Arauz, un economista de 36 años y delfín del expresidente Rafael Correa, obtuvo entre 34,9% y 38% de los apoyos, de acuerdo con las empresas Cedatos, Clima Social y Perfiles de Opinión.
Lasso, un exbanquero de 65 años, logró entre 20% y 21,7% de los sufragios, añadieron las encuestadoras, que ubican tercero al líder indígena Yaku Pérez.
Ecuador deberá volver a las urnas ya que ninguno de los 16 candidatos obtuvo la mitad más uno de los votos válidos o alcanzó el 40% de los mismos más una diferencia de diez puntos sobre el segundo, para evitar una segunda vuelta.
La autoridad electoral dará a conocer en la noche un conteo rápido de los resultados.
Arauz se adjudicó rápidamente la victoria, en unos comicios marcados por la dispersión del voto en un número récord de aspirantes y las medidas contra la pandemia, que hicieron que se armaran largas filas en los colegios electorales.
«Triunfo contundente en todas las regiones de nuestro bello país. Nuestra victoria es de 2 a 1 frente al banquero. Felicitaciones al pueblo ecuatoriano por esta fiesta democrática. Esperaremos los resultados oficiales para salir a festejar», escribió en Twitter.
De confirmarse las proyecciones, los ecuatorianos deberán elegir entre Arauz y Lasso al sucesor del impopular presidente Lenín Moreno, quien no optó por la reelección. Su mandato de cuatro años concluirá el 24 de mayo.
Estas elecciones, como anticipaban los analistas, giraron en torno a Correa, el popular expresidente que gobernó entre 2007 y 2017 y quien desde Bélgica agitó la campaña para que la izquierda nacionalista recuperara el poder luego de romper con Moreno, su exvicepresidente.
– Lasso, por una «victoria contundente»
Unos 13,1 millones de electores estaban convocados a las urnas en este país, donde el voto es obligatorio.
Arauz, quien no pudo votar por estar empadronado en México, apostaba incluso por vencer en un solo turno.
«La respuesta de la ciudadanía ha sido abrumadora en todas partes del país y sabemos que eso se va a reflejar en el voto ciudadano», dijo a la prensa tras acompañar a votar a su abuela materna.
De su lado, Lasso dijo tras sufragar que se vería en el balotaje con «quien desee el pueblo ecuatoriano».
«El 11 de abril próximo la victoria será contundente a favor del cambio», señaló después de sufragar en Guayaquil.
Si la autoridad electoral corrobora lo dicho por las encuestadoras, el país se partirá entre los que quieren y detestan a Correa. La izquierda acudió a esta elección representada también por el líder indígena Yaku Pérez, adversario del exmandatario.
Dependiendo de su votación, podría ser la figura dirimente del próximo duelo.
«Aunque se está avizorando la tendencia del correísmo y el anticorreísmo, existe un porcentaje importante del electorado que busca otra cosa. La gente considera que Ecuador debe hacer frente a otras problemáticas» como la pobreza (25%), desempleo (8,59%) y la corrupción, que ha salpicado al correísmo, comentó la politóloga Karen Garzón Sherdek, de la Universidad Internacional SEK.
El país, de 17,4 millones de habitantes, afronta una crisis acentuada por la caída del precio del petróleo, su principal producto de exportación, mientras ha duplicado su deuda externa, que representa 44% del PIB.
– Consensos –
Este domingo los ecuatorianos también eligieron a 137 miembros de la Asamblea Nacional, pero debido a la fragmentario de las fuerzas políticas no se espera que haya una mayoría partidista.
«Sea quien sea que gane, va a tener un mandato débil» y tendrá que «buscar consensos» en el unicameral Congreso, dijo a la AFP el politólogo Esteban Nichols, de la Universidad Andina Simón Bolívar.
Correa, quien vive en Bélgica desde 2017, pretendió ser candidato a la vice en binomio con Arauz, pero afronta orden de prisión al ser condenado en 2020 a ocho años de cárcel por corrupción.
Lasso, del movimiento Creando Oportunidades (Creo) y quien encabeza el anticorreísmo, cuenta con el apoyo del Partido Social Cristiano, al que Correa no pudo destronar del puerto de Guayaquil (suroeste), núcleo comercial ecuatoriano y fortín de la derecha.