Demandas y embargos: los factores que socavaron las bases de Pdvsa en el Caribe Neerlandés
En un ensayo publicado por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) sobre las relaciones entre Venezuela y el Caribe Neerlandés, el profesor Gerardo González Maldonado destaca que “el crudo venezolano que llegaba a las islas era un símbolo muy poderoso de modernidad, que además era un componente importante del sector laboral curazoleño, y para la creación de empleos en Aruba y Bonaire”.
“En el siglo XX las inversiones en materia energética con la construcción de refinerías en Curazao y Aruba, y depósitos de combustible en Bonaire han sido fuente de empleo y bienestar”, sostiene González Maldonado.
Pero en este siglo, bajo el Gobierno chavista, todo se derrumbó. Petróleos de Venezuela (Pdvsa) no solo ha perdido terreno en el Caribe Neerlandés sino que sus siglas ahora se asocian con demandas, corrupción, fracasos y sanciones.
“Por sus operaciones de internacionalización, Pdvsa ha tenido una posición importante en el Caribe Neerlandés, utilizando este espacio geográfico como una especie de hub estratégico para el almacenamiento, refinación y comercialización de crudo”, explica a Crónicas del Caribe el abogado José Ignacio Hernández, profesor de la Universidad de Harvard y quien fungió como procurador especial del gobierno interino de Juan Guaidó.
Hernández señala una serie de factores que habrían socavado las bases de la estatal petrolera en la subregión. “El sobreendeudamiento, la caída de la producción, problemas severos de flujo de caja y el diferimiento de los pagos hizo que las operaciones en el Caribe Neerlandés se vieran afectadas por incumplimientos contractuales”, resalta el experto.
Al cuadro anteriormente descrito, imputable a las desviaciones de la gerencia chavista, se sumaron a partir de 2019 las sanciones impuestas por la administración del expresidente Donald Trump con el objetivo de forzar la salida de Nicolás Maduro de Miraflores.
– Mala paga –
Pdvsa operó el complejo refinador de Curazao, propiedad de la estatal Refineria di Korsou (RdK), desde 1985 hasta diciembre de 2019. Además de cortar los históricos lazos comerciales, RdK demandó a la compañía venezolana en una corte de Nueva York el pago de 51 millones de dólares.
“RdK dijo que Pdvsa no había realizado pagos mensuales desde principios de 2018 hasta diciembre de 2019, como requiere el contrato de las dos compañías”, informó la agencia Reuters en agosto de 2020.
Más recientemente la Bonaire Petroleum Corporation (Bopec), unidad de la estatal venezolana, se declaró en bancarrota argumentando que las sanciones norteamericanas le impedían cumplir con sus compromisos financieros.
Sin embargo, el secretario general de la Unión de Sindicatos Bonairenses (Usibo), Norwin Willem, afirma que los problemas comenzaron en septiembre de 2010, cuando un incendio afectó las instalaciones de la empresa, y se profundizaron por el inadecuado manejo financiero.
Luego de que Citgo, filial de Pdvsa, pasara a manos del gobierno interino de Guaidó, se finiquitó en 2020 su retiro del proyecto de la refinería de San Nicolás en Aruba. “La terminación del proyecto de la refinería de San Nicolás en Aruba significa un ahorro de hasta 150 millones de dólares para PDV Holding, y por ende para su accionista. PDV Holding está comprometida a continuar cooperando con las investigaciones sobre irregularidades cometidas por la administración anterior (chavista) en el proyecto de Aruba”, estableció la corporación en un comunicado reseñado por el portal Petroguía.
En términos muy distintos se desarrolló la disputa con ConocoPhillips, que en 2018 anunció que tomó activos de Pdvsa, tras ganar un litigio por el orden de los 2 mil millones de dólares. En aquella oportunidad, la agencia de noticias AFP indicó que la empresa norteamericana está “haciendo cumplir el fallo (…) en cuatro locaciones en el Caribe”, ubicadas en Curazao, Bonaire y San Eustaquio.
– Los tiburones –
Tomando como referencia el caso de ConocoPhillips, el abogado José Ignacio Hernández advierte: “Los acreedores siguen rondando el Caribe intentando embargar activos de Pdvsa”.
Hernández observa que en el horizonte asoman dos “tormentas”. “El resumen es que Pdvsa, cuando ya no tenía acceso a los mercados financieros por el sobreendeudamiento (hacia 2016, antes de las sanciones), comenzó a incumplir acuerdos comerciales o a renegociarlos en condiciones precarias, muchas veces cediendo activos. Esto impactó las operaciones de Pdvsa en el Caribe, en especial los contratos de joint venture u operación conjunta en Aruba y Bonaire, por ejemplo. Inevitablemente eso derivó en demandas”.
Con respecto a la segunda tormenta, acota: “Acreedores de Pdvsa empezaron a cobrar sus acreencias en contra de activos de la empresa en el Caribe como Conoco en Curazao. El efecto combinado de ambas tormentas en el Caribe es lo que vemos: demandas y embargos”.
El profesor del Harvard’s Growth Lab cree que, en las actuales condiciones, la compañía puede mitigar el golpe. “Pdvsa pierde un centro de operaciones importante, pero las sanciones y la caída de la producción han hecho que el Caribe no sea tan relevante. Además, ahora los contratistas son otros, pero de todas formas haber perdido las plazas de Curazao y Bonaire tendrá un efecto adverso”.
El experto en Derecho Administrativo y Constitucional considera que “Pdvsa como sociedad mercantil es irrecuperable” debido a las demandas, embargos y procedimientos penales que enfrenta. A su juicio, de cara al futuro, Venezuela debe apostar por crear una nueva empresa petrolera y renegociar la deuda existente.
Con información de Crónicas del Caribe.
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