Una delegación del gobierno de Estados Unidos llegó a Venezuela para tratar diversos temas de agenda bilateral y continuar con las conversaciones iniciadas en marzo con Caracas, anunció el presidente Nicolás Maduro.
El presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez recibió «a una importante delegación del gobierno de los Estados Unidos que ha llegado a Venezuela hace dos horas» y trabaja «para darle continuidad a las relaciones, a la agenda bilateral», dijo Maduro a través del canal estatal VTV.
El mandatario no ofreció detalles sobre cuántas personas integran la delegación ni detalló sus identidades, pero aseguró que Rodríguez está reunido a «esta hora» para abordar «diversos temas».
Sin embargo, la agencia Reuters señaló que la delegación está encabezada por Roger Carstens, principal negociador de rehenes del presidente Joe Biden, quien viene a realizar un nuevo intento para conseguir la liberación de los estadounidenses detenidos en Venezuela, según un funcionario estadounidense y otras fuentes familiarizadas con el asunto.
Fuentes familiarizadas con el asunto dijeron a la agencia británica que la agenda de las conversaciones en la noche del 27 de junio se limitó a cuestiones humanitarias y no incluyó el sector petrolero venezolano, que ha estado bajo sanciones de Estados Unidos desde 2019.
En las reuniones participó el embajador James Story, jefe de la Unidad de Asuntos Venezolanos del gobierno estadounidense con sede en la vecina Colombia.
En Venezuela permanecen detenidos cuatro exejecutivos de Citgo con nacionalidad estadounidense -dos fueron liberados tras un primer encuentro bilateral en marzo- y el exmarine Matthew Heath, preso desde 2020 acusado de terrorismo, quien habría intentado suicidarse en cautiverio. Esta situación generó críticas contra el gobierno de Biden.
Otros dos estadounidenses que siguen detenidos son los exmiembros de las fuerzas especiales de Estados Unidos, Luke Denman y Airan Berry, que fueron arrestados en 2020 en relación con un complot fallido a derrocar a Maduro.
El pasado 5 de marzo, la delegación estadounidense se reunió con el Ejecutivo de Maduro para conversar sobre temas energéticos, según confirmó entonces la Casa Blanca.
Según el diario The New York Times, esa reunión ocurrió debido al supuesto interés de Washington de reemplazar parte del petróleo que compraba a Rusia, país al que busca aislar en medio de la guerra en Ucrania.
En esa oportunidad, las delegaciones también hablaron sobre la situación de ciudadanos y residentes estadounidenses detenidos en Venezuela, incluidos seis ejecutivos de Citgo -filial en Estados Unidos de la petrolera venezolana PDVSA- arrestados en 2017.
Días después, dos de los estadounidenses arrestados fueron liberados: el exdirectivo de Citgo, Gustavo Cárdenas, quien había sido condenado por corrupción; y el cubano-estadounidense Jorge Alberto Fernández, detenido a principios de 2021 en el estado Táchira (fronterizo con Colombia) y acusado de «terrorismo».
Washington y Caracas rompieron relaciones a principios de 2019, luego de que Maduro asumió un segundo mandato en elecciones consideradas fraudulentas por la oposición y medio centenar de países. EEUU reconoció al entonces presidente del Parlamento, el opositor Juan Guaidó, como única autoridad legítima, e impuso una batería de sanciones a Venezuela para forzar la salida de Maduro.
Las medidas incluyeron un embargo que impide a Venezuela negociar su crudo -que representaba 96% de los ingresos del país- en el mercado estadounidense.
No obstante, el pasado 17 de mayo el gobierno de Joe Biden anunció que flexibilizará de manera limitada algunas sanciones contra Venezuela, entre ellas una vinculada a la petrolera Chevron, con el fin de promover el diálogo entre el gobierno de Maduro y la oposición que continúa suspendido desde octubre pasado.
Hasta el momento, se desconoce si la delegación estadounidense sostendrá reuniones con la oposición.
– Arreglo petrolero –
Fuentes políticas vinculadas al oficialismo indicaron a Banca y Negocios que el gobierno de Maduro está claramente interesado en negociar un arreglo sobre el sector energético con Estados Unidos, por lo que no se descarta que este asunto sea puesto sobre la mesa una vez más.
Consideran que la posición política de Maduro ha mejorado, incluso en comparación con la situación de marzo, porque la guerra entre Rusia y Ucrania ahora no luce con un final claro en el horizonte, de manera que sus efectos económicos sobre la economía global podrían ser más duros de lo esperado.
Además, el reciente triunfo del izquierdista Gustavo Petro en Colombia, con quien Washington maneja un discurso claramente conciliador, y la posibilidad de un relevo electoral en Brasil, que lleve nuevamente a la presidencia a Lula Da Silva, hacen que la red de alianzas de Maduro se fortalezca en la región.
Ante este cuadro, las fuentes sostienen que probablemente estas reuniones se hagan más frecuentes y salga de este nuevo encuentro una suerte de estrategia para conseguir la normalización progresiva de relaciones.