Conozca los factores que perjudican el negocio de minar criptomonedas en Venezuela
La actividad minera de criptomonedas es adoptada cada vez más por los venezolanos principalmente por el bajo costo en el servicio eléctrico y porque usan las criptomonedas como refugio de valor, ante una galopante inflación que vive el país.
Quienes se han dedicado a la minería digital de criptomonedas en Venezuela coinciden en que existen diversos factores de riesgo que pueden influir en su nivel de rentabilidad. A pesar de la legalización de la minería de criptomonedas en el país, aún existe mucha desinformación al respecto y no es un concepto dominante. Los venezolanos sencillamente prefieren ahorrar en divisas como el dólar o el euro, reseñó Morocota.coin.
Asimismo, el hecho de minar criptomonedas en Venezuela, aunque es una actividad legal, se ejerce de forma casi clandestina, porque el operador se expone al acoso por parte de elementos de los cuerpos policiales. Esto implica, a su vez, un gasto adicional por pérdida de equipos en posibles decomisos, pago de extorsiones o en el mejor de los casos, migrar la operación completa a otra ubicación, una vez que es detectada.
A su vez, los experimentados mineros venezolanos, reportan la inestabilidad del suministro de electricidad y la conexión a Internet, que imponen la incorporación de equipos de protección adicionales y un costoso tiempo muerto de operación durante los apagones, lo que perjudica severamente la actividad generadora de criptomonedas en el país.
De hecho, el Centro de Finanzas Alternativas de la Universidad de Cambridge, publicó vía Twitter, el «Bitcoin Mining Map» (mapa de minería de bitcoin), donde se visualiza la potencia de procesamiento promedio mensual de la red Bitcoin en todos los países.
El mapa señala que los países latinoamericanos suman un pequeño porcentaje del «Hash Rate» de Bitcoin ante la distribución mundial de la minería de Bitcoin.
Este «Bitcoin Mining Map» ubica a Venezuela con 0,42% del hash rate total. Paraguay sigue con 0,29%. Otros países como México, República Dominicana, Colombia, Argentina y otros de Centro América y el Caribe ofrecen cifras que reunidas representan más del 0,25%, según cifras derivadas del portal especializado CriptoNoticias.
La tasa de hash o «hash rate» es la unidad de medida de la potencia de procesamiento de la red Bitcoin. Cuando la red alcanza un hash rate de 10 TH/s significa que puede hacer 10 billones de cálculos por segundo.
– El negocio de la minería –
El operador venezolano de criptomonedas, Anibal Garrido, afirma que la actividad minera en Venezuela genera un alto consumo de energía. Sin embargo, considera que señalar a los mineros como culpables de las fallas en el suministro eléctrico, «no es cierto».
“Lo que ocurre a nivel de fallas no se debe al alto consumo que pueda generar la actividad minera, sino a las fallas en la red de distribución del Sistema Eléctrico Nacional”, indicó Garrido.
Explicó que la minería digital es el proceso donde se emplea poder computacional (proporcional a consumo eléctrico), para la resolución de la famosa prueba de trabajo del protocolo Bitcoin, y que es una de las piezas fundamentales de «intrincada y genial teoría de juegos» desarrollada por Satoshi Nakamoto para preservar el aspecto descentralizado de la primera criptomoneda de la historia.
En Venezuela, «a pesar del mal servicio en el suministro de energía», la variable principal de operación que determina rentabilidad, es precisamente el pago de factura de electricidad.
Ahora bien, adicionalmente no debe descartarse que una óptima gestión de minería va de la mano con el nivel de hashing del centro de minado, explica Garrido.
«Quiero decir que si bien es cierto que la energía es muy accesible en precios, no podemos descuidar o dejar disminuir nuestro poder o capacidad de minado», las constantes interrupciones en el suministro eléctrico del país, es un factor que irrumpe el “run time” y continuidad de las operaciones de criptomonedas en Venezuela.
«La minería versa en colocar poder de computo a disposición de la red, y esto se logra a través de equipos especializados que consumen energía eléctrica. Sin ella, que es nuestro principal insumo, las tareas de minado se reducen a cero», precisó.
El único “Plan B”, seria apoyarse en mecanismos alternos de autogeneración para mantener vivas las operaciones.
Consultado por las acusaciones de causar fallas en el servicio eléctrico nacional por las operaciones, indicó que la capacidad instalada del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) posee por demás una capacidad de generación muy superior a la demanda actual, provocada básicamente por la baja o casi nula operatividad del sector industrial venezolano.
«Lo que ocurre a nivel de fallas no se debe al “alto consumo” que pueda generar la actividad minera, sino a las fallas en la red de distribución del SEN», añadió.
Aconsejó que actualmente, realizar la inversión para la adquisición de plantas eléctricas económicamente, no es factible. Sin embargo, si se dispone del recurso de la maquinaria (entiéndase, tener una planta eléctrica), entonces los costos operativos serían solo por el suministro de combustible.
Pero debido al problema de escasez de gasolina que existe actualmente, no es rentable integrar un sistema alterno de generación de suministro eléctrico.
De igual manera, es importante destacar, que todo ello se debe a la compleja coyuntura de Venezuela en cuanto a electricidad y combustible.
En condiciones normales, una planta eléctrica es completamente factible como un elemento de respaldo e incluso input principal de energía, debido a los ya comentados bajos costos de dichos servicios en Venezuela.
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