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22/03/2025 02:03 PM

Crisis hídrica: escasez de agua podría amenazar hasta el 15% del PIB para 2050

El coste de la sequía: ¿cómo afectará la escasez de agua a la economía mundial en 2050? La falta de agua no solo es un problema ambiental, sino también económico.

Crisis hídrica: escasez de agua podría amenazar hasta el 15% del PIB para 2050

El agua es esencial para la vida, y a menudo la consideramos un recurso abundante, pero en realidad es un bien limitado y costoso de proporcionar a toda la población. La cantidad de agua disponible en la superficie terrestre está disminuyendo, especialmente en áreas densamente pobladas como India, China y Europa.

La falta de este recurso vital tiene repercusiones significativas no solo para la sociedad, sino también para la economía, especialmente cuando se combina con el aumento de las temperaturas derivado del cambio climático.

De acuerdo con El Economista citando datos del informe «La Economía del Agua: Valorando el Ciclo Hidrológico como un Bien Común Global» de la Comisión Global sobre la Economía del Agua (GCEW, por sus siglas en inglés), se prevé que el PIB de los países de altos ingresos disminuya en un 8% para 2050, mientras que los países de ingresos bajos podrían enfrentar una caída de hasta un 15%.

La urgencia del problema se intensifica al considerar cuánta agua requiere una persona diariamente para llevar una vida digna. Según el mismo informe, se necesitan entre 50 y 100 litros diarios para satisfacer las necesidades básicas de salud e higiene, así como para garantizar una nutrición adecuada.

Además, muchas regiones carecen de suficiente agua localmente para satisfacer sus demandas, lo que las obliga a depender del comercio para obtener recursos hídricos. Sin embargo, este proceso se complica debido a políticas inadecuadas y a la propia crisis hidrológica.

Crisis hídrica: escasez de agua podría amenazar hasta el 15% del PIB para 2050

Las áreas que dependen de riego intensivo también están experimentando una disminución progresiva en sus reservas hídricas, con algunas de ellas viendo cómo su capacidad de almacenamiento se reduce a un ritmo dos veces más rápido que en otras regiones. Si esta tendencia persiste, las caídas significativas en los niveles de agua podrían hacer que el riego sea insostenible, resultando en una disminución del 23% en la producción global de cereales.

Otro gran desafío es la contaminación del agua. A pesar de que el incremento en la regulación de la calidad del agua y las inversiones en el tratamiento de aguas residuales han logrado avances significativos —como la limpieza de ríos como el Han en Corea, el Júcar y el Segura en España, y el Rin y el Danubio en Europa Central—, estas medidas aún son insuficientes para abordar la contaminación acumulada en los suelos a lo largo de los siglos.

PIB en riesgo: cinco misiones fundamentales

Sin lugar a dudas, una gestión adecuada de este recurso es crucial para asegurar la sostenibilidad y el bienestar de las generaciones actuales y futuras. En este contexto, la Comisión Global sobre la Economía del Agua presenta cinco misiones fundamentales para el futuro.

La primera de estas misiones se enfoca en aumentar la productividad del agua, con el fin de mitigar los efectos negativos sobre su calidad y disponibilidad. Dado que el este recurso es vital para la agricultura, es imperativo que los esfuerzos por garantizar la seguridad alimentaria se complementen con acciones destinadas a preservar los recursos hídricos.

La segunda misión se orienta hacia la internalización de los beneficios y servicios que el agua proporciona. Esto significa reconocer su importancia en la gestión hídrica, abarcando no solo sus usos directos, sino también los beneficios que aporta al ecosistema, como la regulación del clima y la biodiversidad.

En cuanto a la tercera misión, se busca fomentar una economía circular del agua mediante la reutilización de recursos y la reducción de ineficiencias, promoviendo un uso más eficiente del recurso y estableciendo un ciclo cerrado que maximice su aprovechamiento.

La cuarta misión señala que los nuevos modelos de crecimiento, fundamentados en el uso creciente de energías renovables o inteligencia artificial, deben implementarse sin poner en riesgo la sostenibilidad de los recursos hídricos. Es esencial que el avance tecnológico y económico no agote ni contamine las fuentes de agua, asegurando así su disponibilidad para las generaciones futuras.

Finalmente, la quinta misión se centra en mejorar los sistemas de saneamiento y tratamiento de aguas para garantizar el acceso al agua potable en todas las regiones, con el propósito de evitar efectos perjudiciales para la salud y combatir enfermedades.

Estas misiones representan un compromiso integral para asegurar una gestión sostenible, equitativa y eficiente del agua. Sin embargo, desde la Comisión se enfatiza la necesidad de establecer una nueva economía hídrica que «redefina cómo valoramos este recurso y gestionamos su ciclo como un bien común global». En el centro de esta propuesta está el reconocimiento de la interconexión entre sostenibilidad ambiental, equidad social y eficiencia económica.

El informe subraya que «es imperativo que nuestro enfoque económico evolucione, pasando de abordar los problemas una vez que ya han causado estragos a enfocarnos en prevenirlos desde el principio. En lugar de remediar las consecuencias negativas después de que se materialicen, debemos diseñar sistemas económicos que aseguren una distribución y uso del agua eficientes, justos y sostenibles desde el inicio».

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