Conozca cuál debería ser el billete de mayor denominación para compensar inflación acumulada
Economistas venezolanos coinciden en que mientras no se apliquen los correctivos necesarios a los problemas económicos de fondo, los efectos de la hiperinflación estructural seguirán impactando en el país, y por ende, la inoperatividad del bolívar en efectivo continuará.
A los ritmos de la inflación de los últimos meses, desde noviembre de 2020, una eventual reconversión monetaria que elimine tres ceros a la moneda nacional perdería su efecto en solo 15 meses, de acuerdo con cifras suministradas por el economista venezolano y profesor de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Jesús Palacios Chacín.
A su juicio, la decisión del Banco Central de Venezuela (BCV), de ampliar el cono monetario vigente, con la emisión de billetes de Bs.200.000, Bs.500.000 y Bs.1.000.000, contradice las intenciones del gobierno en disputa de Nicolás Maduro, de ir hacia una economía 100% digital.
Para Palacios Chacín, el billete de más alta denominación debería tener un valor de Bs.26.590.103,9 para compensar la inflación acumulada desde junio de 2019.
Entre otras ideas, indicó que el BCV llevaría a cabo una reconversión solo para simplificar los cálculos que colapsan los sistemas de pagos, lo que a su juicio, junto con la ampliación del cono monetario, “tienen aire de una medida inocua” que no resolverá el problema del bajo poder de compra del bolívar.
Según Palacios, 43% de los billetes que ingresan en la banca nacional son de piezas de 20 dólares, otro 35% corresponde a billetes de 100 dólares y tan solo 3% son billetes de un dólar. “Eso muestra las dificultades que presentan los medios de pago hoy en día”.
Por su parte, el economista y director general de la firma consultora Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, considera que el nuevo cono monetario puede tener máximo una duración de 6 meses. «Deficílmente un billete, de la denominación que sea (en Venezuela), puede mantener su valor en el tiempo».
«Si usted no ataca el problema de fondo, que es garantizar estabilidad de precios, o bien tiene que ir a un esquema digital que prescinda de los billetes o bien estar permanentemente sacando nuevos billetes» para hacer frente al colapso de los billetes existentes, dijo.
Sin embargo, ratificó que el gobierno de Maduro está avanzando en sus ideales de digitalizar la economía, en lo que va de año, pero «en el ecosistema Bolívar, tanto dentro de la banca como fuera de ella».
Los mecanismos de pago interbancario, que está promoviendo el Estado venezolano, es parte de su estrategia de moverse al ecosistema digital, «que empezó desde hace mucho tiempo», de hecho.
Sin embargo, «todavía hay algo de resistencia», apuntó Oliveros, donde el gobierno le está poniendo trabas a las nuevas opciones financieras, como por ejemplo, pagos en puntos de venta híbridos, el uso de cajeros automáticos o aplicaciones innovadoras que permiten operaciones con otras divisas.
«Venezuela necesita un abordaje integral de sus problemas», manifestó Oliveros durante un foro organizado por el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF).
Jesús Palacios Chacín, por su parte, considera que dependerá del tiempo en que el sistema financiero venezolano migre a un sistema de pago digital; mientras, «el nuevo cono monetario pierde efectividad».
Venezuela, desde noviembre de 2017, es la tercera hiperinflación más larga y se va a convertir en la segunda más larga superando a Nicaragua, según advirtieron los especialistas durante el conversatorio.
La hiperinflación ha durado tanto porque tienes un colpaso de estado, señaló Oliveros. «En la medida en que no puedas garantizar que esos puntos que hoy el Estado venezolano monetiza, te lo da el BCV en expansión monetaria, artificial, lo que presiona los precios», dijo.
Cabe acotar que, según las fuentes especializadas, la liquidez en dólares es muy superior a la liquidez en bolívares. El peso de los billetes y monedas en efectivo pasó de un 20% hace ocho años a solo el 3% sobre la liquidez monetaria en bolívares, en la última semana reportada, aunque esta, sin embargo, solo representa 20% de la liquidez total de la economía venezolana si se considera también al efectivo circulante en dólares.
Finalmente, los expertos acordaron que Venezuela continuará en los mismos niveles hiperinflacionarios en el transcurso del año; fenómeno que acumula 51 meses, lo que se traduce en 4 años.
– ¿Por qué los venezolanos han dejado de usar el bolívar? –
Los especialistas en finanzas indican que no solo por la pérdida de valor, sino como medio de intercambio, los venezolanos han dejado de usar el bolívar.
«Levantar la confianza de los agentes económicos va a tomar tiempo», señaló el experto económico Asdrúbal Oliveros en su intervención.
Esto, sumado al hecho de que el BCV está sancionado a nivel internacional y eso le complica conseguir proveedores de papel moneda.
Pese a que el bolívar ha perdido su capacidad de ahorro y ya no genera confianza entre los principales actores, Oliveros reitera que el uso de la moneda de curso legal «ya es digital»; el gobierno va a dejar de emitir nuevos billetes y se inclinará a una estructura digital donde el uso del efectivo se va a minimizar fuertemente.
«El problema de Venezuela, en especial en torno a la hiperinflación, es un problema monetario que tiene un transfondo fiscal y uno de los elementos centrales es la destrucción de la capacidad de recaudar ingresos o impuestos del estado venezolano», explicó Oliveros, quien aseguró además que la hiperinflación ha provocado una destrucción de la base de recaudación ante la incapacidad de financiamiento y el poder de compra en bolívares.
– Gasto, ingreso y productividad –
El aumento en los precios en divisas no tiene que ver con el afán de lucro de los comerciantes, tiene que ver con una distorsión macroeconómica de los diferenciales que existen entre la inflación y la tasa de variación de la moneda.
Al menos así lo dieron a conocer los consultores en materia económica, donde aclararon que el valor de las monedas o dinero fiduciario están supeditadas al entorno donde operan.
Según Econalítica, hasta mediados de marzo, las transacciones comerciales en dólares en Nueva Esparta, Maracaibo y San Cristóbal están por encima del 90%. En el caso de Caracas, está más cerca del 60%. «Revertir esto va a llevar bastante tiempo», afirmó.
El gobierno de Maduro ha reducido el gasto público «como nunca nadie lo había hecho». Sin embargo, necesita ajustar la línea de ingresos.
Venezuela tenía un gasto equivalente a casi 50 puntos de Producto Interno Bruto (PIB), y actualmente está en torno a 15, «por eso los ingresos y las pensiones de miseria». «Es imposible que sigas reduciendo el gasto, porque de alguna manera hay que aumentar los ingresos», apuntó.
Adicionalmente, hay un problema gravísimo de productividad, teniendo en cuenta que el PIB per cápita en Venezuela, desde el año 2000 hasta el 2020, se desplomó de US$12.000 por hábitante a US$2.000 por habitante.
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