Crisis: china Wison también niega contrato de trueque con Pdvsa para reparar el CRP
La amenaza del gobierno de Estados Unidos de sancionar a cualquier empresa que haga negocios con el gobierno de Nicolás Maduro parece tener un poder coercitivo más profundo del que muchos analistas esperaban.
Así parece cuando ahora la empresa petrolera china Wison Engineering niega que tenga un contrato con el Ejecutivo venezolano, encabezado por Maduro, para hacer reparaciones mayores al Complejo Refinador de Paraguaná (CRP), la principal infraestructura procesadora de crudo del país, según una información de Argus Media.
«Wison no está involucrado en ningún contrato de trueque en Venezuela para reparar (el) complejo de refinación de CRP», dijo a Argus un portavoz de la sede de la compañía en Shanghai.
De esta manera queda desmentido el publicitado anuncio oficial del gobierno de maduro, según el cual las contratistas Wison, de China -uno de los principales aliados del cuestionado mandatario venezolano- y Sulzer, de Suiza, que también negó su participación en el proyecto, aceptaron convenios de servicios por suministro de crudo, con el objetivo de restablecer la operatividad completa de las refinerías de Amuay, con 635.000 barriles diarios de capacidad instalada, y Cardón, con 305.000 bd de capacidad.
«Como empresa china, Wison fue percibida como una socia dispuesta, a pesar de las sanciones de Estados Unidos contra el gobierno venezolano, que Beijing continúa apoyando. Asimismo, el principal accionista de Sulzer es Renova de Rusia, el otro patrocinador internacional principal del gobierno venezolano. Tanto China como Rusia son compradores regulares de crudo venezolano que se dedica a pagar sus préstamos respaldados por petróleo a Caracas», sostiene Argus.
La situación es realmente compleja por varios elementos. Lo primero es la constatación de una estrechez financiera cada vez mayor en el gobierno madurista, ya que ni siquiera puede pagar los contratos petroleros vitales y tiene que recurrir a pactos de trueque por crudo pesado que, de no mediar factores geopolíticos, ninguna empresa aceptaría salvo que ese petróleo sea facturado con enormes descuentos.
Sin embargo, lo más grave es que si Pdvsa no logra convencer a empresas internacionales de apoyar un proceso de reparaciones mayores a toda su infraestructura de refinación, en la cual no se han hecho inversiones de mantenimiento durante años, la sostenibilidad de las reducidas exportaciones petroleras se puede hacer inviable.
Según Argus, el parque refinador venezolano no funciona a más de 25% de su capacidad. El inventario de problemas que hace la agencia especializada es alarmanente:
– En el CRP, el craqueador catalítico fluidizado (FCC) y el flexicoker de Amuay están fuera de servicio nuevamente, y solo una de las cinco unidades de destilación está operativa, según dos funcionarios del sindicato petrolero en el complejo CRP.
– En Cardon, las unidades inoperativas incluyen torres de destilación e hidrodesulfuradores.
– Corpoelec no ha podido reparar la planta termoeléctrica de 317 megavatios Genevapca del CRP y retomar el proyecto de energía eólica Los Taques, abandonado en la península de Paraguana.
– La refinería El Palito, en Puerto Cabello, de 140,000 barriles diarios se mantiene cerrada desde 2017.
Si estas reparaciones no se hacen, es posible que se llegue a la situación de tener que parar completamente el CRP, dicen dirigentes sindicales citados por Argus Media.
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