La Cruz Roja pidió a los países que eviten reservar las futuras vacunas contra COVID-19 solo para sus poblaciones, y abogó por una «vacuna popular» que se distribuya de manera equitativa.
«Necesitamos combatir lo que ahora se llama el nacionalismo en materia de vacunas», afirmó Emanuel Capobianco, jefe de salud en la Federación internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.
En entrevista con la AFP, advirtió que sin un verdadero compromiso internacional con el principio de solidaridad global, los países empezarán a movilizarse «en los próximos meses» para garantizar las necesidades de su población en materia de vacunas.
Los científicos trabajan para hallar y probar posibles vacunas para el COVID-19, que ha matado a más de 380.000 personas e infectado a cerca de 6,5 millones.
También buscan descubrir efectivos y seguros tratamientos para la enfermedad.
Hasta que resulten exitosas, Capobianco destaca la importancia de que los países inviertan en los recursos necesarios para descubrir y distribuir suficientes vacunas para todos y en todas partes.
«Ahora es el momento de dar prioridad a eso», dijo.
«Necesitamos garantizar que la idea de solidaridad global y el principio de la vacuna como un bien común se posicione en el centro de la agenda política del COVID-19», puntualizó.
Sus declaraciones se dan cuando Naciones Unidas y la Federación internacional de la Cruz Roja y la Media Luna difundieron un comunicado común urgiendo a la comunidad global a garantizar un acceso equitativo cuando sea descubierta la vacuna.
«Debe prevalecer la idea de la solidaridad global: nadie debe ser marginado», señaló.
«Un contrato social global para una vacuna popular contra el COVID-19 es un imperativo moral que nos reúne a todos en la humanidad compartida», indicó Capobianco.