias de estas empresas han negado tener ese poder o usarlo con fines propios, pero la pasada campaña electoral estadounidense generó una sensación de verdadero temor en la dirigencia política, cuando Facebook y Twitter se atrevieron a limitar la presencia del mismísimo presidente del país, Donald Trump, más allá de lo polémicas o divisivas que pudieran resultar sus ideas.
No pocos creen que estas iniciativas más que proteger el funcionamiento del mercado de tecnología, implican un pase de factura contra las «Big Tech».
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