#Datos | "¿Tenemos músculo?": Salario mínimo "petrolizado" sigue siendo el menor de la región y pone en jaque control de la inflación
No es la primera vez que el salario mínimo se fija en medio Petro. El presidente Nicolás Maduro ya lo había hecho en agosto de 2018, cuando lo ancló al criptoactivo creado por su administración y lo fijó en 1.800 bolívares de entonces.
Sin embargo, el anclaje se olvidó sin aviso ni protesto, silenciosamente, y comenzaron aumentos regulares del ingreso básico hasta 2020, cuando el Ejecutivo inició -también sin previo aviso- un duro ajuste monetario para tratar de vencer a la hiperinflación, de la cual se salió a finales del año siguiente.
1800 Bs.S será el nuevo salario mínimo. ¡Medio petro!
Así lo anuncia el presidente Nicolás Maduro:
«Es el nuevo salario mínimo basado en el petro.
¡Ellos dolarizaron los precios, yo petrolizo el salario!».#OfensivaEconómica pic.twitter.com/TnV81Ju0vu— Tw Oficial TUPAMARO Venezuela (@TupamaroMRT) August 18, 2018
En 2020, el salario mínimo subió 480% mientras la inflación escaló 2.335,15%, una variación asombrosa, pero que ya era una mejora sustancial en comparación con los avances de 19,906,02% de 2019 y el récord histórico de 65.374,08% de 2018. En 2021, el ingreso básico ascendió 483,3% con un alza del INPC de 686,4%.
Ahora, en medio de una dolarización informal de la economía, Maduro retoma el mecanismo de indexación del salario mínimo y las pensiones al valor del Petro, un mecanismo que, teóricamente, ancla el ingreso básico imputable a prestaciones a la evolución del tipo de cambio.
El primer problema es que el Banco Central de Venezuela dejó de publicar la paridad Petro/Dólar, porque la mantiene congelada en 60 dólares por unidad, por lo que cuando se publique oficialmente el incremento salarial deberá especificarse cuál tipo de cambio del criptoactivo gubernamental se tomará como referencia.
Si se aplica la tasa congelada del BCV, el salario mínimo sería equivalente a 30 dólares o 131,1 bolívares, por lo que el aumento sería de 1.772,86%.
El jueves 3 de marzo, fecha del anuncio presidencial, el salario mínimo sería de 126,32 bolívares, según la paridad del Petro reportada por el Banco de Venezuela (BDV), equivalente a 28,91 dólares al tipo de cambio oficial, lo que representa un incremento de 1704,6%.
Si se utiliza la cotización fija del BCV -como debió ocurrir en 2018, pero hay que recordar que este precio no se mueve con base en la oferta y la demanda sino que la autoridad monetaria lo determinaba de manera arbitraria-, el salario mínimo pasaría a indexarse directamente a la paridad de la moneda estadounidense, por lo que, en este momento, tendría una tendencia descendente.
De acuerdo con la cotización del Banco de Venezuela, el Petro ha caído -2,12% en lo que va de año, mientras que el precio del dólar oficial ha descendido más del doble en -4,79%. Pareciera que la apreciación cambiaria podría impactar al salario mínimo si se indexa a un Petro cuya cotización se mueva según la oferta y la demanda.
– ¿Tenemos músculo? –
Al anunciar el nuevo salario mínimo de medio Petro y la posibilidad de establecer un cestaticket adicional de 45 bolívares resaltó una afirmación del presidente Maduro: «Tenemos músculo para eso». Sin duda, el gobernante está pensando en los ingresos adicionales por exportaciones petroleras, las cuales se situaron en poco más de 730.000 barriles por día en febrero, según una nota de Reuters.
Según fuentes de PDVSA, el precio promedio del crudo venezolano puede llegar a 80 dólares, lo cual es posible con las actuales cotizaciones que sobrepasan los 100 dólares por barril, aunque el ingreso debe ajustarse con los descuentos adicionales que la petrolera estatal debe encajar por vender su crudo mezclado bajo el yugo de las sanciones de Estados Unidos.
Sin embargo, Venezuela podría registrar un fuerte incremento de ingresos. Por ahora, la firma consultora Aristimuño Herrera & Asociados estima que el flujo de caja generado por PDVSA asciende a US$500 millones por mes, una estimación que podría más que duplicarse aún con los inconvenientes ya señalados que tiene el gobierno venezolano para vender petróleo.
En cuanto a costos, según un reporte de Transparencia Venezuela, basado en la exposición de motivos de la Ley de Presupuesto Nacional 2022, aprobada por la Asamblea Nacional con mayoría absoluta chavista, en la Administración Pública trabajan 5.509.563 funcionarios.
En este instrumento, con escalas salariales basadas en un salario mínimo de 7 bolivares, los gastos de personal se estimaron en 4.158 millones de bolívares, equivalentes a 924 millones de dólares al tipo de cambio oficial. Con un aumento de 1.704,6% del salario mínimo, ese gasto se incrementaría teóricamente en 70.877,3 millones de bolívares, equivalentes al tipo de cambio oficial actual a 15.750,5 millones de dólares.
Ante las incertidumbres que plantea la capacidad real de Venezuela de incrementar su producción petrolera, cabe, sin duda, poner signos de interrogación a la frase de Maduro sobre el músculo para enfrentar actualmente semejante aumento, o plantearse si no era mejor una estrategia de recuperación progresiva del salario en la medida en que se fuese consolidando el aún tímido proceso de recuperación de la economía.
En cuanto al sector privado, posiblemente las empresas sientan una presión mayor para ajustar las escalas, en virtud del impacto que tendrá esta decisión en el comportamiento de los precios de bienes y servicios, pero lo cierto es que los salarios en la actividad económica privada hace rato nada tienen que ver con el salario mínimo nacional.
Es probable que asumir este compromiso, en esta coyuntura económica, implique que el gobierno recurra a una mayor emisión monetaria, lo que significaría un retroceso, no menor, en la estrategia de ajuste que ha venido desarrollando desde 2019 y que ha permitido salir de la hiperinflación y desacelerar la marcha de los precios.
– Y sigue siendo el más bajo de América Latina –
En todo caso, sea de 28,91 o 30 dólares, el nuevo salario mínimo venezolano sigue siendo el más bajo de América Latina.
Como se puede apreciar, ninguno de los países de esta lista tiene un salario mínimo inferior a 100 dólares. Con el nuevo valor, Venezuela apenas supera el nivel de Haití, donde el ingreso básico oscila entre 3,5 y 7,70 dólares mensuales, según sea el sector de la economía; pero seguiría siendo inferior al de Cuba, donde actualmente llega a una franja de entre 87 y 157 dólares, según una nota de AFP.
Nadie duda, ni los mismos empresarios, que el rezago salarial de los trabajadores venezolanos alcanza a niveles históricamente elevados. Es difícil poner un número a ese déficit en medio de la compleja situación inflacionaria del país; pero parece que, en medio de su dura situación financiera, el gobierno parece sobreestimar la capacidad de la economía de absorber más impuestos y más costos.
Puestos a escoger, la lógica es que el Ejecutivo se centrara en mejorar las escalas salariales y permitir que las empresas elevaran más los salarios, a través de la generación de un entorno impositivo más benigno, junto con otras medidas que incrementen el financiamiento y las inversiones, así como reduzcan el riesgo regulatorio elevado que tiene emprender en Venezuela.
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